La actriz que inventó un infalible sistema de comunicación secreto

Muchos son los inventos de cosas cotidianas y que están en nuestro día a día que fueron creados con un claro propósito militar. Algo tan presente en nuestras vidas como un microondas, el GPS, Internet o una simple gabardina son unos pocos y claros ejemplos de los miles que existen.

[Relacionado: Una rubia que es más inteligente que Einstein]

Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de esos inventos fueron realizados desde laboratorios militares y con grandes presupuestos, pero también nos podemos encontrar con algunos que quizás no son tan conocidos, pero que tras su realización se encontraban personas que nada tenían que ver con el ejército.

Es el caso de un sistema de comunicación secreto que se inventó durante la Segunda Guerra Mundial con el propósito de ayudar al ejército de los Estados Unidos a controlar los torpedos que lanzaba, sin que éstos fueran detectados.

Lo curioso del caso es la identidad y nacionalidad de la persona que llevó a cabo la invención: Hedy Lamarr, una actriz de origen austrohúngaro, que estuvo casada con un importante empresario muy ligado al nazismo alemán y que además fue considerada en la década de los años 40 como "la mujer más preciosa/bonita en la historia del cine".

[Te puede interesar: Cómo Edison creó Hollywood contra su voluntad]

A pesar de la gran utilidad que se le podía aplicar a dicho invento, no llegó a aplicarse en la IIGM, teniendo que esperar para ello dos décadas. Durante la crisis de los misiles de Cuba, en 1962, este sistema de comunicación fue incorporado por primera vez al control remoto de unas boyas rastreadoras.

Cabe destacar que la mayor utilidad al invento de Hedy Lamarr se le dio a partir de los años 80, cuando se utilizó en el campo de la tecnología digital, incorporándolo en múltiples dispositivos de uso cotidiano y que actualmente están al alcance de cualquiera de nosotros: Wifi, GPS, Bluetooth…

Quizás os preguntéis de dónde sacó Hedy los conocimientos para realizar el invento, pero hay que tener en cuenta que estudió la carrera de Ingeniería antes de dedicarse al mundo de la interpretación (aunque la abandonó sin haber finalizado los estudios). También destacar la inestimable colaboración de George Antheil, a quien conoció de forma casual en una cena y con el que entabló una fructífera amistad.

También entre los inventos ingeniosos de la actriz se encuentra algo que, a pesar de tener muchas posibilidades de triunfar, no llegó a tener una buena salida, y se trata nada más y nada menos de unas pastillas que, disueltas en agua, convertían el líquido instantáneamente en un refresco de cola muy similar a la Coca Cola.

[Relacionado: La pesadilla de un genio en Brasil]

Pero, inventos aparte, Hedy Lamarr tiene tras de sí un interesante pasado antes de viajar a EEUU, triunfar en el cine e intentarlo en el mundo de la invención.

Debutó en el séptimo arte siendo muy joven, destacando con uno de sus papeles más famosos, el que interpretó en 1933 (a la edad de 19 años) en la película “Ecstasy” del director checo Gustav Machatý. Una de las particularidades de este film está en que por primera vez se mostraba el cuerpo desnudo de una mujer en una película comercial, además de simular un orgasmo en un primerísimo primer plano de su rostro (hay que tener en cuenta que aunque por entonces ya existían las películas eróticas y/o pornográficas, éstas no se exhibían o realizaban de forma comercial, sino que lo hacían con carácter privado).

Pero, antes de viajar hasta Hollywood y triunfar allí como una verdadera estrella, la peor etapa en la vida de Hedy le llegaría tras tener que contraer matrimonio por obligación con un hombre al que no amaba, debido a que su familia arregló una boda de conveniencia con Friedrich 'Fritz' Mandl, un destacado e importante empresario armamentístico que hizo grandes negocios vendiendo armas a Hitler y Mussolini.

Empezó entonces para ella un periodo en el que su esposo le prohibió volver a trabajar como actriz y en el que estuvo recluida en su casa, solo pudiendo salir a la calle acompañada de su marido. Eran tales los celos enfermizos que éste sentía que intentó comprar todas las copias existentes de la película "Ecstasy" para que nadie pudiese ver desnuda a su mujer.

Esa etapa de reclusión le sirvió para continuar los estudios de ingeniería que había dejado abandonados años atrás. Unos conocimientos que le servirían de mucho tras su separación y huida hacia Norteamérica, donde retomó su carrera artística, pero también trabajó en el ya mencionado sistema de comunicación secreto y otros curiosos inventos, algo que le fue reconocido poniendo en su honor el Día del Inventor en el 9 de noviembre, el día de su cumpleaños.

Fuente: Yahoo! España
La actriz que inventó un infalible sistema de comunicación secreto