Joseph y Al, mejores amigos desde hace 91 años, celebran su 100 cumpleaños juntos

Joseph Katz y Al Spiegal, juntos, cómo no (cortesía de Melissa Teger)
Joseph Katz y Al Spiegal, juntos, cómo no (cortesía de Melissa Teger)

Al Spiegal cumplió cien años el pasado 26 de agosto, pero no quiso celebrarlo todavía. Si había llegado hasta ahí, podía esperar un mes más, y buen motivo tenía para ello: así podía hacer una fiesta conjunta con Joseph Katz, otro nanogenario que llegaría a los cien el 29 de septiembre. Y así podrían celebrar no solo haber llegado a los tres dígitos.

La idea de reunir a ambas familias (30 personas en total) en el Inverrary Diner de Lauderhill (Florida, Estados Unidos) el sábado servía también para celebrar una amistad inquebrantable que empezó hace 91 años, cuando ambos tenían diez años y se conocieron por las calles de Brooklyn (Nueva York) en aquel 1921 que no conocía todavía ni crashes económicos, ni nazismo, ni guerras frías ni atentados contra unas Torres Gemelas que todavía no se habían ni erigido.

Al quiso esperar a celebrar su cumpleaños porque sabía cuánto le importaba a Joseph que lo pasaran juntos. "Llevábamos tiempo anticipando este momento", recuerda Melissa Teger, la nieta de Katz de 42 años que se plantó en la fiesta con su hijo (ya el bisnieto del cumpleañero) recién nacido. "Antes de que mi hijo naciera, mi abuelo decía que se moría de ganas por que llegara 2012. '¿Y eso por qué, abuelo?', le preguntaba. Y él me respondía: 'Porque voy a cumplir cien años'. Esta celebración es lo que le ha mantenido vivo y sano este último par de años".

De hecho, Katz "estaba vestido y listo para empezar a celebrar a primera hora de la mañana", prosigue Melissa. "Es el pilar de nuestra familia, el que nos mantiene a todos unidos. Lo queremos tanto... Sigue muy atento y le gusta la política. Es una persona increíble", añadió con evidente amor de nieta.

Preguntado sobre qué se siente al cumplir cien años, el emocionado bisabuelo explicó que "no se llega tan fácilmente. Tienes que usar tu cuerpo, no abusar de él. Vivir una vida correcta. Cuidarte. Comer bien. No fumar. No tocar el alcohol. Montar en bicicleta. Estudiar baile de salón. Mantente ocupado y llegarás". Esto viniendo de un hombre que vive solo y se cuida solo. "Me ayuda a mantenerme conectado", prosigue, añadiendo que su familia quiere que deje Florida para vivir con ellos, pero él se niega. "Tengo a mis médicos y todo lo que necesito. No tengo quejas".

Sobre todo, a quien tiene es a Al Spiegal, ese mejor amigo durante tantas décadas. "Fuimos amigos desde los 10 años; fuimos al mismo colegio, trabajamos juntos en la misma empresa y eso nos ha hecho amigos para siempre". Amigos, se conoce, de esos que encuentran en el mero hecho de su compañía uno de los placeres más sublimes de la vida. Esto a juzgar por cómo Katz describió su fiesta: "Perfecta. La comida era buena y las conversaciones interesantes. No hay nada mejor en esta vida. Nada en el mundo podría sustituir esta sensación".


Fuente: Yahoo! España
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