Joshua Wong, el estudiante de 17 años que recupera la herencia de Tiananmen
Alto, espigado, con gafas y cara de listo y, desde hace algún tiempo, la peor pesadilla de China. Es la carta de presentación de Joshua Wong, un joven de solo 17 años que se ha convertido en un referente de las protestas en Hong Kong que piden una mayor autonomía.
‘El heredero de Tiananmen’ tiene claras sus ideas. Parafraseando la película ‘V de Vendetta’, el muchacho asegura que “la gente no debería tener miedo de su Gobierno, sino que el Gobierno debería tener miedo de su gente”. Y lo cierto es que en este caso la afirmación se cumple a rajatabla, con unas autoridades chinas intentando desacreditarle por todo el respaldo que ha conseguido en los últimos meses.
Su último campo de batalla es el del sufragio universal. Cuando Hong Kong pasó a manos chinas en 1997, tras muchos años de dominio británico, la promesa fue que gozaría de un altísimo grado de autonomía que incluso permitiría que sus ciudadanos pudiesen votar a sus líderes.
Pero casi dos décadas después, poco se ha cumplido. De hecho, la última propuesta china acepta la elección de líderes propios, pero a condición de que hayan sido aprobados antes por las autoridades de Beijing.
Por eso la furibunda reacción de Wong y sus partidarios, agrupados en el movimiento Scholarism, que se muestran favorables a la desobediencia civil con el objetivo de lograr que pueda haber unas elecciones limpias con todo el mundo votando. Las huelgas de estudiantes son frecuentes y China ya ha calificado a este grupo como “extremista”, poniendo el foco sobre él.
Y es que sus ideas se extienden como la pólvora y sus respaldos crecen a la misma velocidad. Una propuesta que hicieron para reformar el sistema electoral obtuvo el respaldo de 2/3 de los votantes en un referéndum que evidentemente no era oficial.
“No creo que nuestra batalla sea muy larga. Si tienes la mentalidad de que la lucha por la democracia es una larga e interminable guerra, te lo tomarás con calma y nunca lo conseguirás. Hay que ver cada batalla como la batalla final, solo entonces tendrás la determinación de luchar”, asegura en una entrevista a la CNN.
Fue a los 15 años cuando Wong empezó con su activismo y se mostró en contra de una propuesta china para introducir en las escuelas la materia ‘Educación Moral y Nacional’, una asignatura que defendía a ultranza los valores comunistas y patrióticos. El movimiento creció, miles de personas se manifestaron y esta idea se olvidó, consiguiendo Scholarism su primera gran victoria.
Pero el grupo ha seguido expandiéndose y ahora se ha convertido en una auténtica amenaza para Beijing. Tanto es así que veteranos disidentes aseguran que sus reclamaciones son tan importantes como las que tuvieron lugar en 1989 en Tiananmen, en las que murieron cientos de estudiantes.
Ahora la situación es parecida porque Wong y sus aliados han cambiado las aulas por la política y sus reivindicaciones están muy dirigidas a lograr una democracia efectiva en la región, pero claro China siempre va a ser reticente a estos cambios porque el resto del territorio puede llegar a pedir lo mismo.
Mientras tanto, él seguirá luchando como si fuera “la última batalla” con la esperanza de que un día Hong Kong pueda llegar a tomar sus propias decisiones.
Historia original: Yahoo España.