El candidato que le pegó un susto al PRI y al PAN

El candidato que le pegó un susto al PRI y al PAN

Durante décadas la disputa por el poder en México tuvo como protagonistas exclusivos a los partidos políticos que monopolizaron los puestos de elección popular para beneficio de los grupos cerrados que los integran y dominan. Ello permitió que estos organismos de interés social fueran tomados como botín por un grupo reducido de individuos y familias que por años han transitado del congreso local, a la diputación federal y de ahí al Senado de la República. A quienes tienen esta práctica les dicen “chapulines”, por brincar de posición en cada ciclo electoral.

El fenómeno involucra a todos los partidos, siendo notorio en los de mayor antigüedad aunque, cuando ya no tienen cabida en estas asignaciones, los políticos que son marginados se lanzan a fundar otro partido para estar en la nomina del Poder Legislativo o Ejecutivo.

Recientemente el periódico El Universal dio cuenta de que “en los últimos 81 años, 88 familias han tenido el control de 455 posiciones legislativas federales, 53 de ellas han tenido presencia en el Congreso entre 9 y 18 años mientras que 35 de ellas han ostentado una legislatura entre 21 y 57 años.”

Son “230 legisladores pertenecientes a las castas que han dominado el Congreso desde 1934. Han sorteado reformas y partidos para prolongar su permanencia”.

El artículo 35 de la Constitución establece el derecho de los ciudadanos a votar y ser votados para ocupar un puesto de elección popular, es parte de los derechos políticos y cívicos reconocidos a nivel internacional, a los que México se adhirió y por lo que está obligado a respetarlos y cumplirlos.

A pesar de lo establecido en la Constitución y los acuerdos internacionales en México, para participar en los asuntos de la vida pública del país, el ciudadano debía pasar por el sistema de partidos, que opera como un mecanismo de control de la aspiración popular por la construcción de la democracia.

Muchos ciudadanos consideran que los partidos políticos en México obstaculizan la participación de los ciudadanos en la vida política del país. No obstante que se lleva a cabo la reforma política a partir de 1977, los partidos antepusieron sus intereses a los de la sociedad y solo recientemente, más por obligación y conveniencia que por convicción, abrieron la oportunidad para que se registraran y participaran en el proceso electoral actual los candidatos independientes.

El 9 de agosto de 2012, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución, en materia política, por lo que, por primera ocasión, se incluyó el derecho ciudadano al registro de manera independiente, para acceder a los cargos de elección popular. Con fecha 23 de mayo de 2014, se publicó la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, donde se regulan las candidaturas independientes.

Para el Estado las candidaturas independientes significan un problema desde el punto de vista de la representación de los partidos, como instrumento para la construcción de un sistema democrático.  
La reciente experiencia en México, pero también en muchos países del mundo, es que los candidatos independientes llaman la atención por su novedad, aunque en realidad solo son otra forma de hacer política.

MÉXICO, D.F.- Elections-Elecciones-NL.- Jaime Rodríguez, El Bronco, quien fue alcalde por el PRI de García, Nuevo León, busca, sin partido, la gubernatura del estado. Foto: archivo Agencia EL UNIVERSAL/RCC
MÉXICO, D.F.- Elections-Elecciones-NL.- Jaime Rodríguez, El Bronco, quien fue alcalde por el PRI de García, Nuevo León, busca, sin partido, la gubernatura del estado. Foto: archivo Agencia EL UNIVERSAL/RCC

Quien decide ser candidato independiente rompe con las formas establecidas de hacer política, pero juega con las reglas del sistema. Suele construir su discurso criticando al gobierno, se presenta como opción anticorrupción y promueve la concertación con diversos sectores de la sociedad a los que propone la creación de un nuevo sistema político.     

El periódico Reforma publicó los resultados de su encuesta sobre la disputa por el gobierno del estado de Nuevo León. “En un hecho sin precedentes en el país, un candidato sin partido aventaja en las encuestas electorales para una gubernatura. Faltando hoy un mes para la elección, el candidato independiente Jaime Rodríguez toma la delantera en la carrera, rebasando a la priista Ivonne Álvarez.”

Jaime “El Bronco” Rodríguez encabeza la encuesta con el 29% de las preferencias;  Ivonne Álvarez, del PRI, segundo lugar con 27%; Felipe de Jesús Cantú, del PAN, tercer lugar con 22%; con el 3% en el cuarto lugar de Movimiento Ciudadano, Fernando Elizondo; los otros candidatos llegan al 3% de las preferencias; hay 16% de indecisos.

Las candidaturas independientes configuran un reclamo a los partidos por su falta de democracia interna. En caso de que la tendencia se prestigie y consolide surge la pregunta ¿Y los partidos políticos para qué sirven?

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