Asesina en serie condenada a cadena perpetua bromea durante y después del juicio

Se ha sabido que después de llevar a cabo su tercer asesinato, llamó a un amigo para cantarle un tema de Britney Spears: "Oops I dit it again".

Ahora Joanna Dennehy, de 31 años, natural de Peterborough, una ciudad enclavada a 125 kilómetros al norte de Londres, ha sido sentenciada a cadena perpetua por el asesinato premeditado de tres hombres y la agresión no menos sangrienta sobre otros dos que milagrosamente se salvaron.

Sin embargo, lo que parecería ser un escenario de tristeza fue para Joanna un momento de risas y bromas. De  muy poco valió que se le recordara que en el plazo de tan solo 10 días había asesinado en Peterborough a Lukasz Slaboszewski, de 31 años, con quien al parecer llevaba una relación amorosa; al propietario de su casa, Kevin Lee, de 48 años, también tras una fase de insinuaciones sexuales; y finalmente a su compañero de piso John Chapman, de 56 años, un veterano de la Guerra de las Malvinas.

El cuerpo de Lee fue encontrado en una zanja en Newborough, con un vestido negro de lentejuelas y el trasero al descubierto.

También constó en el sumario que Dennehy había apuñaleado repetidamente a John Rogers y a Robin Bereza, dos personas que paseaban con sus perros, escogidas al azar por ella en Hereford, a 180 kilómetros de su ciudad de residencia. Todo esto entre marzo y abril del pasado año.

Tras haberse declarado culpable de los cinco actos que se le imputaban, Joanna Dennehy admitió no sentir ningún remordimiento, aunque no dio detalles de los móviles que la condujeron a convertirse en una asesina en serie en un periodo de tiempo tan estrecho. "Maté para ver cómo me sentía, para divertirme (…) Luego le cogí el gusto" –fueron sus palabras ante la psiquiatra que estudió su comportamiento con vistas al juicio.

Las palabras del juez Spenser fueron categóricas, cuando describió a esta madre de dos hijos como una "asesina en serie cruel, calculadora y manipuladora", que asesinó para "gratificar su propia lujuria sádica de sangre".

Según un video que ha circulado inconteniblemente por los medios de prensa y las redes sociales, Joanna Dennehy ya había dado muestras de su carácter frío cuando fue arrestada y conducida a la estación de la policía en Hereford, tan solo 40 minutos después de haber atacado a Rogers, de 56 años, y a Bereza, de 63.

Ahora su actitud se ha repetido. La psicópata murmuró varias frases y sonrió durante y después de su juicio, según reportes de la prensa inglesa.

Se trata de la tercera mujer que un jurado inglés considera suficientemente peligrosa como para nunca más ser puesta en libertad. La primera, Myra Hindley, condenada a perpetuidad por una serie de asesinatos entre 1964 y 1965, murió de un infarto en prisión, en 2002; y la segunda, Rosemary West, juzgada por el asesinato de doce jóvenes mujeres, entre 1973 y 1978, continúa en prisión.