Amor de abuelas (o cómo una fotografía engaña)

Usted ve la foto y piensa: ¡qué tiernas son las abuelas! Cómo se deshacen su piel, su mirada y su alma por amor al recién nacido, sangre de su sangre. ADN con el que un poquito de su cuerpo seguirá existiendo y replicándose en este planeta.

Usted mira a las abuelas y percibe, eso sí, que hay una de ellas que ama más, la abuela de sangre, la que sostiene al bebé mientras le da el biberón mientras sus labios dibujan un gesto de ternura Y que las otras quizá tengan un poquito de envidia, pensando que ojalá el nieto –o la nieta- fuera suyo. Miran, ya lo ven, embobadas el acontecimiento como si fuera la única cosa digna de mirar, admirar y perdurar de todo el planeta.

Nadie quiere a un bebé como su abuela, piensan entonces ustedes. Tanto amor que traspasa el objetivo del fotógrafo.

Pero el bebé no es su nieto.

Imaben originalmente publicada en www.lesbosnews.net
Imaben originalmente publicada en www.lesbosnews.net

El bebé no es su nieto. Ni siquiera lo conocían hace apenas unos minutos. Esa vida que sostienen en los brazos y a la que alimentan, esa vida a través de la cual están recordando lo difícil que ha sido la suya propia, esa vida en la que resuenan ecos de sus propias historias, es la vida de un bebé cuyos padres huyen de una guerra.

El 16 de octubre llegaron a la isla griega de Lesbos cruzando el mar –ese mar que se ha llevado tantas vidas- en una frágil balsa. Pero ahí estaban las abuelas, esas tres mujeres de Skala Sikamia, para tenderles la mano.

Gracias, abuelas. Gracias.

(Fotografía originalmente publicada en www.lesbosnews.net).