El amor de su vida resultó ser un policía encubierto que la espiaba

Para Lisa Jones, Mark Stone era el amor de su vida. "Él era la persona más cercana en el mundo para mí", le dijo la mujer, que no quiere dar su nombre real, al diario británico The Guardian. "La persona que me conocía mejor que nadie. Pensé que lo conocía mejor que nadie”.

Él era amante del alpinismo y, como ella, un ferviente defensor de las causas del medio ambiente. La relación comenzó en 2003 y duró seis años, y nunca estuvieron físicamente separados durante más de tres meses.

En octubre de 2009 el hombre desapareció abruptamente y reapareció en enero de 2010. Ese año, durante unas vacaciones conjuntas en Italia, Lisa le descubrió por casualidad un viejo pasaporte con un nombre que no conocía: Mark Kennedy.

Sus sospechas aumentaban, y Mark le daba explicaciones inconexas. La mujer también supo que tenía dos hijos, y rastreando la identidad de uno de ellos se enteró de quién era en realidad su novio: un oficial de la policía.

Mark Kennedy había sido asignado para penetrar un grupo de activistas ambientales al que pertenecía Lisa, con el fin de informar al gobierno sobre sus actividades. En el mismo año 2010, el hombre le contó su historia a la prensa.

Esta semana, la policía de Londres se vio obligada a ofrecer una inusual disculpa pública a causa de las acciones de Kennedy y otros cuatro oficiales que engañaron sentimentalmente a siete mujeres mientras operaban como agentes encubiertos.

Los engaños transcurrieron a lo largo de 25 años hasta que las unidades se desintegraron en 2008 y 2011, según la BBC. Uno de los hombres, Bob Lambert, tuvo un hijo con una mujer identificada con el seudónimo de “Jacqui”. El estado británico le pagó una compensación a la mujer el año pasado de más de 400,000 libras esterlinas, poco más de medio millón de dólares.

Los otros dos oficiales eran conocidos por sus objetivos como "Mark Cassidy" y "John Barker", pero sus nombres reales eran Mark Jenner y John Dines. El quinto se llama Jim Boyling.

En sus declaraciones ante la prensa, el comisionado asistente de la Policía Metropolitana de Londres, Martin Hewitt, elogió a las mujeres por su valentía en denunciar los casos y advirtió que los oficiales que actúen de ese modo en el futuro se arriesgan a ser enviados al banquillo de los acusados.

"Esto no debería haber ocurrido. Fueron una grave violación de la dignidad y la integridad personal”, dijo Hewitt.

Todas las mujeres recibirán una indemnización de la policía al cabo de cuatro años de batalla legal. Una que se hace llamar “Rosa” también tuvo hijos con uno de los agentes. Sólo dos, Helen Steel y Kate Wilson, se han identificado públicamente.

"A pesar de que ninguna cantidad de compensación financiera o ‘lo siento’ puede compensar lo que nosotras y otras han sufrido, nos complace que la policía se haya visto obligada a reconocer el carácter abusivo de estas relaciones y que nunca debieron suceder."

Las mujeres consideraron que la actitud de los policías mostró un patrón de comportamiento discriminatorio hacia las mujeres equivalente al "machismo institucional".

Para Lisa, el drama continúa.

La mujer se ha quedado con una "decepción y tristeza aplastantes", sintiendo que su capacidad de confiar en los demás y formar relaciones se ha hecho añicos. "He perdido mucho optimismo sobre todo tipo de cosas", aseguró.