Hallado vivo un adolescente que había pasado nueve semanas solo en el semidesierto australiano
Matthew Allen estaba a poco más de tres kilómetros de su casa, el sitio que no había pisado desde hacía nueve semanas, cuando fue hallado. Había perdido parcialmente la vista, tenía el cuerpo cubierto de sanguijuelas, los pies gangrenados y el torso lleno de grandes zonas de color rojo a causa de las picaduras de moquito.
Y así, en tan lamentable estado, Matthew Allen, de 18 años, ha pasado por accidente a engrosar la mitología de gente que ha logrado lo que pocos en su sano juicio osarían ni intentar: sobrevivir en el semidesierto australiano.
El adolescente, del que se dice que sufre una enfermedad mental, sin especificar cuál, y que estudia contabilidad, había salido de su casa de Westleigh, al norte de Sidney, en noviembre.
Se adentró en el temible y aledaño semidesierto en lo que se entiende que era un experimento de supervivencia: se había retado a sí mismo a sobrevivir el máximo tiempo posible sin llevarse comida de casa ni apenas agua (ni móvil ni cambios de ropa).
Es difícil saber qué pasó entonces. Sidney, eso sí, sufrió una de las olas de calor más intensas de la historia reciente, con temperaturas de unos 45 grados.
Su familia denunció su desaparición pero las consiguientes búsquedas no dieron con nada. Se le dio prácticamente por muerto. Cuenta el jefe de policía Glyn Baker que Matthew "no estaba viviendo bajo ningún refugio, y por tanto estaba expuesto a la crudeza de la intemperie desde el principio. Alguien que pasa tanto tiempo expuesto a esas condiciones... sencillamente no te esperas volver a verlo".
Es también difícil saber si la idea del chaval era un reto como al que se someten tantos otros aficionados a la aventura, que el adolescente llevó hasta el final, o si fue un plan poco madurado que se truncó en algún momento.
En todo caso, la supervivencia en el semidesierto australiano (conocido como The Bush o The Outback) se considera algo prácticamente imposible.
El suelo está generalmente tan salado que solo crecen plantas muy específicas que atraen a un tipo muy especial de animales. Está lleno de fauna y flora indígena y, más allá de los indígenas del continente, las únicas personas que han podido sobrevivir allí son considerados gente prácticamente mitológica.
De ahí que la opinión pública australiana se resista a creerse la historia. Se sabe que Matthew fue encontrado por una pareja de senderistas. Que estaba completamente desorientado, deshidratado, había perdido la mitad de su peso y era incapaz de levantarse. Que fue rescatado por helicóptero, trasladado a un hospital de Sidney y declarado fuera de peligro.
Y que resulta cuanto menos irónico que estuviera tan cerca de casa (aunque, alerta Baker, es difícil orientarse allí). Más allá de eso, Australia sigue dividida entre dar crédito a la historia o maravillarse ante la capacidad de un joven para sobrevivir donde (casi) nadie ha podido hacerlo antes.
Fuente: Yahoo! España
Hallado vivo un adolescente que había pasado nueve semanas solo en el semidesierto australiano