Las extrañas figuras de Kazajistán que tienen intrigados a los científicos
En marzo de 2007, un economista y arqueólogo aficionado de Kazajistán, Dmitriy Dey, estaba en su casa viendo un programa sobre pirámides, momias y tumbas del Discovery Channel. "Hay pirámides por toda la Tierra", pensó. "En Kazajistán debe haber también."
Dey comenzó a examinar imágenes de Google Earth de su ciudad natal, Kostanay, situada en el norte de la ex república soviética. Y aunque no encontró pirámides, unas 200 millas al sur notó algo extraño: un cuadrado gigante, de más de 900 pies (274 metros) por cada lado, con líneas formadas por puntos y atravesado por una X.
Al principio Dey pensó que se trataba de una antigua instalación soviética. Pero al día siguiente vio una segunda figura gigantesca, en forma de suástica de tres patas y de unos 300 pies (91.4 metros) de diámetro.
Durante el resto de 2007 el arqueólogo aficionado encontró otros ocho cuadrados, círculos y cruces. Para el año 2012, había registrado 19 y ahora la cifra asciende a 260, incluyendo algunos montículos extraños con dos líneas llamados "bigotes".
Para su sorpresa, los arqueólogos kazajos no habían notado esas figuras. En agosto de 2007, Dey condujo al Dr. Andrey Logvin, de la universidad de Kostanay, a la figura más grande, que ahora se llama Plaza Ushtogaysky, tomando el nombre del pueblo más cercano.
"Fue muy, muy difícil de entender desde el suelo", recordó Dey. "Las líneas iban hacia el horizonte. No se podía averiguar qué figura era”.
Los llamados Geoglifos de la Estepa siguen siendo un misterio. No esconden enterramientos, aunque cerca de uno de ellos Dey halló objetos del neolítico.
Hace dos semanas, la NASA publicó fotografías de satélite de algunas de las figuras, desde una altura de cerca de 430 millas (692 kms). Y también les dio orientaciones a los astronautas de la Estación Espacial Internacional de tomar imágenes desde el espacio.
“Puede demorar algún tiempo que la tripulación tome imágenes ya que estamos a merced de los ángulos de elevación del sol, las limitaciones de tiempo y horario de la tripulación," le explicó Melissa Higgins, de la NASA, en un correo electrónico a Ronald E. LaPorte, un científico de la Universidad de Pittsburgh que ayudó a divulgar los hallazgos de Dey.
Otros científicos están tan impresionados como LaPorte por las figuras kazajas.
"Nunca he visto nada como esto; Me pareció notable", opinó Compton J. Tucker, un científico de la biosfera de la NASA en Washington tras ver las imágenes de la agencia espacial estadounidense.
Aunque algunos los comparan con las Líneas de Nazca en Perú, Giedre Motuzaite Matuzeviciute, una arqueóloga de la Universidad de Cambridge y profesora de la Universidad de Vilnius en Lituania que visitó dos de los sitios el año pasado, cree que no se trata de geoglifos, “ya que estos se definen por arte en lugar de objetos funcionales".
En cuanto a la antigüedad, la experta cree que datan del año 800 AC, pero otros arqueólogos sitúan el origen de las estructuras hace 8,000 años, lo cual las convertiría en las más antiguas conocidas por la Humanidad.
Dey considera que la cultura Mahandzhar, un grupo nómada que vivió en la zona desde 7000 AC a 5000 AC, podría estar relacionado con las figuras más grandes. Pero los científicos se maravillan de que una población nómada se hubiera quedado en un lugar durante el tiempo necesario para aserrar madera para muros y excavar sedimentos en el lecho del lago a fin de construir los enormes montículos, originalmente de 6 a 10 pies (1,8- 3 metros) de altura y ahora 3 pies de altura (0,9 metros) con casi 40 pies (12 metros) de ancho.
En entrevista con The Washington Post, Dey dijo que no cree que las figuras fueron hechas para ser vistas desde el aire, y su hipótesis es que las figuras construidas a lo largo de líneas rectas en las elevaciones eran "observatorios horizontales para rastrear los movimientos del sol naciente".
De cualquier modo, el misterio tardará algún tiempo en desentrañarse.
En tanto, LaPorte, Dey y sus colegas buscan usar drones para cartografiar los sitios. El principal enemigo de sus esfuerzos parece ser el propio ser humano. Una figura, llamada la Cruz Koga, fue destruida sustancialmente por los constructores de carreteras este año, a pesar de que las autoridades habían sido notificadas de su existencia.