¿Quién desconfiaría de una niña de 10 años?

En sólo 24 horas el yihadismo radical ha utilizado a tres niñas pequeñas como bombas humanas.

¿Quién desconfiaría de una niña de 10 años?

Usted ve llegar a una niña. Tendrá unos diez años, piensa. Qué rica. A esa edad aún son niñas, no han llegado a la adolescencia, así que todavía conservan ese aura infantil que tanto nos fascina. Quizá la mire con una sonrisa. Quizá le diga algo. Pero nunca desconfiaría de ella.

La pequeña pasea entre las paradas del mercado. Parece perdida. Y, de repente, todo explota.

La niña llevaba una bomba adosada al cuerpo. Ni siquiera sabía qué era esa cosa tan rara que le habían colocado. Ni siquiera sabía que se había convertido en una terrorista suicida. Con diez años.

En sólo 24 horas el yihadismo radical ha utilizado a tres niñas pequeñas como bombas humanas. Con todas las miradas puestas en París, y en los diecisiete asesinatos en territorio europeo, hemos dejado de mirar otras barbaries. El atentado más sangriento, con una veintena de muertos y más de una decena de heridos críticos, ocurría el sábado en un concurrido mercado al norte de Nigeria. Según varios testigos, la joven suicida, de 10 años de edad, parecía desconocer la potente carga explosiva que llevaba adosada al cuerpo en un cinturón, y que acabó activándose durante un cacheo de seguridad.

Este atentado representa una nueva táctica de los radicales islamistas de BokoHaram (sí, aquellos que secuestraron a 200 niñas en su escuela hace ya más de medio año, los del #bringbackourgirls del que nunca más se supo), que habrían decidido empezar a utilizar a niñas pequeñas como terroristas suicidas. Hace unos meses comenzaron a utilizar a mujeres, pero este fin de semana han dado un paso más.

¿Quién desconfiaría de una niña? Una pequeña niña usando un yihab para esconder el cinturón de explosivos.

Estado Islámico lo intenta ahora con niñas muy pequeñas tras fracasos como el de este otro niño suicida, un adolescente sirio de 14 años. No se pierdan las imágenes: Oussad Barahou confiesa que tiene un cinturón de explosivos adosado a su cuerpo. Quieren que se inmole en Bagdad. Pero él se dirige a las fuerzas de seguridad iraquíes y les cuenta qué está pasando.  El niño asegura que fue reclutado en Siria por la organización terrorista Estado Islámico, que lo han enviado a la capital iraquí para atentar en una mezquita chíi. De forma rudimentaria, con unas tijeras, le libran de las bombas y terminan con el peligro, con el adolescente aún paralizado por el miedo.

También se arrepintió, el día de Navidad, esta otra chica nigeriana de 13 años. Contó que sus padres la obligaron a alistarse a las filas de Boko Haram y a convertirse en una terrorista suicida. Iba a inmolarse junto con otras dos niñas. Pero ella se arrepintió en el último momento. Sus compañeras no. Y mataron a cuatro personas en un mercado.

Escalofriante la conversación de estos dos niños. Son franceses, pero están en Siria. Van armados. Y hacen un llamamiento aterrador: venid a Siria, venid a la guerra.

Quizá sean las próximas víctimas. Los próximos niños suicidas.


Historia original: Yahoo España