Las palomas consiguen aprender a contar hasta nueve

Algunos animales gozan de mala fama, y un buen ejemplo de ello son las palomas, a las que se responsabiliza de ensuciar las ciudades y se las asocia con una baja inteligencia. Parece ser que esa imagen está equivocada. Tal como se describe en el número de esta semana de la revista Science, las palomas son capaces no sólo de contar, sino de llevar a cabo reglas numéricas simples.

Hasta el momento, se había demostrado esta capacidad para realizar operaciones con números en macacos y abejas melíferas. El siguiente paso era conseguir los mismos resultados en otros animales, y la paloma parecía el candidato perfecto. Estos animales han sido entrenados desde la antigüedad para realizar todo tipo de tareas, y ya habían demostrado capacidad para contar. Su agudeza visual también jugó un papel importante.

El experimento se llevó a cabo en dos fases. Durante la primera, se entrenó a varios individuos mediante refuerzos con comida. En una pantalla táctil se presentaban un conjunto de imágenes con objetos de distintos tamaños, formas y colores, por ejemplo un cuadrado amarillo, dos cilindros rojos y tres triángulos verdes. El individuo no obtenía la comida hasta que no era capaz de marcar los objetos en orden numérico ascendente. En el siguiente experimento cambiaban las formas y los colores, y se repetía el mecanismo, para fijar la gratificación en base a los números y no a colores o formas.

Una vez superada la fase de entrenamiento, a los mismos individuos se les presentaban imágenes que contenían un mayor número de objetos, hasta un máximo de nueve. Sin haber recibido entrenamiento en números mayores, el 70% de las ocasiones eran capaces de resolver el problema y obtener el premio. Estos resultados son muy similares a los obtenidos con macacos rhesus, aunque el entrenamiento de las palomas resultó más difícil.

El objetivo de este estudio puede parece banal, pero no lo es. El objetivo del estudio se centraba en demostrar la capacidad para llevar a cabo operaciones simbólicas en animales alejados de los simios. El valor evolutivo que dicha capacidad tiene es innegable, ya que permite desarrollar estrategias muy elaboradas, tanto de caza como de protección de los grupos. La pregunta que aún no ha podido responderse es si el origen evolutivo de esta capacidad ha aparecido varias veces o proviene de un único ancestro común que ya contaba con ella.