Un presidente, la primera celebridad que luchó contra el sobrepeso


Ser obeso y enfrentar la necesidad de bajar las muchas libras de más no es nuevo, si bien en los tiempos modernos la cultura de lo hiperdelgado, el empuje mediático de las esbeltas figuras como la realidad deseable y triunfadora y el boom de todo tipo de alimentos dietéticos ha transformado el asunto de la reducción de peso cosa de gran relevancia. Ni se diga el tremendo incremento de los niveles de obesidad a escala general, lo que hace al problema muy relevante en términos de salud pública.

En la antigüedad se registraron desde luego casos de obesidad y en el siglo XVIII se elaboraron descripciones y cálculos de ello. Y en el siglo XIX el francés Jean Brillat-Savarin y el inglés William Banting propusieron de las primeras dietas para combatir la obesidad en las que se enfatizaba la reducción en el consumo de carbohidratos.

Pero a principios del siglo XX esa inquietud alcanzó en Estados Unidos estatura presidencial. William Taft, quien gobernó el país entre 1909 y 1913, no tiene demasiado qué presumir durante su mandato y en realidad lo terminó desacreditado y derrotado políticamente en su intento de conseguir la reelección. Pero Taft habría sido un riguroso seguidor de dietas de reducción de peso, mucho antes de que la comida diet y las técnicas para adelgazar llegaran al mercado masivo, y una de las primeras figuras públicas estadounidenses en encarar abiertamente su problema de obesidad, pues llegó a pesar más de 300 libras. Tal masa lo puso, junto a su actividad como mandatario, en los titulares de la prensa de la época.

Según la agencia AP, que cita la investigación de la profesora Deborah Levine, Taft fue asesorado por un médico para enfrentar su obesidad y otros trastornos y documentos de su correspondencia, con dietas incluidas, son muestra de ello. Habría sido la primera celebridad en luchar abiertamente por su reducción de peso.

El tratamiento que le aplicó el británico Nathaniel Yorke-Davies, indica la AP, consiguió que Taft bajara de unas 314 libras de peso en 1905 (antes de llegar a la presidencia) a menos de 260, aunque a veces recuperaba ese peso y muchas veces no conseguía reducirlo de nuevo.

Aparentemente, la dieta recomendada por el médico era rica en carne baja en grasa y evitaba los azúcares y carbohidratos. Y aunque su relación fue en gran medida por correspondencia tras las etapas iniciales, la comunicación entre médico y paciente era frecuente y Taft mantenía un registro diario de su peso, que enviaba por correo a Yorke-Davis cada semana.

¿Qué tanto ayudó este tratamiento a Taft a encarar su obesidad? Aparentemente durante su presidencia no logró demasiado avance, pero cuando dejó la Casa Blanca su peso se redujo sustancialmente y lo mismo sus problemas de apnea y acidez.

Taft no habrá logrado los votos suficientes para ser reelegido presidente, pero al menos sí consiguió restar libras y mejorar en cierto modo su salud. Y en la década de 1920 incluso recuperó su ascendencia a escala nacional, pues fue designado juez presidente de la Corte Suprema, la única persona que ha presidido tanto el poder Ejecutivo como el Judicial de Estados Unidos.

-Jesús Del Toro es director del periódico RUMBO de Houston. @JesusDelToro