¿Te irías a salvar vidas, como han hecho ellos?

Estos días empieza a hacer frío. Cada día más frío. Y en el agua es difícil aguantar mucho tiempo. Aunque se sepa nadar, aunque se tenga fuerzas. El otoño avanza y cada día desciende un poquito más la temperatura del mar. Cada vez será más difícil salvarse. Aunque sea el Mediterráneo, teóricamente tranquilo y cálido. Aunque se sepa nadar. Cada vez hay más viento, cada vez hay más olas, y en la rocosa costa griega cada vez es más difícil desembarcar.

Un socorrista español salvando a una niña, refugiada de guerra griega.
Un socorrista español salvando a una niña, refugiada de guerra griega.

De pie sobre las rocas que se levantan en la orilla europea, un grupo de socorristas españoles otea el horizonte. Alguien lanza la voz de alarma: hombre en el agua, hombre en el agua. Segundos después aparecen otras manos pidiendo auxilio. Ellos no dudan. Se lanzan a nadar, a contracorriente y a contratiempo, para salvar a esas dos personas que intentan llegar a Europa.

Poco después, una embarcación neumática con el motor averiado navega a la deriva. Su salvación, de nuevo, son estos socorristas voluntarios, que han dejado sus puestos de trabajo en Barcelona para salvar vidas de refugiados.

Uno de ellos, Marcos Chércoles, cuenta cómo es su día a día en esta conmovedora carta, de la que extraigo algunos fragmentos.

"(...) Es muy reconfortante hacer esto. Cada día ves cosas que sobrecogen, pero te vas haciendo un escudo. Nos hemos ganado buena fama en la zona. Hoy nos tiramos 2 veces hasta los 200 metros a enganchar a gente que se cae de la patera y no sabe nadar. En el último lo pillamos en las ultimas, ya no nadaba, iba sin chaleco y con chaqueta, tejanos, bambas, todo empapado. (...) Ayer murieron ahogadas 17 personas en la costa desde donde salen. Hay tiros en la costa turca por la mafia y si vuelven para atrás se los cargan. Hay mucha mafia, todo es negocio, paparazzis, política, retorno de motores a Turquía ilegalmente (...)"

Más de 1.000 refugiados llegan cada día a su playa.
Más de 1.000 refugiados llegan cada día a su playa.

"Estoy contento de estar aquí ayudando, la gente te da las gracias de muchas maneras, a veces con la mirada en el agua, cuando los pillas que se están hundiendo y no pueden ni hablar. Decirles” tranquilo ya estoy aquí “te hace estallar el corazón….que sensación… Abuelos como el mío de 85 años te besan la mano cuando los sacas de la barca, es un gesto sincero y universal de agradecimiento, no tiene palabras. O como te ruega una madre que saques a su bebé de allí y te lo entrega sin pensarlo…Es muy fuerte y no hay palabras para describir esas miradas de gente que tiene el miedo grabado en ellas. Vienen de una guerra, de que hayan matado a parte de su familia en el camino de huida, y ven en ti ayuda, esperanza y la bienvenida a Europa, una oportunidad para empezar (...)"

 

Llegaron a Lesbos a principios de septiembre, con 15.000 euros de sus bolsillos, sin ayudas de ningún tipo. Pero ya no les queda dinero para seguir salvando vidas. Cada día, gracias a su ayuda, pisan tierra firme 20 embarcaciones. En total, llegan a su playa unas mil personas. Cada día. Por eso necesitan dinero, para seguir salvando vidas.

 

Los siete kilómetros que separan la isla griega de Lesbos de Turquía –Europa de Asia- se han convertido en una trampa mortal para un incontable número de seres humanos que lo han dejado todo huyendo de la guerra y los salvajes métodos del grupo terrorista Daesh.

"Lo que más nos impacta es ver a los bebés, a los niños que llegan tapados con mantas, en estado de shock. Niños pequeños, empapados, muertos de miedo,”, han contado a Informativos Telecinco, “pero no te puedes tomar mucho tiempo porque está llegando otra embarcación". Ahora, además, empeoran las condiciones del mar, y cada día puede ser más dramático que el anterior.

 

Un socorrista de Pro-Activa, con una niña en brazos.
Un socorrista de Pro-Activa, con una niña en brazos.

 

“Si tuviéramos el material que tenemos en Barcelona”, insisten, “si pudiéramos traerlo aquí, podríamos salvar más vidas”. También podrían quedarse más tiempo. Necesitan dinero para seguir pagando el hotel en el que duermen. Vosotros, que estáis leyendo este post, podéis hacer algo para ayudarles, podéis donar aquí: www.proactivaopenarms.org

Han salvado tantas vidas que incluso han recibido las felicitaciones de la Guardia Costera griega. "Hay gente que nos besa, otros refugiados que besan la tierra”. Y, para que puedan seguir llegando sanos y salvos, estos socorristas tienen que seguir salvando vidas. Se juegan las suyas para hacerlo. Nosotros sólo tenemos que darles un poco, un poquito. ¿Quieres? Muchas gracias.

 

También te puede interesar: