Estrés: No doy más
"Los especialistas dicen que si me siento estresada tengo que valorar las cosas positivas más que las negativas, aprender a usar técnicas de relajación, escuchar música, practicar yoga o meditación, y ser buena conmigo misma, tenerme paciencia. Pero no es tan sencillo y yo no doy más. Algunos días me cuesta levantarme de la cama, otros siento vértigo y mareos, y todos los días siento que no he dormido aunque lo haya hecho", me cuenta Valeria.
El estrés es la respuesta natural del cuerpo ante situaciones amenazadoras y desafiantes, pero cuando se vuelve crónico puedo ser la causa de numerosas patologías.
Muchos estudios han considerado la relación entre el estrés laboral y una variedad de enfermedades. Alteraciones de humor y de sueño, estómago revuelto, dolor de cabeza y relaciones alteradas con familia y amigos son síntomas de problemas relacionados que se ven comúnmente reflejados en estas investigaciones. Estas señales son fácilmente reconocibles, pero los efectos en las enfermedades crónicas son más difíciles de diagnosticar, dado que estas enfermedades requieren un largo período de desarrollo y se pueden ver influidas por muchos factores además del estrés.
No obstante, las evidencias sugieren que el estrés puede tener un papel preponderante en una serie de problemas de salud crónicos, como las enfermedades cardiovasculares, afecciones musculoesqueléticas, y afecciones psicológicas, como la depresión.
Padecer estrés de manera prolongada debilita el sistema inmunológico, el corazón, daña las celulas de la memoria en el cerebro y produce acumulación de grasa en las arterias.
Aquí va un interesante cuestionario para medir tus niveles de estrés y un artículo médico sobre cómo manejarlo.
La medicina lo clasifica de la siguiente manera:
Hipoestrés: poco.
Hiperestrés: mucho.
Distress: se trata de un estrés negativo en el cual las demandas son muy grandes para nuestro organismo.
Eustress: es un estrés positivo, que nos estimula a mejorarnos y a superarnos.
Estrés agudo: se trata de un estrés de poca duración o pasajero, pero muy fuerte, como una especie de shock emocional.
Estrés crónico: se trata de un estrés fuerte o débil que se prolonga demasiado o que nunca se deja de tener.
La realidad, como le pasa a Valeria, es que no siempre estamos están dadas las condiciones para cambiar las circunstancias que nos estresan, sobre todo cuando son laborales.
Fuente. MedlinePlus
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