Así es la vida cotidiana bajo Estado Islámico

La brutalidad de la organización terrorista se ve mejor en sus acciones en los territorios que dominan

El grupo Estado Islámico ha publicado un nuevo vídeo con la ejecución del cooperante Abdul Rahman Kassig, de 26 años, también conocido como Peter Kassig. El cambio de nombre es porque se convirtió al islam. Es el quinto occidental que decapitan.

Imagen del video de la decapitación de Peter Kassig. (AFP)
Imagen del video de la decapitación de Peter Kassig. (AFP)

El video difiere de los anteriores: Kassig no habla, no lleva el mono naranja, la calidad de las imágenes es peor y la ejecución está al final, después de una historia elogiosa del grupo, de una llamada a combatir a los "cruzados" y de 18 decapitaciones de otros condenados, presuntamente soldados sirios.

Los cambios en el vídeo pueden sugerir un cambio de estrategia por sus derrotas recientes o que Estado Islámico muestre cada vez más brutalidad descarnada -a pesar de que hicieran la concesión de no mostrar el fin de Kassig.

Estado Islámico tiene aún un rehén occidental. Es una cooperante de 26 años, por la que pide 6 millones de dólares. Las recompensas son ilegales en Estados Unidos y el gobierno ha amenazado a otras familias con persecución jurídica si pagaban. La familia ha pedido que no se publique el nombre de la joven.

Está por ver si Estado Islámico decide ejecutarla en público –ha matado ya a mujeres y niños musulmanes. Hay en Siria otro periodista norteamericano secuestrado, Austin Tice. El gobierno de Estados Unidos cree que está en poder del régimen sirio.

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Estado Islámico es aún un grupo temible y cuyo final no parece cercano. Pero los días de avances fulgurantes y conquistas parecen haberse acabado. También se ha complicado la gestión de su "Estado": los civiles sirios viven atemorizados y en Irak -donde los suníes estaban cansados del dominio chií- no logran tampoco crear un sistema que cubra las necesidades básicas y satisfaga a los civiles.

En los últimos días la ONU ha publicado un informe sobre la vida bajo Estado Islámico en Siria hecho a partir de más 300 entrevistas y varios medios han logrado hablar con residentes en ciudades iraquíes controladas por Estado Islámico. Estos son nueve detalles:

1. El invierno y los víveres. Milicianos kurdos recuperaron hace unas semanas el paso fronterizo de Rabia, entre Siria e Irak. Por allí pasaban víveres y queroseno en dirección a Mosul, la segunda ciudad iraquí, en manos de Estado Islámico.

Desde entonces, la inflación se ha disparado: un barril de queroseno para cocinar se ha triplicado y un kilo de tomates cuesta seis veces más (unos 75 céntimos de euro). Apenas hay trabajo, nadie recoge la basura y la electricidad llega un par de horas cada cuatro días. "La gente se ha vuelto muy pobre y están tan desesperados que prefieren que cualquiera les libere de Estado Islámico. Dicen que incluso prefieren al odiado ejército iraquí", dice un residente que huyó pero que siguen en contacto con familiares en la ciudad.

Fotografía facilitada el 14 de noviembre de 2104, de un combatiente del Estado Islamico mientras asegura una calle del centro de Mosul, en el norte de Irak, un día antes. EFE
Fotografía facilitada el 14 de noviembre de 2104, de un combatiente del Estado Islamico mientras asegura una calle del centro de Mosul, en el norte de Irak, un día antes. EFE

2. Una escuela sin colores. En los colegios de Mosul los niños solo pueden tener profesores y las niñas, profesoras. No es fácil lograrlo. No hay clases de educación física ni de arte. Hay en cambio una asignatura de yihadismo y otra de caligrafía árabe. Los lápices de colores están prohibidos.

3. El mercadeo de las jóvenes yazidíes. Hace unas semanas apareció este vídeo, donde presunto militantes de Estado Islámico se rifaban jóvenes yazidíes, capturadas poco antes en sus pueblos en el norte de Irak. (Los yazidíes son un grupo tradicional cuyas creencias proceden del zoroastrismo y de viejas religiones mesopotámicas; los yihadistas los tienen por adoradores del demonio.)

El relato de algunos jóvenes que han logrado huir es trágico: han debido convertirse al islam, aceptar matrimonios forzados y violaciones. Algunas de las jóvenes que han escapado lo han hecho mediante árabes que han cobrado recompensas.

El New York Times ha encontrado que las tarifas van entre 3.700 dólares y 15 mil: "Junto con otros relatos, esto apunta que ha surgido una industria especial" dedicada a rescatar a las jóvenes por dinero.

4. La eliminación de la cultura siria. Junto al adoctrinamiento de niños en las nuevas escuelas, Estado Islámico pretende eliminar todo rastro de la cultura siria que no tenga sus raíces en el islam más rigorista:

El grupo ha impuesto sus edictos a través de su policía moral, Al Hisbah, que vigila a las comunidades locales. Piden a los niños que informen sobre si sus padres cumplen con las reglas de Estado Islámico. Civiles describen una imposición rápida de instrucciones sociales estrictas seguidas de una imposición brutal. [El grupo] ha atacado prácticas sociales y culturales: bodas, eventos musicales y ceremonias tradicionales.

Fumar es por ejemplo una ofensa que conlleva latigazos o la amputación de dedos. Otros "delitos" que conllevan latigazos son "estar con mujeres que Estado Islámico cree que van vestidas 'indecorosamente', no ir a los rezos el viernes, comerciar en horas de plegaria y llevar tatuajes". El sistema judicial está basado en que, según testigos, "eres culpable a no ser que puedas probar tu inocencia".

5. Los errores fatales de los yihadistas extranjeros. Estado Islámico tiene una gran capacidad de reclutar extranjeros, que llegan a Siria e Irak sin hablar árabe. Esto ha llevado a alguna situación dramática:

El 29 de mayo de 2014, Estado Islámico atacó Al-Taliliya, donde solía vivir una comunidad kurda yazidí. La aldea había sido tomada por refugiados internos, la mayoría de los cuales era mujeres y niños; eran de Alepo. Los militantes de Estado Islámico -muchos extranjeros incapaces de entender las protestas de quienes mataban- creían que sus víctimas eran kurdos yazidíes. Las ejecuciones pararon solo cuando un combatiente iraquí llegó y tradujo al resto que los civiles eran árabes suníes.

Imagen extraída de un vídeo de propaganda publicado por el grupo 'yihadista' Estado Islámico, en el que aparecen varios combatientes en un lugar inexacto de Irak, el 17 de marzo de 2014
Imagen extraída de un vídeo de propaganda publicado por el grupo 'yihadista' Estado Islámico, en el que aparecen varios combatientes en un lugar inexacto de Irak, el 17 de marzo de 2014

6. Los niños son los yihadistas del futuro. La formación de los futuros ciudadanos del territorio que controla Estado Islámico no se limita solo a las escuelas. Tienen también campos de juventud:

El campo de juventud Sharea cerca de Taqba entrena presuntamente a más de 350 niños de entre 5 y 16 años para el combate. El grupo les enseña propaganda. En Raqqa, se reúne a los jóvenes para pasarles vídeos de ejecuciones masivas de soldados del gobierno, desensibilizándoles de la violencia extrema.

7. La cárcel andante para mujeres. El código de vestimenta y conducta fuera de casa para mujeres es infernal. Una mujer, que había huido del bastión de Estado Islámico de Minbij, describía su ropa que era controlada en puestos de control mientras se movía por la ciudad:

"Apenas puedes ver por dónde vas. Me caí muchas veces. Es difícil respirar. Andas por la calle, pero te sientes como en una celda". Mujeres y niñas no pueden estar en compañía de hombres fuera de su familia inmediata. Para las mujeres cuyos parientes masculinos han muerto o están desaparecidos o combatiendo, el simple hecho de ir a hacer la compra es una proeza peligrosa.

8. Las ejecuciones obligatorias en la plaza. La violencia de Estado Islámico es para ser vista. Cuando hay alguien a quien ejecutar, la policía informa de la hora y del lugar y pide que se asista: "A aquellos que están en calles cercanas se les lleva hasta la plaza". Se leen los cargos. En una de las ocasiones, un testigo cuenta esto:

Dos personas sostenían con firmeza a la víctima mientras un tercero estiraba su brazo en una gran tabla. Un cuarto hombre le cortó la mano. Tardó mucho. Una de las personas que estaba a mi lado vomitó y se desmayó.

Los cuerpos de los muertos son expuestos luego: "Siempre" hay cabezas y cuerpos en las plazas y rotondas de las ciudades, dice un testigo. "A menudo en cruces", dice otro. Esta es la experiencia de un residente con uno de esos cadáveres:

Las dos manos de la víctima estaban atadas a cada lado en una cruz improvisada. Fui a leer los carteles. En el primero, ponía: "Este es el destino de quienes nos combaten". Me di cuenta de que mi hijo de 7 años estaba a mi lado, aún cogiéndome la mano y mirando esta escena horrible. Luego me pregunto: "¿Por qué estaban allí? ¿Por qué había sangre en sus cuerpos y cabezas?" Tuve que mentirle y decirle que esperaban ambulancias que fueran a rescatarles.

Según dice el informe luego: el niño "no era capaz de dormir y se despertaba sin cesar en pánico. Su padre describió el inmenso sentimiento de culpa por haber expuesto a su hijo a tal crueldad".

YAZIDI, LA MINORÍA PERSEGUIDA POR EL ESTADO ISLAMICO

Historia original: Yahoo España