Los selfies, ¿epidemia o resfriado?

¡Distante la época cuando un autorretrato entraba en el catálogo de los clásicos de la pintura! Antes admirábamos los lienzos con el rostro de Rembrandt, Van Gogh, Frida como obras de arte… y hoy la tecnología nos ha convertido a todos en retratistas instantáneos, tan entusiastas con nuestra imagen que las redes desbordan de estos modernos selfies.

Si aquellas telas no asustaban a (casi) nadie, las fotos a nosotros mismos, registradas al instante por un teléfono inteligente y difundidas en las redes sociales preocupan a psicólogos y políticos. ¿Acaso esta moda podría golpear la autoestima de los adolescentes y poner en peligro el futuro de generaciones enteras? ¿Los selfies pueden comprometer el porvenir de una nación?

Autorretrato de un futuro en peligro

Al parecer eso cree la psiquiatra tailandesa Panpimol Wipulakorn, directora del Departamento de Salud Mental del Instituto Rajanukul, en Bangkok. En declaraciones publicadas por el Bangkok Post, la experta en padecimientos mentales advirtió sobre la influencia de la moda selfie en la autoestima de los adolescentes.

“Si los jóvenes tailandeses pierden confianza en sí mismos, difícilmente ensayarán nuevas cosas en su vida y apenas seguirán o imitarán a otros, lo cual impedirá que se desarrollen por sí mismos”, afirmó la profesional de la salud, antes de alertar sobre las consecuencia de este fenómeno expandido por el planeta a través de redes como Facebook e Instagram.

“Esto podría afectar el desarrollo del país en el futuro a medida que se reduzca el número de líderes de la nueva generación. Además, impedirá la creatividad y la innovación”, opinó Wipulakorn.

Las declaraciones de la médico tailandesa han escandalizado a algunos medios en Europa y Norteamérica. La visión sobre los predominante selfies en esta parte del mundo es menos apocalíptica, aunque esa aceptación no excluye ciertas sorpresas.

Sin pánico, pero…

La doctora estadounidense Pamela Rutledge, una de las voces autorizadas en el tema, considera que la nueva ola de autorretratos constituye solo una de las manifestaciones del auge de las publicaciones personales en la red. “Las tecnologías sociales han redefinido lo “normal” como aquello que es público, se puede compartir y buscar”, sostuvo en un artículo para la web Psychology Today.

Nada por qué inquietarse entonces. Estas dosis de narcisismo digital, si no se transforman en un hábito compulsivo, enriquecen la telecomunicación porque colocan un rostro a los mensajes de texto. Vivimos en una época visual, en la que imágenes en movimiento y fotografías han desplazado a las palabras.

Sin embargo, algunos selfies arrinconan el sentido común pues nos enseñan, como en un enorme espejo, la cara más absurda de las sociedades donde vivimos. El editor norteamericano Jason Feifer ha publicado en Tumblr tres series de fotografías tomadas con smartphones: “Selfies en lugares serios”, “Selfies en funerales” y “Selfies con homeless”. Su intención al juntar estas chocantes imágenes ha sido interrogarnos sobre cómo nuestros instintos más bajos se imponen una y otra vez en Internet.

En el más reciente episodio de esta cadena de desatinados autorretratos, una estudiante de la escuela secundaria Clements, en Alabama, publicó en Instagram un selfie junto a un cadáver en un laboratorio de la Universidad de la ciudad. Aunque la imagen fue borrada de la red social, los directivos del colegio aseguraron que castigarían a la infractora.