Los esclavos de Thomas Jefferson

Thomas Jefferson protagonizó a lo largo de su vida un buen número de actos que figuran con letras de oro en los libros de historia de los Estados unidos. Pero también cabe destacar un contrasentido que dibujó una frontera entre su vida privada y pública.

Este hombre, que se convirtió en uno de los padres de la Declaración de Independencia, fue un luchador nato por los derechos civiles y en más de una ocasión declaró que "la esclavitud era un crimen abominable". Sin embargo, a lo largo de su vida tuvo a su cargo a centenares de esclavos trabajando para él. Toda una paradoja.

En 1770, con 27 años de edad, Jefferson se trasladó a vivir a Monticello, una mansión en Virginia que él mismo diseñó y mandó construir para que se convirtiera en el hogar donde quería residir y formar una familia.

Por aquel entonces todavía no se dedicaba a la política, pero había ganado una buena suma de dinero ejerciendo como abogado de las familias acomodadas que residían en la Virginia colonial. Adquirió un buen número de esclavos y los dividió entre los que servían en la casa y los que trabajaban en las enormes plantaciones que poseía.

En 1772 contrajo matrimonio con Martha Wayles, la rica heredera de un terrateniente de Virginia que, un año después, envió como regalo a Monticello a una familia entera de esclavos, entre los que se encontraba la pequeña Sarah Hemings, quien contaba con un año de edad y en realidad era hermanastra de la esposa de Jefferson.

Sally, nombre con el que era conocida la niña, nació fruto de la relación que mantuvo el padre de Martha con una de sus esclavas. Posteriormente Thomas Jefferson mantuvo relaciones con ella. Por entonces apenas tenía 14 años, pero a pesar de todo tuvo hasta un total de seis hijos con Sally.

En pocos años, Jefferson, que había amasado una importante fortuna, siguió comprando esclavos y se metió de lleno en la vida política del estado de Virginia. En 1776 había sido uno de los cinco hombres elegidos para redactar la 'Declaración de Independencia de los Estados Unidos' y a partir de ahí su carrera fue fulgurante.

Desempeñó cargos como Gobernador de Estado, fue miembro del Congreso, Embajador en Francia (entonces llamado 'Ministro de EEUU') y en todo ese periodo tuvo presente continuamente en sus discursos una palabra que utilizaba más que otras: libertad.

A lo largo de su vida, Jefferson tuvo trabajando para él a más de 600 esclavos; pero por mucho que promulgó los derechos civiles, individuales y la libertad de la personas, ni tan siquiera cuando llegó a ser proclamado tercer presidente de los Estados Unidos, en 1801, no hizo nada para emancipar a los esclavos del país y tan solo fueron liberados 7.

De esos siete esclavos liberados, 4 eran hijos suyos y los otros tres familiares directos de Sally. La emancipación de los dos primeros se las dio estando aún vivo, pero los otros cinco lo consiguieron a través de su última voluntad, que dejó escrita en el testamento.

Fuentes de consulta: americanhistory / slaveryatmonticello