Los perros que salvaron la honra del servicio de seguridad de la Casa Blanca

Jordan y Huracán impidieron que el intruso entrara a la Casa Blanca. REUTERS/United States Secret Service/Handout
Jordan y Huracán impidieron que el intruso entrara a la Casa Blanca. REUTERS/United States Secret Service/Handout

Mientras el Departamento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés) revisa el protocolo establecido para salvaguardar el espacio vital de la Casa Blanca norteamericana sus miembros más jóvenes, los perros, se llevan las palmas.

Los recientes incidentes de entrada de desconocidos al perímetro de la residencia gubernamental, han puesto en la mira de los políticos y de la opinión pública nacional la eficacia de sus servicios de seguridad.

Este miércoles Dominic Adesanya, residente en Bel Air, Maryland, trepó la cerca en plena noche y corrió por el jardín antes de ser obstaculizado por los perros de la guardia y posteriormente detenido.

De acuerdo con un reporte del portal MIC, mientras sus cuidadores quedaron en un segundo plano, fueron Huracán y Jordan, dos pastores belga malinois –muy parecidos a los pastores alemanes—y similares al que participó junto a las fuerzas élites en la operación contra Osama bin Laden, quienes se enfrentaron en primera instancia con el intruso.

A pesar de la patada en el hocico que recibió Jordan, el primero en reaccionar, el segundo no se amilanó, atacó a Adesanya y se engarzó en una ardua pelea, hasta que se incorporaron los efectivos humanos de la Unidad K-9.

Este “coraje ante la adversidad”, como lo califica MIC, ha hecho que mucha gente destaque el valor de estos canes mientras se incrementan los ataques contra las instituciones occidentales, como el ocurrido esta semana en Otawa, Canadá.


Un reciente artículo de The New York Times señalaba que la actitud de Jordan y Huracán ha “levantado la moral de un servicio secreto sacudido por una serie de incidentes embarazosos.”

Tras el incidente, ambos animales fueron conducidos al veterinario, quien alivió las secuelas de los golpes recibidos.

"Lo único que estaba herido en el perro era su orgullo," declaró a The New York Times un oficial uniformado del Servicio Secreto. "Si usted es golpeado en el hocico, es su orgullo el que duele."

Pocas horas después llegaba el reconocimiento: decenas de tuits empezaron a circular elogiando la actuación y la entrega de estos perros, mientras el resto (humano) del equipo era azotado por comentarios de burla.

El artículo de MIC se cierra de manera contundente, elogiando el patriotismo de estos dos animales al servicio del cuidado de la Presidencia y esperando que los humanos dedicados a la política –que a fin de cuentas no debería ser más que el servicio a la comunidad—“consideren oportuno hacer frente a los problemas de cada día con la misma fuerza y convicción.”

Las autoridades federales acusaron a Dominic Adesanya de varios cargos, y el departamento que se ocupa del cuidado y entrenamiento de la brigada canina se sumó a la demanda, al presentar cargos de delito grave de agresión a agentes de la ley, pues en este caso, Jordan y Huracán lo son.

A pesar de que la tranquilidad que pretende generar el reciente comunicado emitido por la Presidencia sobre la confianza de Barack Obama en quienes tienen la tarea de cuidarlo, cierto es que los incidentes del último mes han acentuado las dudas sobre cuán permeable podría ser la coraza que defiende el punto medular de la democracia norteamericana.