Blase Cupich: “El papa Francisco está bien, no veo ningún motivo de preocupación en vista de este intenso 2025″
ROMA.- El papa Francisco tendrá un 2025 muy intenso debido al Jubileo recién inaugurado, que atraerá a Roma a más de 30 millones de peregrinos y que significará una agenda aún más densa de eventos que lo normal. En una entrevista con LA NACION, el cardenal estadounidense Blase Cupich, arzobispo de Chicago, una de las mayores diócesis de Estados Unidos, no se mostró preocupado: “El papa Francisco está bien físicamente, más que lúcido mentalmente y muy fuerte espiritualmente. Realmente me alienta ver esa vitalidad en una persona de 88 años”, dijo.
Primer cardenal designado por Francisco en Estados Unidos en 2016 y alineado con su visión de Iglesia, Cupich, de 75 años, en la entrevista abordó varios otros temas y aseguró que el reciente sínodo sobre sinodalidad, que comparó con el Concilio Vaticano II, “tendrá un impacto en el futuro cónclave”.
-El papa Francisco cumplió el 17 de diciembre 88 años, y abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro la noche del 24 de diciembre, sentado en su silla de ruedas. ¿Cómo lo ve en vista de este intenso 2025, marcado por el Jubileo?
-Lo vi al papa Francisco abrir la puerta Santa de San Pedro sentado en su silla de ruedas, pero no me preocupó porque días después, el 26 de diciembre, lo vi parado, con su bastón, abriendo la Puerta Santa en la prisión de Rebibbia. Es decir, lo hemos visto así ya desde hace tiempo y no veo ningún motivo de preocupación en vista de este intenso 2025. El papa Francisco está bien físicamente, más que lúcido mentalmente y muy fuerte espiritualmente. Realmente me alienta ver esa vitalidad en una persona de 88 años.
-Usted ha participado en el sínodo sobre sinodalidad de octubre pasado, que duró un mes y en el que asistieron cardenales de todo el mundo: ¿hubo allí un clima de ensayo general en vista del cónclave que deberá elegir al sucesor del papa Francisco?
-No. Pero lo que sí puedo decir es que tendrá un impacto en el futuro cónclave porque el sínodo logró que toda la Iglesia y los cardenales que formaron parte de esta reunión dieran a luz una nueva visión de la Iglesia, que deberá ser el punto de referencia para cualquier futura elección de un Papa, porque todos nos fuimos convencidos en forma unánime de la necesidad de tener una Iglesia misionera y sinodal. Y por lo tanto esto va a ser algo que los cardenales en el futuro deberán recordar y tener en cuenta en cualquier futuro cónclave, no sólo en el próximo, sino en los siguientes. Es similar a lo que ocurrió con el Concilio Vaticano II (1962-65), este sínodo va a tener un impacto de largo plazo en la vida de la Iglesia y en las decisiones que se harán en la Iglesia.
-¿Cuál cree que es hoy el máximo desafío de la Iglesia?
-Bueno, me parece que el mayor desafío ahora es reproducir exactamente esta experiencia del sínodo en nuestras propias diócesis y en nuestros países. El desafío es crear un ambiente de corresponsabilidad en la vida de la Iglesia, en el cual la gente, todos los bautizados, tengan una verdadera participación.
-¿Quedó decepcionado por el hecho de que al final la cuestión de la mujer en la Iglesia, que estuvo presente en el sínodo, terminó siendo puesta en un grupo de estudio aparte?
-El Santo Padre decidió poner algunos temas bajo estudio porque se dio cuenta que son más complejos y necesitan más tiempo para ser analizados y lo hizo porque no quiso que el sínodo se viera sobrepasado o incluso bloqueado por esto. Además, él dejó en claro que los cambios no ocurren tan rápido como algunos quisieran. No deberíamos tener el horario ni el reloj del mundo para hacer las cosas. Cuando tienes una Iglesia global como la nuestra, tenemos que ser respetuosos del hecho de que el objetivo clave es la unidad en la vida de la Iglesia. No se trata sólo de terminar una agenda en un cronograma determinado, y él quería asegurarse de que se preservara la unidad, por lo que se debería dar el tiempo necesario para eso. Y estoy de acuerdo con él. Creo que logramos avances porque se puso el tema sobre la mesa. Y espero con ansias los resultados del grupo de estudio.
-¿Cree que en el futuro veremos mujeres diaconizas o es algo imposible?
-Creo que, como dijo el cardenal Fernández (el argentino Víctor Manuel “Tucho”, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que está al frente del grupo de estudio creado por el Papa para analizar justamente este delicado tema), la cuestión está abierta y hay factores a tener en cuenta. Pero diría también que las mujeres tienen un rol más que importante en la vida de la Iglesia. Y el Santo Padre, al reorganizar la curia ha dejado en claro que no sólo los ordenados pueden tener roles de poder y va a ser interesante ver cómo esto evoluciona: ya hay mujeres que son secretarias y creo que la puerta está abierta para que puedan ser prefectas de algún dicasterio.
El Jubileo 2025 se abrió oficialmente el 24 de diciembre con el rito de Apertura de la Puerta Santa de la Basílica Papal de San Pedro por parte del Santo Padre. Acompáñenme para una misa de apertura del Jubileo hoy en @HolyNameChicago a las 12:30 p.m. pic.twitter.com/Xw53SHTBke
— Cardinal Cupich (@CardinalBCupich) December 29, 2024
-Cambiando de tema ¿qué espera de la nueva presidencia de Donald Trump? ¿Está preocupado?
-Pienso que siempre hay que esperar y ver cuando hay un nuevo presidente electo. Le deseamos lo mejor y que tenga éxito para el bien del país. La Conferencia Episcopal y yo de todos modos hemos expresado nuestra preocupación en cuanto al tema de la deportación de personas indocumentadas, algo que podría dividir familias y que hace que muchos vean a los recién llegados como enemigos. Creo que sería algo intolerable, sobre todo en un país donde todos somos inmigrantes. ¡Yo soy un producto de la inmigración! Por lo tanto, creo que nosotros los obispos vamos a tener que ser proféticos y denunciar cualquier abuso a la dignidad humana que pueda darse. Vamos a estar atentos y vamos a defender la dignidad humana de los inmigrantes.
-¿Vio la película Cónclave?
-No, tampoco vi Barbie, pero por lo que oí, las dos películas tienen mucho en común, al ser una mezcla de fantasía y ficción…
-¿Cómo se imagina el cónclave?
-Me parece que cualquier cosa que imagine nunca estará a la altura de la realidad, muy en la línea con lo que escribió el papa Francisco: “la realidad es superior a la idea”.
-Suele decirse que es imposible que haya un papa norteamericano, porque vendría de una de las superpotencias del mundo… ¿Usted de dónde cree que podría venir el sucesor de Francisco, el primer papa del fin del mundo?
-Para ser honesto, cuando fui nombrado cardenal en 2016 brindé por tener una vida larga, pero nunca tener que votar en un cónclave. Le deseo a este Papa muchos años más, así que espero que ese sea el caso. Pero en el futuro, al ver cómo crece la Iglesia en Asia, África y en el hemisferio sur, no me sorprendería un papa de ese origen. Al mismo tiempo, la Iglesia enfrenta desafíos reales, todavía tenemos mucho trabajo por hacer en cuanto el escándalo de abusos de niños, en cuanto a cuestiones financieras, en cuanto a la eliminación de cualquier tipo de clericalismo. Necesitamos más vocaciones, llegar más a los jóvenes y tenemos que buscar maneras para que las mujeres se sientan incluidas y no excluidas. Así que el próximo papa de alguna manera deberá tener la experiencia, pero también las aptitudes para liderar una Iglesia que aborde estas diversas cuestiones de modo sinodal. Es una gran tarea, pero necesitamos a alguien con buen carácter, pero también con la sabiduría y la fuerte espiritualidad que está representada en el papa Francisco. Pero, como dije, espero que ese brindis que hice cuando fui nombrado cardenal se haga realidad.