El último grito del café con mantequilla
Desde Francia o Italia, países donde ha prevalecido durante siglos un real culto a la gastronomía y al buen café, los especialistas y los consumidores han puesto el grito en el cielo. Desde los Estados Unidos les ha llegado el eco de una nueva moda: ¡el café con mantequilla!
Dice Dave Asprey, creador de Bulletproof Coffee, que la combinación de la mantequilla con las bebidas calientes en el desayuno es tan antigua como que en el Tíbet, desde tiempos inmemoriales, se le agregó mantequilla de yak –esa especie de búfalo de las frías montañas del Asia Central-- a cada taza de té hirviente: una receta fundamental para hacer una vida normal a tanta altura y sobre todo a temperaturas tan bajas.
Pero Asprey no está solo: el nutricionista y escritor Andrew Weil argumenta que en Etiopía siempre ha sido común agregarle al café mantequilla con especias con el fin de propiciarle a los viajantes y a los ganaderos las energías necesarias para mantenerse durante 10 o 12 horas sin necesidad de consumir otro alimento.
En el caso que nos ocupa, este nuevo y escandaloso café deformado tendría efectos extraordinarios para el organismo, al estimular su concentración de energías, a la vez que corta el apetito. De ahí que no falte quien nos lo recomiende, ahora que el verano se aproxima y pretendemos bajar algunos kilos que ya nos sobran.
Finalmente, a pesar de la alarma de los franceses y de otros exquisitos de la cocina, aquí estamos ante una receta que combina café negro bajo en toxinas, mantequilla, siempre sin sal, siempre lograda a partir de la leche de vacas alimentadas solo con pasto natural, un extracto de aceites de palma y coco, y el sencillo pero meticuloso trabajo de una licuadora casera. Una receta que, según Dave Asprey, ya tiene cerca de tres millones de seguidores en el mundo.
"La dernière bizarrerie qui nous vient des Etats-Unis", anota con ironía la versión francesa del Huffington Post, es decir: la última de las excentricidades que atraviesan el Atlántico y comienzan a recalar en la Vieja Europa. De ahí a convertirse en trending topic…, pues un solo paso. No por gusto le llaman "café a prueba de balas".