Cinco rasgos que tienen en común los asesinos en serie

Viven entre nosotros y cuando los atrapan, suelen sorprender a amigos y conocidos. Los asesinos en serie parecen personas comunes y corrientes pero no lo son. Afortunadamente, gracias a la tecnología moderna los criminalistas han logrado identificar varios rasgos comunes de estos peligrosos individuos.

La doctora Elizabeth Yardley, directora del Centro de Criminología Aplicada en la Universidad de Birmingham, reveló a la revista Real Crimen cinco de esas características, reseñadas por el diario británico The Daily Mail, y que reproducimos a continuación:

1- Aman el poder

Los asesinos en serie tienen debilidad por el poder y quieren ejercerlo no sólo sobre sus víctimas sino también sobre las autoridades, incluso cuando han sido capturados. Por eso es frecuente que se nieguen a revelar información, como por ejemplo, la localización de los restos de sus víctimas.

 Ian Brady, el asesino de Moors
Ian Brady, el asesino de Moors

Tal es el caso de Ian Brady, el Asesino de Moors,  quien fue declarado culpable de matar a cinco niños entre 1963 y 1965 junto a Myra Hindley. Brady retuvo la ubicación del cuerpo de la víctima Keith Bennett y muchos creen que fue para afirmar su poder y control sobre la situación.

2- Son manipuladores

Estos criminales usan una vulnerabilidad aparente y la necesidad de agradar para esconder sus siniestras personalidades, indican los expertos.

"Algunos de los más conocidos asesinos en serie del mundo tienen una capacidad aterradora para manipular a quienes les rodean, al pulsar los botones correctos con el fin de presentarse a sí mismos de manera falsa”.

Harold Shipman
Harold Shipman

Por ejemplo, el doctor Harold Shipman se hacía pasar por un médico preocupado por la salud de sus pacientes a la vez que usaba tratamientos para matarlos. Se cree que les quitó la vida a unas 250 personas entre 1975 y 1998; fue condenado por las muertes demostradas de 15.

3- Son egoístas fanfarrones

"Los asesinos en serie son a menudo egoístas que no pueden dejar de presumir de las atrocidades que han cometido, ya sea dirigido a sus cómplices, la próxima víctima, las autoridades, o simplemente a sí mismos”, señala la doctora Yardley.

La experta mencionó el caso del asesino británico Trevor Hardy, llamado La Bestia de Manchester por sus asesinatos de niñas adolescentes en la década de 1970, quien se jactó de un crimen ante su hermano menor. Justamente ese desliz condujo a su arresto.

4- Pueden ser encantadores

“Los asesinos en serie tienden a tener una muy buena comprensión de las emociones de otras personas y se apresuran a aprovechar cualquier vulnerabilidad o debilidad con el fin de convencerlas para que hagan cosas que normalmente no harían", añadió la doctora Yardley.

De ese modo son capaces de agenciarse cómplices y lograr que otras personas –incluidas sus víctimas- los obedezcan casi incondicionalmente.

Poco antes de su ejecución en 1989, Ted Bundy confesó 30 asesinatos en siete estados norteamericanos entre 1974 y 1978, aunque se cree que mató a muchos más.

Descrito como encantador, carismático y guapo, Bundy simulaba alguna discapacidad usando eslingas o yesos falsos, y se hacía pasar por un policía para ganarse la confianza de sus víctimas.

5- Pueden parecer ciudadanos ejemplares

John Wayne Gacy. AP.
John Wayne Gacy. AP.

"Posiblemente el rasgo más temible de todos, muchos asesinos en serie parecen un pilar de la comunidad a primera vista”, indica la revista Real Crime. “Sin embargo, esta es una forma de ganarse la confianza, sólo para abusar de ella de la manera más atroz. Esta táctica ha permitido a muchos hacer un montón de cosas desviadas tras puertas cerradas."

Fue el caso de John Wayne Gacy, apodado 'Killer Clown' (Payaso asesino), quien era políticamente activo en su suburbio de Chicago y trabajó duro para la comunidad local, incluso actuando en fiestas y eventos como 'Pogo' el payaso.

En privado, violó y asesinó a 33 adolescentes entre 1972 y 1978, y enterró a muchos en los terrenos de su casa.