Blinken viaja a Pekín con la esperanza de calmar los temores de una ruptura entre EEUU y China

FOTO DE ARCHIVO. El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, se reúne con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi (no en la foto), durante un encuentro en Nusa Dua, Bali, Indonesia

Por Humeyra Pamuk

WASHINGTON, 16 jun (Reuters) - El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, vuela a China este fin de semana con pocas expectativas de que consiga avanzar en la larga lista de disputas entre Washington y Pekín. Pero él y sus homólogos chinos pueden conseguir al menos una cosa, según los analistas: demostrar que la relación bilateral más importante del mundo no está a punto de descarrilar.

Blinken mantendrá reuniones en China los días 18 y 19 de junio y es posible que se reúna con el presidente chino Xi Jinping, según las fuentes. Será el responsable estadounidense de más alto rango que visite China desde que Biden asumió el cargo en enero de 2021.

En una rueda de prensa previa al viaje, el miércoles, responsables estadounidenses dijeron que no esperaban que el viaje supusiera un gran avance en el trato entre Estados Unidos y China. Esto se produjo tras una tensa llamada telefónica con Blinken el martes por la noche, en la que el ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, dijo a Estados Unidos que dejara de inmiscuirse en los asuntos de China.

La visita, que podría sentar las bases para un aluvión de otros compromisos diplomáticos, incluida una reunión entre Xi y el presidente estadounidense Joe Biden a lo largo del año, demostraría que los dos rivales no han renunciado a la diplomacia.

"Ambas partes quieren mostrar al resto del mundo que están gestionando la relación de forma responsable", dijo Andrew Small, investigador principal del programa de Asia del German Marshall Fund.

"Para China, el público más importante es el Sur global. Para Estados Unidos, son sus socios y aliados. Así que incluso aunque sea un mero formalismo tiene cierta utilidad tanto para Washington como para Pekín".

Los lazos bilaterales se han deteriorado en todos los ámbitos, lo que hace temer que su rivalidad pueda derivar en un conflicto sobre Taiwán, que China reclama como propio. También están enfrentados en cuestiones que van desde el comercio y los microchips hasta los derechos humanos.

Especialmente preocupante para los vecinos de China ha sido su reticencia a permitir conversaciones militares regulares entre Pekín y Washington, a pesar de los repetidos intentos de Estados Unidos. Responsables estadounidenses afirmaron el miércoles que establecer canales de comunicación de crisis para reducir el riesgo era una prioridad máxima.

"Todo lo que conduzca a una mayor cooperación, un mayor diálogo y una disminución de las tensiones entre Pekín y Washington es bienvenido", declaró el miércoles a la prensa el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.

Aunque el principal objetivo de Blinken serán unas conversaciones "francas, directas y constructivas", según los responsables estadounidenses, no es probable que se produzcan avances en ninguno de los temas principales, como el flujo de precursores de fentanilo y los estadounidenses detenidos en China.

LA VISTA PUESTA EN LA REUNIÓN BIDEN-XI

Una reunión al margen de la cumbre del G20 celebrada el pasado noviembre en Bali alivió brevemente los temores de una nueva Guerra Fría, pero tras la disputa sobre un supuesto globo espía chino en febrero, la comunicación de alto nivel entre ambos países ha sido escasa.

Pekín, frustrado por lo que considera la militarización de las políticas económicas por parte del Gobierno de Biden, ha tratado de ampliar sus lazos con países de Europa, Oriente Medio y África. Xi ha recibido recientemente a varios líderes europeos, entre ellos el presidente francés, Emanuel Macron, y ha hecho un esfuerzo diplomático para cortejar a otros, entre ellos Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos.

Responsables estadounidenses esperan que la visita de Blinken allane el camino para más reuniones bilaterales en los próximos meses, incluidos posibles viajes de la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, y la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.

"Pekín aceptó la visita porque parece ser lo único que está bloqueando muchas otras cosas, como los diálogos a nivel de trabajo y las visitas de otros miembros del gabinete", dijo Yun Sun, director del Programa sobre China del centro de estudios Stimson Center de Washington.

Esas reuniones podrían desembocar en una entre los líderes de ambos países cuando asistan en septiembre a la reunión del G20 en India y en noviembre a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en San Francisco.

"Xi quiere venir a San Francisco", dijo Sun. "(Aparte de la) APEC, también quiere una bilateral con Biden. Eso significa que hay que preparar el terreno desde ahora".

(Información de Humeyra Pamuk; información adicional de David Brunnstrom en Washington, Laurie Chen y Martin Pollard en Pekín y Michelle Nichols en Nueva York; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)