La trágica muerte de una niña tras una visita al dentista


Una tragedia que no debió suceder y que habría podido ser evitada. Así puede describirse, de acuerdo a diversas fuentes, el doloroso caso de la niña Finley Boyle, de 3 años de edad, que murió en Kailua, Hawaii, de daño cerebral tras haber permanecido en estado de coma por casi un mes.

Según el relato de la televisora local KHON2, todo habría comenzado cuando la niña visitó al dentista el pasado 3 de diciembre. Los padres de la menor y sus abogados afirman que a la pequeña le fueron practicados entonces diversos procedimientos, muchos de ellos habrían sido innecesarios. La cadena Fox mencionó que la idea era practicarle a la paciente endodoncia en cuatro dientes. Por ello, a la niña se le aplicaron fuertes dosis de sedantes y no se registraron los signos vitales de la menor durante el procedimiento, según la KHON2.

La pequeña Finley habría entonces, de acuerdo a la cadena Fox, sufrido un problema cardiaco. Para colmo, la menor no recibió asistencia cardiorrespiratoria durante 26 minutos, lo que le provocó daño cerebral que la dejó en coma. Según la demanda, las elevadas dosis de sedantes causaron la falla del corazón de la niña y además, la dentista no contaba con un plan de acción en caso de emergencias.

No está claro por qué una niña de tres años, cuya dentadura es aún de dientes de leche, habría necesitado que se le realizaran cuatro endodoncias. Según diversos sitios de internet un procedimiento así en niños de esa edad no sería inusual, pero de acuerdo con la demanda la dentista no habría practicado el procedimiento de sedación de modo apropiado.

Los padres de la niña presentaron ya una demanda contra la dentista Lilly Genger y varios miembros de su equipo, acusándola de prácticas negligentes. Tras el fallecimiento de la menor ampliaron la acusación con cargos de muerte por negligencia. Según la KHON2, Genger no estaba certificada como dentista pediátrica. El consultorio de Genger, Island Dentistry, fue cerrado de modo permanente.

El caso de la pequeña Finley Boyle ha motivado una revisión legal en Hawaii, y legisladores han puesto atención en la necesidad de que los pacientes y sus familias puedan conocer si un proveedor de servicios de salud está certificado o no, y de ese modo decidir mejor a quién encomendarse para un tratamiento.

La familia Boyle inició una campaña en internet en el portal Fundly.com para recaudar dinero para pagar los gastos médicos del tratamiento de la niña. A la fecha han recaudado casi $38,000.