Es posible el sexo entre un delfín y un ser humano

El video tiene más de un año de antigüedad. Pero, por esos misteriosos azares de la web, se viralizó en los últimos días, superando los 2 millones y medio de visitas. Según el epígrafe que acompaña el documento, filmado con un teléfono móvil, la turista, que visitaba un santuario de delfines en Cuba, se sentó para contemplar las piruetas de uno de estos animalitos marinos hasta que ¡ops! uno de ellos saltó sobre ella y le empezó a dar amor. Si sos mayor de edad, te invitamos a ver la acción.

Debajo del video, los usuarios dejaron toda clase de comentarios. Desde los graciosos hasta los disparatados: que la embarazó y espera una extraña criatura híbida, que el padre de la joven le inició al propietario del complejo una causa por bestialismo, que ella le tomó cariño al "agresor" (en un curioso corolario del Síndrome de Estocolmo) y desde entonces son pareja, etc.

Ahora —y fuera de broma—, ¿esta es la primera vez que uno de estos simpáticos animalitos acuáticos "se tiran" a un ser humano y representan una escena así, donde un delfín emula el movimiento copulatorio? No, estas "seudoviolaciones" son una práctica muy extendida; hay más ejemplos aquíaquí. En tren de verificar su frecuencia, podríamos llegar a una insólita conclusión: los delfines no sólo están entre los seres más inteligentes de la Tierra; sino, también, entre los más cariñosos.

MI NOVIA FUE UN DELFÍN

Estos videos recuerdan la escandalosa historia de amor entre Malcolm Brenner y Dolly, un delfin hembra. El romance comenzó en 1970, cuando Brenner tenía 20 años y era estudiante de segundo año en el New College de Florida, en Sarasota, EE.UU.

Brenner, ahora un escritor de 60 años, fue contratado por un fotógrafo para posar junto a los delfines en el parque de atracciones Floridaland para unas fotos que iban a ilustrar un libro infantil. El dice que no esperaba ser seducido. "En un principio, era más agresiva, ya que se lanzaba contra mí. Dolly fue más delicada con el tiempo", afirmó, "hasta que me di cuenta que era extraordinariamente erótica".

"Estoy seguro de no ser el primer hombre que tuvo relaciones sexuales con un delfín, pero sin duda soy el primero en escribir públicamente sobre ello"

, escribió Brenner en su crónica novelada Wet Goddess ("La diosa húmeda"). Tal vez la historia nunca hubiera salido a luz sin la insistencia del psiconauta John C. Lilly (1915-2001), quien consideró el romance "una aventura intercultural digna de ser compartida con el mundo".

En el libro acusa a sus críticos de ignorar todo sobre el asunto. "¿Es repulsiva una relación donde ambos sienten y expresan su amor? Yo sé de qué hablo: tras hacer el amor, ella puso su hocico en mi hombro, me abrazó con sus aletas y nos miramos a los ojos por un minuto".

Según Brenner, la relación duró nueve meses: terminó cuando el parque cerró y su novia fue trasladada a un acuario en Gulfport, Mississippi. ¿Alguien intentó chequear esta sorprendente historia de amor interespecies? Simon McCormack, un redactor de The Huffington Post, averiguó varios hechos y fechas que coincidían con su relato.

El primer escandalizado ante la supuesta relación fue la doctora Denise Herzing, la zoóloga marina por la Universidad de Oregon que lidera el Wild Dolphin Project, dedicado a estudiar la comunicación entre cetáceos y seres humanos. "Glorificar las interacciones sexuales con otras especies no es apropiado para la salud y el bienestar de cualquier animal", explicó Herzing. "Pone en riesgo la salud propia, el comportamiento social del delfín".

Brenner ha contestado que su amor era sincero, que no le consta haber perjudicado al animal y que la mejor prueba de que no había abusado de Dolly, sino que ella había consentido la relación, es que él está vivo para contarlo. Estar con un delfín, dice, "es tan peligroso como estar con un tigre o un oso. Es un animal que, si lo quisiera, te podría matar en dos segundos".

El escritor asegura que nunca pudo olvidar su amorío estudiantil. Tuvo intenciones de ir a Gulfport a visitar a su enamorada. "Pero ya no iba a funcionar. Aprendí que, emocionalmente, los delfines pueden ser posesivos y son mucho más vulnerables de lo que había imaginado".

Ahora bien, si lo que cuenta Brenner no es una bromita para El Club de los Mentirosos y lo que dice es cierto ¿hubiese cometido un delito? La verdad es que no: recién en 2011 el estado de Florida aprobó una ley que prohíbe la zoofilia.

Y mejor no hablar de las chances de procreación entre un humano y un delfín. "(Esto) debe relegarse al reino de las fantasías improbables. Tales amores y 'cruces' son tan razonables como el cruce entre un hombre y una petunia", escribió Carl Sagan en Los dragones del Edén: especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana, libro por el cual recibió el Premio Pulitzer en 1978. Sagan se refería a las historias de contacto sexual entre humanos y seres de otros mundos. Según parece, las posibilidades de apareamiento exitoso no son tan distintas entre uno y otro caso.

Alejandro Agostinelli es periodista y editor del blog Factor 302.4
@AleAgostinelli