Roberto Guareschi: “Al diario de papel le queda menos de 20 años de vida"

Roberto Guareschi habló en San Luis Ditigal 2014 (Foto: ANSL)
Roberto Guareschi habló en San Luis Ditigal 2014 (Foto: ANSL)

Cada vez son menos los lectores que desayunan con el diario de papel en sus manos. Una tecnología que ya es rústica hace rato, poco económica y para nada ecológica comienza a perder adeptos a medida que los lectores del papel van ganando años. Y si bien, es cierto, nada se compara a tener el papel entre manos, los números hablan por sí solos: Clarín, el diario más importante del país, vendía 750 mil ejemplares por día hace 20 años. Hoy, apenas llega a los 250 mil. La pregunta, aunque inquietante sólo para los periodistas y los empresarios que para la sociedad toda, se impone: ¿cuándo morirá el diario en formato papel, para darle el lugar al imperio de lo digital?

Roberto Guareschi es un hombre de transición: su formación pura y dura es del diario de papel. Fue secretario general de Redacción de Clarín durante trece años (1990-2003), pero también fue parte de la creación de la edición digital del matutino. Miembro de la Academia Nacional de Periodismo y profesor visitante en la Universidad de California en Berkeley, Guareschi entiende que la profesión atraviesa una crisis que, tarde o temprano, terminará impactando en sus lectores: “Los periodistas escriben para sus colegas, los políticos y sus madres Lo hacen por prestigio, y se olvidan del lector”, explica.

Pero en seguida, advierte que la dinámica de Internet trastocó esta dinámica: ahora, el lector le dice al medio qué quiere ver y, si bien esto siempre existió con el rating y las mediciones, nunca tuvo tanta relevancia como ahora.

Aquí, el columnista arroja algunas pistas sobre el lugar hacia donde está yendo el periodismo, advierte sobre la importancia de “escuchar” al lector, y estima cuándo terminará de morir, definitivamente, el diario de papel.

- El periodismo digital, ¿podrá marcar agenda, o la seguirán marcando los diarios?

El Times, una referencia internacional: se entra por otro lado
El Times, una referencia internacional: se entra por otro lado

- Hoy las redes sociales son la plataforma principal de publicación. La gente entra a los diarios, sobre todo, por referencias que vienen de las redes sociales o los buscadores. Al New York Times entra sólo el 37 por ciento del tráfico total de sus usuarios. Es muy poco. El Times tiene una portada de papel, una home page en Internet, y ahí le cuenta a sus usuarios su identidad, establece su voz, le dice a la gente qué es lo más importante, qué es lo que le conviene leer aunque no sea lo más importante. Hacen un menú de noticias que a la vez define su voz. Pero si la gente, en vez de entrar por la puerta entra por la ventana, el diario pierde esa capacidad de agenda. Todavía en Argentina eso no se nota porque no hay publicaciones digitales periodísticas que tengan fuerza para modificar eso. Hay un factor de pérdida de identidad de los medios, junto con el de marcar la agenda.

- El exceso de información que circula en la web, ¿no termina por confundir al lector a la hora de separar lo importante de lo superfluo o, mejor dicho, lo que le interesa de lo que no?

- Bueno, eso también pasa en el papel. La atención del lector es flotante. Mi experiencia es que uno encuentra filtros: el usuario mismo filtra. Porque pensalo con vos: vos no sos vos solo, sino tus pares, tus amigos, tus referentes, tipos que saben más que vos que los tenés como aquellos a quienes seguís. En Twitter uno sigue a usuarios que le interesan, y uno está al tanto de las cosas que ocurren porque se ocupan de eso. Las redes sociales son un filtro, y juegan un rol clave en la actualidad de los medios de comunicación.

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- Hay un libro, “The news gap”, cuya conclusión es que a la gente le interesa la política en época de elecciones y sólo en ese momento. Luego, se vuelva al entretenimiento, los deportes, las curiosidades. Pero los diarios insisten con la política en sus tapas de todos los días. ¿Le interesa la política a la sociedad?

- Yo creo que la conclusión del libro es acertada. Los diarios tienen su propia agenda, y tienen a la gente cautiva. La cultura de los diarios fue siempre así: tener a los lectores cautivos. Clarín pasó de 750 mil ejemplares promedio vendidos en 1995 a 250 mil en la actualidad. Es atroz la diferencia. Eso indica que ya no tiene a la gente cautiva. Pero aun así, los diarios siguen trabajando como si la tuvieran. ¿Vos creés que a la gente le interesa lo que destacan los diarios todos los días? Le cuentan las costillas a los políticos, los pasos, qué hacen, qué dejan de hacer. Y a la gente no le interesa eso. Yo creo que muchos diarios, argentinos y de Estados Unidos, siguen la política con un criterio que es el de los políticos.

- ¿Cómo sería eso?

La baja en las ventas de Clarín: separación entre periodista y lector
La baja en las ventas de Clarín: separación entre periodista y lector

- A la gente le interesa una cosa que es muy difícil de hacer para un periodista, por eso no se hace: qué significa lo que propone un político, lo que dice, hace o deja de hacer, para su vida cotidiana. ¿Qué significa para mí el presupuesto nacional? Eso es lo que hay que transmitir, no los números brutos. Hacer periodismo es comparar esos datos y contarle a las personas cómo se van a ver afectados. Eso es política llevada al interés de la gente. Y los diarios hacen política para políticos, en la mayoría de los casos. El problema de los periodistas es que sus principales interlocutores son sus fuentes y los periodistas. Entonces escriben para sus colegas, los políticos y sus madres, esposas o tías. Lo hacen por prestigio, y se olvidan del lector. Internet trastocó un poco esto, aunque no lo modificó sustancialmente. Lo está empezando a cambiar con esta política que es medir el contenido por la cantidad de rebote que tiene.

- A partir de algunos casos que cobraron importancia, ¿se chequea menos en el periodismo online?

- Sí, y eso es un arma de doble filo. Podés dar la primicia, pero también pifiar. Se crea una avalancha en la que a veces entran medios muy prestigiosos como el New York Times, que tuvo que salir a pedir disculpas.

- ¿Va a morir el diario en papel?

- Sí, tiene los días contados. Es una tecnología costosa, torpe, poco ágil, sin interactividad. Además se plantea como “este es el diario, leelo así”, y en Internet el usuario tiene otras opciones. Ahora ¿cuándo se va a morir? Un tipo que tiene hoy 18 años va a tener 35 en 2031, poco más de quince años. Creo que para ese año, quizás, este efecto cascada que está ocurriendo ahora va ser cada vez más rápido. Le debe quedar un poco menos de 20 años. Incluso en términos de dinero: si un diario en papel hoy pierde plata, esa pérdida va a ser cada vez más rápida.

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- ¿Cómo afecta esto la calidad del diario, de las noticias que recibe el lector?

- Bueno, cuando se pierde plata se achican costos. Y cuando se achican costos, se baja la calidad. Es ahí donde se pierden lectores. O sea que va a ser más rápido. La franja de lectores más numerosa de Clarín debe ser 45-60. Cuando esos tipos se vayan muriendo, salen del circuito económico. Es una época de crisis, lo que está naciendo está tomando forma, y lo que está muriendo se está desintegrando. Es un momento complicado en ese sentido, pero también es fenomenal. Para mí es un privilegio poder haber estado en las dos tecnologías: nací en el papel y me desenvuelvo con cierta soltura en lo digital.

- ¿Qué es lo que más te gusta del periodismo?

- No tiene nada que ver con lo que creo que me preguntás: la posibilidad de hacer un laburo creativo con un equipo. Con mucha gente. Eso es lo mejor que tiene, y es una cosa que el mundo digital lo potencia muchísimo más. Cuando tenés periodistas, gente de marketing, de tecnología, ingenieros de sistemas trabajando juntos, eso es una fiesta. Eso es lo más lindo del periodismo.

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