El encuentro diplomático entre reyes que acabó a puñetazo limpio

Los festejos que debían sellar la alianza entre Enrique VIII de Inglaterra y Francisco I de Francia acabaron en un combate de lucha libre entre los dos monarcas

Campo de la tela de oro el lugar del encuentro entre Enrique VIII y Francisco I (Wikimedia commons)
Campo de la tela de oro el lugar del encuentro entre Enrique VIII y Francisco I (Wikimedia commons)

Durante las primeras décadas del siglo XVI tres reyes eran los que más poder y control aglutinaban en la vieja Europa: Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico,  Enrique VIII de Inglaterra y Francisco I de Francia.

Si algo tenían en común, además de ser los monarcas de sus respectivos imperios, era su extrema juventud, un hecho que en más de una ocasión jugaba en contra de sus propios intereses debido a la inexperiencia,  el ansia que tenían por acaparar el máximo poder posible y, sobre todo, a la fanfarronería propia de la edad.

De todos ellos resultaba ser el más joven de los tres, el rey Carlos, quien con tan solo veinte años de edad despuntaba como el que había conseguido expandir su imperio con más rapidez. Esto hizo que entre los reinos de Francia e Inglaterra se buscase realizar una serie de pactos que hiciese más fuertes a ambos imperios y frenase la fulgurante expansión del rey español.

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A través de la mediación del cardenal Thomas Wolsey se acordó realizar un encuentro anglo-francés que tendría lugar durante las últimas semanas de la primavera del año 1520, por lo que se dispuso todo lo necesario para que Enrique VIII y Francisco I se reuniesen, llegasen a un acuerdo y sentasen las bases de un pacto de no agresión entre ambos países, muy común a lo largo de los últimos siglos.

El lugar escogido fue Balinghem, un territorio al norte de Francia pero que en aquel momento pertenecía a la corona inglesa. Fueron enviados cientos de trabajadores por parte de ambos reinos, quienes a lo largo de varias semanas trabajaron incansablemente para levantar los espacios en los que se celebrarían las diferentes reuniones, se alojarían las comitivas reales o se realizarían los actos de entretenimiento, como torneos, luchas y combates.

El encuentro en 1520 entre Enrique VIII y Francisco I acabó a tortazo limpio (Wikimedia commons)
El encuentro en 1520 entre Enrique VIII y Francisco I acabó a tortazo limpio (Wikimedia commons)

Era tal el lujo y la ornamentación que se utilizó que a aquel lugar se le bautizó como ‘Campo de la tela de oro’, debido a la gran cantidad de hilo de este caro metal precioso que se utilizó para coser y adornar las cortinas, manteles y todo tipo de ornamento.

Todo estaba dispuesto para que a partir del 7 de junio de 1520 se reunieran Francisco I y Enrique VIII acompañados de sus respectivas esposas y extensos séquitos. Fue tal el despilfarro económico que se realizó que dejó muy mermadas las arcas de ambos reinos.

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Durante tres semanas los reyes y sus comitivas se estuvieron reuniendo, discutiendo, llegando a acuerdos y entreteniéndose viendo divertidos, a la vez que sangrientos, combates entre entrenados soldados de ambos reinos.

En un momento dado de aquel largo y casi interminable encuentro, que duró hasta el 24 de junio, Enrique y Francisco, debido a su lozanía (el inglés tenía 29 años de edad y el francés, 25), decidieron a modo de divertimiento y entretenimiento retarse en una serie de pruebas, quedando bastante equilibradas las fuerzas de uno y otro contrincante, así que decidieron medir cuál de los dos monarcas era el más fuerte a través de un combate de lucha libre.

Así pues, en medio de dicho encuentro diplomático para acercar posturas, ambos reyes se enzarzaron en una pelea a puñetazo limpio como si se tratase de dos plebeyos en una trifulca de cantina.

Francisco I se alzó con el triunfo al lanzar a Enrique VIII al suelo y superarlo, algo que hirió el orgullo y no gustó demasiado al monarca inglés.

No debemos olvidar que Catalina de Aragón, esposa de Enrique VIII, era tía del rey español Carlos I y por lo tanto no veía con demasiado agrado que su esposo pactase con los franceses para hacer frente a los españoles, por lo que no se sabe bien cuál fue el verdadero motivo, pero tras finalizar las tres semanas de conversaciones entre ambos reinos no se llegó a ningún acuerdo. Poco tiempo después el rey inglés firmaba una alianza con Carlos I que los conduciría, dos años después, a una guerra conjunta contra el Reino de Francia.

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Para terminar, cabe destacar que otro de los datos anecdóticos del encuentro en el Campo de la tela de oro fue la presencia de Ana Bolena, quien por aquel entonces era dama de compañía de la reina consorte de Francia Claudia, y que trece años después se convertiría en la segunda esposa de Enrique VIII.

Fuentes de consulta: royalarmouries / luminarium / tudorhistory

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