La sucesión en los partidos preparación para la sucesión presidencial

El calendario de la política mexicana se cumple según lo establecen los estatutos de cada partido. En el tiempo que corre, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), los de mayor influencia en el país, se encuentran en el proceso de sucesión, de relevo de sus dirigencias nacionales.

Por el PAN se disputan la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional Ricardo Anaya y Javier Corral. Se encuentran en campaña, recorren el país buscando el voto de sus correligionarios y lo hacen con discursos en los que critican el funcionamiento y resultados del Gobierno de Enrique Peña Nieto y la actuación del PRI en la política nacional. En realidad es el discurso que corresponde a un partido de oposición.

Ricardo Anaya afirma, por ejemplo, dice que en los tres primeros años de gobierno se aprobaron buenas iniciativas, pero hoy están en muy malas manos. “Sacamos adelante la reforma educativa y el gobierno federal ha sido incapaz de ejecutarla de manera plena. Aprobamos la energética y esta primera ronda de licitaciones ha resultado un auténtico fracaso.” Demandó que el gobierno corrija y deje de equivocarse, pues lo que ha demostrado en las recientes semanas es una gran ineficacia, no sólo en el tema energético, sino en el educativo y con el sistema penitenciario. A militantes y simpatizantes del PAN les pide apoyo y unidad para recuperar los principios y valores éticos del Partido.

Para Javier Corral, el fracaso del gobierno de Enrique Peña Nieto es de tal magnitud que ha permitido revalorar la administración de Felipe Calderón. “La parte más revalorada es el ejercicio de las libertades políticas frente a lo que constituye la regresión que impera en el país, el control de medios, la crisis de derechos humanos, la recesión económica y el fracaso en materia de seguridad pública.”

Convencido de que en la elección interna del PAN se juega la viabilidad del partido, Corral advierte que si en los comicios del 16 de agosto se dan prácticas de acarreo y compra y coacción del voto, no aceptará los resultados y los impugnará ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Lo que permite inferir la posibilidad de conflicto poselectoral en el partido. Considera a Ricardo Anaya un peón en el ajedrez de Gustavo Madero.

El PRI, con el acto de apoyo al Presidente Peña Nieto, “Unidos por la Transformación”, dio inicio al proceso de sucesión de su Comité Ejecutivo Nacional. El evento fue también la despedida de la dirigencia actual encabezada por Cesar Camacho, de quien se dice será el próximo presidente de la fracción parlamentaria del PRI en la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados, cuyos trabajos iniciarán el 1 de septiembre.

Frente a unos 10 mil priístas, Cesar Camacho, en apoyo al Gobierno de Peña Nieto, dijo que los esquemas de seguridad fueron vulnerados, que el entorno económico dificulta el crecimiento y complica las condiciones de vida de los mexicanos.

“Sin embargo, es evidente que se está haciendo lo correcto desde la administración federal, aunque todavía parezca insuficiente, es claro que es indispensable solidificar el estado de derecho, estabilizar la seguridad que da confianza, y perseverar en el crecimiento económico del país.” Calificó  a Peña Nieto como hombre de compromisos y resultados, un hombre de Estado.

La convocatoria del PRI para la elección o designación de su dirigencia nacional, será publicada el 3 de agosto, pero si la disciplina interna del partido funciona se presentaría una planilla de Unidad o si acaso dos, con el propósito de simular la democracia interna, cuando en realidad se sabe que quien quede al frente del partido será el designado por el “primer priista” Enrique Peña Nieto.

Desde hace algunos meses se menciona en diversos medios de comunicación y entre analistas políticos, el nombre de Manlio Fabio Beltrones que ha dicho que le gustaría estar al frente del PRI. En semanas recientes se empezaron a filtrar los nombres de otros políticos para ocupar la presidencia del CEN, destacan Enrique Martínez, Alfonso Navarrete y César Duarte.

En el acto de apoyo al presidente Peña Nieto, antes y después, el nombre que se gritaba en las tribunas era el de Manlio Fabio Beltrones. Sin que la designación del siguiente dirigente del PRI sea un tema de popularidad y si de intereses de poderosos grupos políticos, los especialistas coinciden en que  la mejor opción de liderazgo que tiene en este momento el PRI es Manlio Fabio, que realizó una labor importante en la Cámara de Diputados que permitió sacar adelante las Reformas Estructurales de Peña Nieto, y además refrendo su oficio político con el triunfo electoral en Sonora, que le arrebató el gobierno al PAN.

En el marco de los usos y costumbres de la política interna del PRI no cuentan méritos, popularidad interna o fuerza política personal, porque el único que decide es el Presidente. Con lo que se da testimonio de la vigencia del poder del Presidencialismo, ese que algunos dicen que ya está muriendo.
El relevo en los partidos PAN y PRI. que en breve tendrán nuevo Comité Ejecutivo, será también el arranque de los trabajos previos de la sucesión presidencial, cuyas primeras estrategias de empoderamiento serán la elecciones estatales de 2016, ahora con los actores que influirán en la disputa por el poder en 2018, cualquiera que sea que quede al frente de su instituto político. No hay reposo.