La violencia oculta en los hogares latinos de Estados Unidos

El fantasma de la deportación impide denunciar muchos episodios de violencia doméstica (Getty Images North America | John Moore)
El fantasma de la deportación impide denunciar muchos episodios de violencia doméstica (Getty Images North America | John Moore)

El miedo a la deportación. El miedo a perder los hijos. El miedo a más violencia. Y detrás de todo ese miedo, el miedo a seguir soportando una existencia intolerable. Muchas familias latinas en Estados Unidos sobreviven en esta odisea, que las comunidades conocen, pero las autoridades ignoran. La suma de temores erige un muro entre las víctimas y la policía, o cualquier otra institución de ayuda.

Y sin embargo, quienes trabajan por erradicar la violencia doméstica de los hogares hispanos se muestran optimistas. El tema ha salido de la intimidad, se discute entre amigos, en las familias que comentan historias de mujeres abusadas por sus esposos. Además, las leyes ofrecen algunas vías para obtener protección sin importar el estatus migratorio de las personas afectadas.

El círculo del miedo

Según el estudio "No Más", encargado por Casa de esperanza: National Latin@ Network, la mayoría de los latinos residentes en Estados Unidos conoce al menos a una víctima de violencia doméstica. Poco menos de un tercio también puede nombrar a alguien que ha sufrido una agresión sexual.

No obstante, este tipo de violencia en las comunidades de inmigrantes latinoamericanos no es más frecuente que en otros grupos étnicos. Una de cada cuatro estadounidenses experimenta alguna forma de abuso por parte de su cónyuge, novio u otro hombre cercano a lo largo de su vida. Cada día alrededor de tres mujeres pierden la vida a manos de sus parejas en la nación norteamericana.

Según el estudio No Más, el 56 por ciento de los latinos conoce a una víctima de violencia doméstica (EFE/Aitana Vargas)
Según el estudio No Más, el 56 por ciento de los latinos conoce a una víctima de violencia doméstica (EFE/Aitana Vargas)

Los hogares latinos se diferencian, en cambio, por el silencio que cubre los episodios de violencia en casa. De acuerdo con la mencionada investigación, las víctimas de origen hispano no buscan socorro porque temen la deportación, en el caso de personas indocumentadas. A esa razón se suman el miedo a represalias contra ellas o sus familias, y la angustia por la posibilidad de perder la custodia de los hijos.

La política de deportaciones, reforzada bajo el gobierno de Barack Obama, ha agudizado la aprensión en el seno de la comunidad latina. Un reporte publicado en 2013 sobre la desconfianza en las autoridades y su efecto en la seguridad de los barrios de mayoría hispana, reveló que el 44 por ciento de los latinos prefiere no denunciar los crímenes a la policía. Los agentes del orden han ganado un creciente protagonismo en el control de la inmigración ilegal.

Como consecuencia, los criminales, incluyendo a los abusadores en el entorno doméstico, gozan de cierta impunidad. Pero esa condición podría desvanecerse si las comunidades, en particular los más jóvenes, se comprometen con la eliminación de la violencia.

Salidas para víctimas de la violencia

La encuesta efectuada para el reporte “No más” reveló que los latinos no quieren quedarse de brazos cruzados. Dos de cada tres desean participar en los esfuerzos por erradicar la violencia doméstica y las agresiones sexuales. En concreto, se trata de educar a los menores sobre cómo establecer relaciones armoniosas entre personas de ambos sexos, además de compartir la información en el círculo cercano y apoyar directamente a las víctimas.

Los hispanos se muestran más abiertos a hablar en la familia sobre cómo evitar la violencia (EFE/Gary Williams)
Los hispanos se muestran más abiertos a hablar en la familia sobre cómo evitar la violencia (EFE/Gary Williams)

Esta voluntad para actuar también distingue a los latinos de sus vecinos blancos, afronorteamericanos o de otro origen. Un sondeo similar realizado en 2013 entre la población estadounidense, demostró que los hispanos son más abiertos para hablar sobre el tema y expresan mayor determinación a implicarse en sus comunidades.

Las víctimas de violencia doméstica que aún no tienen estatus de residente en Estados Unidos pueden buscar la protección de la llamada U-visa (U nonimmigrant status) y de la Ley sobre la Violencia contra las Mujeres (Violence Against Women Act). En el primer caso las autoridades ofrecen cobertura legal a quienes han padecido de abusos físicos y psicológicos, que estén dispuestos a colaborar con la policía para enjuiciar a los criminales.

La segunda legislación habilita a las mujeres abusadas para solicitar la residencia permanente, de manera confidencial, sin depender de su victimario –esposo, familiar o hijo adulto, ciudadano estadounidense o residente legal en el país. Una vez la condición de residente obtenida, ellas pueden abandonarlos sin temer a la deportación.

Las caras de la violencia

De acuerdo con un documento de referencia de Casa de esperanza: National Latin@ Network, la violencia doméstica se manifiesta de diversas maneras:

-    Abuso psicológico o emocional
-    Abuso físico
-    Abuso económico
-    Abuso sexual
-    Intimidación