Hechizados por los pulpos

Yahoo! Noticias. Alejandro Agostinelli

Todo lo que se escribió, se comentó y se vio sobre el ahora legendario Pulpo Paul quedará grabado en los anecdotarios deportivos o, con justicia, será relegado al olvido. Más desde que trascendieron las manipulaciones y picardías que le otorgaron credencial de oráculo allá por julio de 2010, durante el Mundial de Fútbol.

El "pulpo psíquico" pasó a mejor vida el 26 de octubre de aquel año y, desde el pasado 21 de enero de 2011, tiene monumento propio en su último hogar, el Sea Life Aquarium de Oberhausen, Alemania.

Más allá de aquel pandemonium mediático, el azar, que nunca le dejó de sonreír, y el torbellino de humoradas, Paul fue ungido celebridad y con todos los derechos: ya tiene una respetable entrada en Wikipedia, situada por encima del Pulpo a la Gallega (antes, el pulpo más popular de la web) y la Unión Europea de la Asociación de Fútbol consideró en su sitio web oficial que "el fenómeno de ocho patas se había ganado un espacio en la historia del deporte".

Una gran herencia de aquel número circense fue otra constatación: ese animalito marino, parecido a un narigudo de ocho patas, suscita fascinación, y no solo entre los interesados en las ciencias del mar sino entre los profanos, y eso que muchos de ellos ignoran de qué clase de animal hablamos cuando hablamos del pulpo o, mejor dicho, de los octópodos (del griego, octó, ocho y podós, "pies").

El octopus es un invertebrado que se caracteriza por su inteligencia, el notable desarrollo de su sistema nervioso y su innata capacidad para resolver problemas, sortear obstáculos y memorizar patrones. Son grandes observadores del entorno, son miméticos (por ejemplo, pueden arrigarse para confundirse con una roca) y poseen el don de improvisar comportamientos originales para asegurar su supervivencia.

¿Qué pasa por el cerebro de un molusco que sabe poco de fútbol y tiene escasa capacidad para predecir el futuro? Su única preocupación seria es encontrar el sitio donde le convendrá permanecer junto a sus huevos, lograr sustento y saciar su instinto reproductivo.

¿Tiene una bola de cristal para saber cuál es el sitio más seguro? No, pero la anatomía del cefalópodo revela datos casi tan asombrosos: cada uno de sus ocho brazos conecta con un cerebro pequeño que depende del central, que usa para controlar sus brazos. El punto de convergencia de sus brazos es la boca (provista de un pico córneo) y su cabeza, donde se alojan los ojos, que enfocan la vista con precisión similar a la humana. También posee tres corazones, dos de los cuales bombean sangre a las dos branquias y el tercero al resto del cuerpo. Se impulsan a gran velocidad, para lo cual expulsan agua mediante un sifón, que también les permite cambiar de dirección.

El tercer brazo derecho del macho es un órgano copulador, llamado hectocotylus, que es con el que fecunda a la hembra, a la que abandona tras colgar racimos de hasta 40.000 huevos. ¿Una poca de gracia sobre su promiscuidad sexual? Hace poco, biólogos de la Universidad de Santiago de Compostela descubrieron que el pulpo tiene paternidad múltiple. Los machos transfieren mediante su tercer brazo paquetes de espermatozoides a las hembras, que pueden almacenar hasta diez meses. Como las hembras tienen múltiples compañeros para copular, las crías pueden ser de tres o cuatro padres diferentes. Cuando trae a sus pulpitos al mundo, a mamá pulpo se les acabó la fiesta: los cuida durante un mes, lapso en el cual no se alimenta; por eso, al eclosionar los huevos, muere. Y los pulpitos quedan solos frente a su destino.

1. CAMPEONES TÁCTICOS

El octopus tiene una gran capacidad para manipular físicamente el entorno. Salen al mundo submarino a su propia cuenta y riesgo, sin padres que les den entrenamiento específico. Pero, en procura de alimento, pueden estudiar mediante el tacto, la vista y el olfato un frasco y su mecanismo de apertura para lograr su presa. Tienen gran resistencia a la frustración y "traman" diferentes estrategias, sirviéndose de millones de quimioreceptores que tienen diseminados por cuerpo y gracias a los cuales orientan su desplazamiento.

Sus glándulas salivares destilan una potente neurotoxina, la cefalotoxina, que paraliza a las presas que abraza y en ocasiones, como la salva de Alien, contiene secreciones que pueden llegar a disolver las uniones musculares del caparazón de los crustáceos y permitir a los pulpos de ir a por sus órganos internos. En el siguiente video, la recompensa a su picardía es un delicioso cangrejo.

2. LA ASTUCIA DEL OCTOPUS

A lo largo de casi diez años, un equipo científico del Museo de Victoria, Australia, buceó en las costas de la islas de Sulawesi y Bali, en Indonesia, en pos de un objetivo: determinar si los pulpos de la especie Octopus Marginatus Amphiocotopus son capaces de manejar herramientas finas. En el lecho marino, el grupo liderado por el doctor en Biología Marina, Julian Finn, descubrió y filmó a una especie de pulpo que utilizaba medio coco como escudo defensivo y como medio de locomoción, para facilitar un desplazamiento horizontal en desmedro de sus habituales "zancadas". No sólo eso, varios pulpos extrajeron las cáscaras de coco enterradas con la ayuda de chorros de agua para limpiar el barro y dejar a su herramienta en condiciones. El uso de elementos para fines específicos por parte de un invertebrado ofrece un extraordinario ejemplo de la sofisticación de sus habilidades cognitivas.

El video es parte del artículo "El uso de un coco como herramienta defensiva y de transporte por parte de un Octopus", publicado en la revista Current Biology. Y si nunca lo vieron háganlo, porque no tiene desperdicio.


3. DONDE EL OCTOPUS MANDA

¿Son los tiburones los dueños del océano? En el mundo submarino a veces se dan insospechadas relaciones de poder. Y disputas con remates inesperados. En el siguiente video, un pulpo gigante utiliza sus tentáculos hasta derrotar, y dar muerte, a un tiburón. No es apto para corazones impresionables.

4. PREFIEREN LA TV EN ALTA DEFINICIÓN

En experimentos realizados para evaluar la reacción de estas criaturas a las imágenes en movimiento, el Octopus Tetricus respondió más activamente a la televisión de alta definición (HDTV), que tiene cinco veces más pixeles, que a la TV tradicional. Según la investigación, publicada en la Revista de Biología Experimental, las imágenes comunes de televisión no fueron suficientemente "convincentes" para estos cefalópodos. El estudio de Renata Pronk, de la Universidad Macquarie, en Sidney, también prueba que tienen "personalidades episódicas", es decir, su personalidad es inestable, cambia con el tiempo.


5. ENCANTADOS POR LAS CÁMARAS

La relación de los pulpos con la fama no aparece con la mafia de "Octopussy" (discúlpese el guiño, que solo pescarán los fans del James Bond de Roger Moore) y, desde luego, mucho menos a partir del Pulpo Paul.

Hace poco, en Nueva Zelanda, el aficionado al buceo Victor Huang, se sumergió en el mar a tomar algunas imágenes submarinas y tropezó con un ejemplar muy interesado en su cámara: la envolvió con sus tentáculos, tironeó y se la despojó. Tras forcejear un rato con el molusco, Huang debió subir a tomar aire y regresar por su equipo, al que logró recuperar.

Huang cree que al pulpo quizá le llamó la atención el brillo azul metálico de la videocámara.

6. MOLUSCOS CAMALEÓNICUS

Otro atributo insólito de algunos pulpos es su facultad para cambiar de color y textura, al punto de que son capaces de invocar la aparición de maravillosos dibujos y motivos en su piel, como puntos, lunares o rayas. Su piel contiene pigmentos rojos y negros, aparte de otros colores según la especie. Los rápidos cambios de tono les permiten pasar desapercibidos. Se sirven de estas mutaciones como camuflaje y para comunicarse entre sí.

Observaciones recientes precisaron que poseen una inesperada flexibilidad conductual.

Uno de los pulpos más peligrosos —el Anillos Azules— está, definitivamente, entre los más amorosos: cuando un macho asalta a una hembra, se encuentran en un abrazo que dura varias horas; la pulpa pone entre 50 y 100 huevos y un mes después, cuando los huevos eclosionan, ésta muere exhausta. Esta clase de octopodos es muy temida a causa de la ventaja adaptativa que le otorgó la evolución a la hembra para que pueda proteger a sus crías: los huevos contienen un veneno muy tóxico, la tetrodotoxina, lo cual los vuelve poco recomendables para preparar un omelette: podría matar a 26 adultos en un santiamén.

Esto tampoco significa que debas esperar una emboscada de pulpos azules iridiscentes si alguna vez tomas la decisión de practicar buceo en el Océano Pacífico; estos moluscos no son ni lejanamente agresivos con el ser humano —a menos que le encajes un pisotón—, y prefieren alimentarse de pequeños cangrejos, camarones o peces pequeños.

Curiosamente, la población de pulpos Anillos Azules no es numerosa y, sin embargo, no figuran en el inventario de especies amenazadas de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

¿Hicieron algo malo aparte de luchar por su supervivencia estos bellísimos criminales en potencia? Los organismos ecologistas también deberían luchar por el derecho a la vida de los animalitos que nos caen antipáticos.

Noé, antes de subirlos al Arca, seguro que no les revisó el prontuario.

Alejandro Agostinelli es periodista y editor del blog Factor 302.4