Crystal Tovar, la diputada con la minifalda más corta

Crystal Tovar Aragón, Diputada del PRD / Foto Cuartoscuro

Salió del anonimato hace poco más de una semana, destacando entre los 500 legisladores que conforman la Cámara de Diputados. No fue por alguna iniciativa presentada, debido a su posición con respecto a alguna de las reformas o hacia un hecho realizado por el actual gobierno federal, dado que la chica forma parte del bloque de oposición.

La verdad es que fue la diminuta prenda con la que asistió a una de las sesiones del Congreso lo que la ha lanzado al estrellato, dotándola de esos 15 minutos de fama que hoy extendemos un poco más para comentar las pasiones que levantó por aquí y por allá, todo por un pedacito de tela, la lente oportuna y curiosa de un fotógrafo y la tendencia morbosa de todos, con usted incluido, porque de no ser por ese maxi cinturón, usted no estaría aquí ahora.

¿Quién es esa chica? diría Madonna ya hace algunos ayeres. Se trata de Crystal Tovar Aragón, diputada federal por el PRD que con 23 años recién cumplidos es una de las tres legisladoras más jóvenes. El puesto que hoy tiene lo debe a la representación proporcional tan polémica entre todos los que estamos de este lado y no tenemos fuero pero tan deseada entre los políticos. Es decir, es una de esas diputadas por las que nadie votó y que nos ensartan cada tres años debido a su carácter plurinominal.

Originaria de Chihuahua es integrante de las comisiones de Juventud, Ciencia y tecnología y Relaciones Exteriores. El partido del Sol Azteca enumera así su trayectoria política (que conste que lo siguiente es textual): “Integrante del Ballet Folclórico “Mixcóatl” del Colegio de Bachilleres No. 4 del Estado de Chihuahua. (2003-2011) Maestra o sinodal de la Asociación Internacional de Kempo-Lama Kick Boxing (FFMK por sus siglas en inglés). (2008-2012) Integrante del Ballet Folclórico “Yaocuauhtli” de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma del Estado de Chihuahua. (2011-2012) Integrante del Consejo Gubernamental de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma del Estado de Chihuahua. (2011-2012)”.

Se ubica en el edificio B, nivel 4, oficina 401 de San Lázaro y podría darle su número telefónico y extensión pero ya veo a más de uno saturando las líneas.

La situación de Crystal Tovar llama la atención (aquí ya no nos referimos a su atuendo) debido a su juventud y a la coincidencia de que apenas ayer algunos colegas suyos propusieron disminuir la edad mínima requerida para aspirar a una curul, que de aprobarse pasaría de los 21 a los 18 años. El argumento: una acto de justicia ante quienes son considerados para votar pero no para ser votados.

Decía mi abuela que para todo hay edad cuando me descubrió a los 14 años dándole sorbitos a una cuba libre fabricada con Don Pedro. Y mi abuela nunca fallaba al sentenciar ‘te lo dije’. No es que los mayores y colmilludos dinosaurios políticos de todos los colores nos inspiren confianza. Todo lo contrario, su trabajo sería un buen motivo para llenar de chamacos la Cámara Baja, aunque el último Niño vestido de Verde que tuvimos provoca que ya ni en la infancia parlamentaria creamos . No obstante, habría que considerar si sería oportuno tener a chicos recién entrados en su etapa adulta como representantes populares (ojalá eso fueran en serio), toda vez que justo a esa edad en todo quiere andar uno y ni la escuela ha terminado.

En el caso de Crystal Tovar, por ejemplo, su escolaridad es de preparatoria, puesto que aún cursa la licenciatura de Administración Gubernamental. Eso hace que nos preguntemos si en verdad tenemos a una legisladora de tiempo completo, lo cual debería de ser, más aún con el sueldazo que erogamos.

Lo cierto es que ni entre los veteranísimos ni entre los noveles, ni entre quienes son parlamentarios de carrera, ni tampoco entre cantantes, actores, deportistas ni de aquellos de los que han llegado a presidentes de México hemos visto acciones que en verdad dignifiquen la labor del diputado, sino todo lo contrario.

Hasta ahora, siguen siendo los escándalos, los excesos, el nepotismo, el influyentismo, el despilfarro, el abuso, la oposición permanente o la complacencia absoluta los elementos que caracterizan a los legisladores. No hacen ni han hecho nada, ni grandes ni chicos, para ganarse un lugar entre las profesiones que todo joven busque. Son aspiracionales (por sus percepciones económicas y lo poco que hacen para obtenerlas) pero no respetados. Aún no llega el día en que se hable del excelente trabajo legislativo hecho por alguno de ellos.  Por ahora, lo que distinguió a una es llevar la minifalda más corta. Y nada más.

La guerrera vengadora



Algo tendrá que hacer Rosa Gloria Chagoyán para recuperar el epitafio que por derecho le correspondía junto al de Lola la Trailera. Y es que la Maestra que nos dio un beso a la salida por hacer los palitos derechitos se lo acaba de apropiar y pide que en su lápida rece “Aquí yace una guerrera y como guerrera murió”, además de anticipar que aún no se va, por más reformas educativas que surjan por ahí y sugieran que el Imperio llegó a su fin. Lo que son las cosas. Uno habría jurado que una vez que la líder sindical dejara este mundo en su tumba diría ‘Viví dos mil 35 mil días y goberné por otros ocho mil 400 mil’, aunque tampoco está exenta de que alguien decida ponerle, una vez que el botox ya no alcance, ‘A mí la AHLNL me hizo los mandados’ o mejor aún ‘Yo siempre metí goles en el campo de béisbol’. Aún hay tiempo de afinar ese epitafio, no se ve como alguien que viva sus últimos días, pues apenas lleva 68 años en este mundo. Y contando.

La risa en vacaciones



El presidente Enrique Peña Nieto anda algo urgido de una limpia o por lo menos un breve espacio que le permita darse un baño en caldo de oso aunque sea en la azotea de Los Pinos. Todo se le junta al preciso, en esa labor ingrata que es ser mandatario donde nunca queda bien. Ahí lo tienen, con el primer puente del año echado a perder debido a que se le atravesó un incidente como la explosión en la Torre de Pemex mientras en las famosas Islas Marías se levantaba un motín. Las críticas que le llovieron tras la revelación de que ya estaba con un coco en la mano en Punta Mita, Nayarit, apenas horas después de haber declarado luto nacional en honor de las víctimas fallecidas en la sede de la paraestatal no eran para menos, sobre todo cuando no hubo siquiera un desmentido por parte de Presidencia, cuando sí lo hubo para decir que su hija Paulina no tenía cuenta de Twitter, lo que da cuenta de las cosas que en verdad son relevantes para este país. Les bastó con decir que a medianoche ahí estaba Peña Nieto entre los escombros, dejando al aire la especulación sobre si al ver el mar de comentarios en su contra se puso camisa y pantalón encima del traje de baño y viajó como gaucho veloz hacia el lugar de los hechos. El Presidente necesita vacaciones, pero que no desespere, total, sólo le restan cinco años y 7 meses. ¿Qué tanto es tantito y qué más puede pasar?

El reinado de la estupidez



La Real Academia Española define a la estupidez como la “torpeza notable en comprender las cosas”. No puede haber otra manera para describir la actuación tanto del alcalde de Acapulco, Luis Walton, como de las autoridades de salud en Jalisco. El primero al declarar que “la violación de turistas sucede en todo el mundo”, luego del ataque de horas sufrido por ciudadanas españolas en el puerto turístico, lo que ha llevado al político a pedir disculpas antes de cada frase que emite de ahora en adelante mientras el otrora paraíso vacacional es colocado como el segundo sitio más peligroso del mundo. Lo único que le faltaba era llorar y ya lo hizo, pero de detenidos no se sabe. Del otro lado está el evento en tierras de Jalisco, donde una niña de 9 años se convirtió en madre y la decisión de los médicos (con autorización de la madre de la niña) fue implantarle un dispositivo anticonceptivo suponiendo de facto que la menor podría verse involucrada en un hecho similar (haciéndola entonces responsable a ella y no a todos los que ‘no se dieron cuenta de las cosas’), sin tomar en cuenta que el hecho, sin darle vueltas, es el de un abuso sexual. Es el reinado de la estupidez donde sólo faltaba que el Procurador General hiciera bromas sobre cosméticos y ‘armas letales’ encontradas en la torre de Pemex. Y en efecto, sí pasó.

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