Un artista imagina un nuevo y revolucionario mapa de Estados Unidos

Un nuevo mapa con nombres curiosos y fronteras extrañas ha sido propuesto para redibujar los 50 estados de la Unión. Y aunque su aplicación en la realidad parece totalmente improbable, el trazado de ese mapa aborda y trata de resolver con humor y desenfado un solemne asunto de la vida política de Estados Unidos.

Cuando ansiosamente, durante la noche de una elección presidencial en Estados Unidos, se van conociendo los resultados de los comicios y se va delineando qué candidato asegura para sí los votos electorales que cada estado aporta, es común que se registre una especial tensión cuando un cierto estado está en disputa o puede ser decisivo para definir al ganador.

Por las características del sistema electoral del país, un presidente gana si reúne la mayor cantidad de votos del colegio electoral. Cada estado aporta cierta cantidad de votos en función de su población (igual al número de los miembros en el Congreso provenientes de ese estado) y por lo general, con excepción de Maine y Nebraska, el candidato presidencial que gana más votos en ese estado se queda con todos sus votos electorales. Esto ha generado que algunos estados indecisos acaparen la atención general y sean foco de las campañas políticas mientras que otros, cuya inclinación política es firme, sean poco tomados en cuenta por los candidatos durante el proceso electoral.

Pero como cada estado es diferente y algunos aportan mucho más al colegio electoral que otros, la realidad es una asimetría que ha provocado en algunas ocasiones que un candidato que gana el mayor número de votos de individuos no obtiene la mayoría del colegio electoral (al menos 270). Eso sucedió cuando en 2000 Al Gore obtuvo la mayoría de votos populares, pero George W. Bush ganó la mayoría del colegio electoral y fue electo presidente. California o Texas, por ejemplo, aportan cada uno 55 y 38 votos del colegio electoral respectivamente, mientras que Vermont o Dakota del Norte tienen solo 3 cada uno. Y es frecuente que una victoria en el voto popular por una diferencia de sólo algunos puntos porcentuales se selle con una abrumadora diferencia en votos del colegio electoral.

Pero hasta aquí con la solemnidad de los números políticos.

Un artista ha encontrado una solución curiosa, graciosa y diferente para este fenómeno.

La propuesta de Neil Freeman es principalmente artística aunque se basa en una de las alternativas posibles al actual modelo de colegio electoral: que cada uno de los 50 estados tenga la misma población (6,150,000 personas según el Censo de 2010). Con ello, se reduce el problema de que un candidato pueda ganar la presidencia sin ganar el voto popular. De pasada, el Mapa de Reforma Electoral de Freeman genera que cada estado tenga la misma cantidad de miembros en el Congreso y, según el propio Freeman, traza fronteras siguiendo unidades económicas e históricas, con estados bautizados según los nombres de sus áreas naturales, urbanas o históricas.

Sin duda, lo mejor son los nombres y el área de cada estado en el Mapa de Reforma Electoral de Freeman. Por ejemplo, los estados de Ozark y Sangamon incluyen casi toda la cuenca del Río Mississippi que actualmente está dividida entre estados como Illinois, Missouri, Kentucky, Tennessee, Arkansas y Mississippi. En cambio, California fue dividida en una serie de entidades -Mendocino, Yerbabuena, Tule, Temecula, Los Ángeles y Orange- y lo que una vez fue Texas está ahora partido entre los estados de Houston, Trinity, Bick Ticket y Chinati. Nueva York y Chicago son estados en sí mismos y Florida quedó rota en los estados de Cañaveral. Tampa Bay y Miami. Nuevos estados como Shiprock y Salt Lake abarcan enormes extensiones del Oeste y las Rocallosas mientras que en la costa este estados como Pasco, Pocono, Susquehana, Philadelphia y Tidewater se esparcen en lo que fueron las antiguas Trece Colonias originales.

La visión del mapa es sin duda divertida aunque su aplicación es realmente improbable, pues redistribuir los estados de ese modo quebraría fuertemente las actuales estructuras de poder político, de administración gubernamental y de jurisdicción legal.

En todo caso, Freeman menciona que su mapa es un proyecto artístico y no una propuesta política. Así, su mapa puede ser apreciado como una divertida muestra de arte pop/conceptual y como una graciosa y divertida forma de abordar asuntos que generalmente se presentan como demasiado solemnes.

-Jesús Del Toro es director del periódico RUMBO de Houston. @JesusDelToro