Un DIF sin Angélica Rivera... y sin primeras damas

Foto: Presidencia

Hace casi tres años Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto, asumió la presidencia del Consejo Ciudadano Consultivo para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), asimismo Laura Vargas Carrillo, esposa del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, fue nombrada Directora del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia. Desde enero de 1961, cuando por decreto presidencial se creó el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI), antecedente remoto del actual DIF, cuyo consejo estuvo presidido por Eva Sámano de Lopez Mateos, la posición de la presidencia del Consejo de esta institución se ha reservado para la esposa del titular del Poder Ejecutivo Federal.

El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia tiene a su cargo la instrumentación de las políticas públicas del gobierno federal relacionadas con la asistencia social vinculadas con el desarrollo integral de la familia y la comunidad. Se coordina con los sistemas estatales y municipales así como con instituciones públicas y privadas.

El DIF lleva a cabo acciones dirigidas a proteger a la infancia y la adolescencia en situación de alta vulnerabilidad; estrategias y programas en materia alimentaria para beneficio de la población vulnerable; acciones para rehabilitar a personas con discapacidad; asistencia social para infantes y adultos mayores carentes de familia; prevención y atención para niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados y repatriados; asesoría jurídica en el proceso de adopción, acciones para prevenir la discapacidad, explotación sexual infantil, embarazo en adolescentes, entre otras.

En el transcurso de sus diferentes etapas, del INPI al DIF actual, en las que se le agregaron funciones, la estructura de la institución ha sido objeto de críticas por el hecho de que su presidencia es encomendada a la “Primera Dama” del país, independientemente de sus capacidad personal o profesional para desempeñar la función, así sea honoraria y solo relacionada con el protocolo institucional.

En su discurso de marzo de 2013, cuando asumió la presidencia del Consejo Consultivo del DIF, Angélica Rivera dijo: “Es un honor para mí trabajar en el DIF, en la asistencia social, caminando junto a mi esposo, el Presidente de la República, y apoyarlo con la responsabilidad que él ha asumido con todo el país, porque, al igual que muchas mujeres mexicanas, soy una mujer que ha trabajado 25 años de manera formal y sé del enorme esfuerzo que realizamos por encontrar el balance y la armonía entre la familia y el trabajo”.

Cuando Angélica Rivera fue nombrada presidenta del Consejo Consultivo del DIF, como sus antecesoras, recibió las críticas que de manera recurrente se expresan.

Del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Mónica González, especialista en derecho infantil, señaló en esa ocasión que no había razón por la cual las “primeras damas” tuvieran alguna función específica, “las primeras damas simplemente son las parejas, las cónyuges, del presidente, en realidad no tienen una función pública porque ellas no fueron electas.” Se les impone una actividad o un papel, que no siempre aceptan libremente y no necesariamente son aptas para realizarlo.

La “Primera Dama” asiste a reuniones, ceremonias, actos oficiales y sociales, viajes nacionales e internacionales acompañando al presidente. Inaugura hospitales, escuelas, participa en acciones a favor de la asistencia social, en obras humanitarias y de caridad. No posee obligaciones oficiales y no percibe salario.

Recientemente la diputada del PRD, Olga Catalán Padilla, propuso modificar la Ley de Asistencia Social “para prohibir que cónyuges o parientes consanguíneos hasta en cuarto grado, por afinidad o civiles del Ejecutivo, secretarios o subsecretarios de Estado, puedan fungir como director general o integrantes del Consejo Ciudadano Consultivo del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).”

En el argumento de presentación de su propuesta la diputada Catalán Padilla señaló que, "Durante largo tiempo, el DIF ha formado parte esencial de la actividad gubernamental y social del país, pero también hemos sido testigos de que ha derivado su actuar hacia terrenos sociopolíticos laterales y no siempre coincidentes con los grandes problemas nacionales. 

"Es visto por la mayoría de los gobernantes como un incómodo compromiso con los sectores sociales que no corresponden con las pautas sociales hegemónicas, destinado a las cónyuges de los gobernantes, quienes, no nos engañemos, disponen de recursos públicos a pesar de actuar al amparo de cargos honorarios".

La propuesta de la diputada del PRD parece dirigida a la actual “Primera Dama” y también a la Directora del DIF, esposa del secretario de Gobernación, lo que indicaría que las posibilidades de que sea “congelada” en la estructura legislativa son altas. La iniciativa, de prosperar, más temprano que tarde alcanzaría también a las esposas de los gobernadores y de algunas de las importantes presidencias municipales en el país que, por imitación, llevan a esas posiciones “honorificas” a sus consortes.

La Primera Dama en la presidencia del Consejo Consultivo del DIF está expuesta a la crítica recurrente debido a que el trabajo operativo en la institución es complejo y especializado desde diferentes disciplinas de la medicina, sociología, psicología, jurídicas, financieras y demás, lo que estarían demandando que el perfil del presidente del Consejo Consultivo sea el de alguien que ocupe esa posición avalada por su trayectoria profesional y no por la relación marital del Ejecutivo Federal.

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