Joe Biden es el nuevo presidente de Estados Unidos: "la democracia ha prevalecido"

El demócrata Joe Biden ha jurado como el presidente número 46 de Estados Unidos, tomando el timón de un país acosado por profundas divisiones políticas y azotado por una furiosa pandemia de coronavirus.

(Saul Loeb/Pool Photo via AP)
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Biden, de 78 años, se convierte en el presidente de mayor edad en la historia del país, en una ceremonia reducida en Washington que se ha despojado en gran medida de su pompa habitual, tanto por el coronavirus como por las preocupaciones de seguridad tras el asalto del 6 de enero al Capitolio, perpetrado por partidarios del mandatario saliente Donald Trump.

Su compañera de fórmula, Kamala Harris, hija de inmigrantes de Jamaica e India, es la primera persona negra, la primera mujer y la primera estadounidense de origen asiático en ocupar la vicepresidencia, y ha sido investida por la jueza Sonia Sotomayor, la primera integrante de origen latino de la Corte Suprema.

(Photo by Alex Wong/Getty Images)
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Biden dijo en su discurso de investidura que "la democracia ha prevalecido" tras el mandato de su predecesor, Donald Trump, y definió la jornada como "un día de historia y de esperanza".

"Celebramos el triunfo de una causa, la causa de la democracia. Es frágil, preciosa. La democracia ha prevalecido", aseveró.

"Es un día histórico y de esperanza, de renovación y resolución", agregó.

Biden se refirió a los turbulentos días que ha vivido el país tras el asalto violento al Capitolio el pasado 6 de enero por una turba de seguidores del ya expresidente Trump.

En este sentido, aseguró que aún queda mucho para "curar" las heridas del país y llamó a confrontar el "extremismo político, el supremacismo blanco y el terrorismo doméstico", que aseguró que derrotará.

Sobre el asalto al Capitolio por parte de seguidores de Trump el 6 de enero, prometió que no volverá a pasar "ni hoy ni mañana"

Pidió, asimismo, seguir el "camino de la unidad" para superar las múltiples crisis que enfrenta el país, porque sin ella "solo hay amargura y furia".

Rompiendo con la tradición, Trump no asistió al acto de investidura de su sucesor y puso rumbo a su mansión privada en Palm Beach (Florida), estado donde llegó poco antes del inicio de la ceremonia.

El vicepresidente saliente, Mike Pence, sí asistió al acto, al que también acudieron la mayoría de los legisladores estadounidenses y anteriores mandatarios, como George W. Bush (2001-2009) y Bill Clinton (1993-2001), junto a sus respectivas esposas, Laura Bush y Hillary Clinton.

El inicio de una nueva era

A las pocas horas de jurar como presidente, Biden anunciará un proyecto de ley que abriría un camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes que permanecen el país de manera ilegal, en un marcado contraste con las políticas de Donald Trump.

También firmará 15 decretos ejecutivos el miércoles, según anunció la portavoz Jen Psaki. Al menos seis de ellos se ocuparán de la inmigración, según un memorando, lo que lo convierte en un foco importante del primer día del mandatario.

Las acciones incluyen el levantamiento inmediato de las prohibiciones de viajes de algunos países, en su mayoría musulmanes, detener la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México y revertir una orden de Trump que impide que los migrantes que se encuentran en el país ilegalmente sean contabilizados cuando los distritos electorales del Congreso sean redefinidos.

Biden también firmará un memorando ordenando al Departamento de Seguridad Nacional y al fiscal general que preserve el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que protege a los migrantes que llegaron al país cuando eran niños de la deportación, y revertirá una orden ejecutiva de Trump que pide una aplicación más estricta de normas de inmigración.

En conjunto, las acciones muestran que Biden está comenzando su presidencia con un enfoque nítido en la inmigración, tal como Trump mantuvo el tema en el centro de su agenda política hasta los últimos días de su administración. En una de sus pocas apariciones públicas postelectorales, Trump visitó un segmento del muro fronterizo entre Estados Unidos y México a principios de este mes.

La decisión de Biden de revertir de inmediato la llamada "prohibición musulmana" de Trump, que estaba dirigida a viajeros e inmigrantes de varias naciones de mayoría musulmana, subraya su deseo de restaurar la posición de Estados Unidos en el mundo.

(Photo by Mario Tama/Getty Images)
(Photo by Mario Tama/Getty Images)

Dificultades en el camino

Sin embargo, levantar la prohibición puede ser una tarea más fácil que lograr que el Congreso apruebe la ambiciosa propuesta legislativa que Biden planea presentar el miércoles.

La propuesta establecerá una hoja de ruta de ocho años hacia la ciudadanía para muchos de los 11 millones de inmigrantes que se estima que viven en el país ilegalmente, según un documento informativo distribuida a periodistas por los funcionarios entrantes de la Casa Blanca el martes.

Los inmigrantes elegibles que se encontraban en el país al 1 de enero recibirán un estatus temporal por cinco años, antes de que se les otorguen "green cards" para la residencia permanente, que está sujeta a ciertos requisitos, como la verificación de antecedentes. Luego podrían solicitar la ciudadanía, después de tres años más, dijeron las autoridades.

El tiempo de espera para la legalización sería más corto - tres años - para algunos de los aproximadamente 645.000 beneficiarios del programa DACA y más de 400.000 inmigrantes que viven en los Estados Unidos con Estatus de Protección Temporal (TPS). También se aceleraría para algunos trabajadores agrícolas.

Si se aprueba, sería la reforma legislativa más grande del sistema de inmigración de Estados Unidos desde la administración del presidente republicano Ronald Reagan en la década de 1980.

Durante décadas, el Congreso no ha logrado aprobar una importante reforma migratoria. Si bien los demócratas tienen una mayoría en la Cámara, el Senado está dividido 50-50 con la vicepresidenta entrante Kamala Harris como voto de desempate. La falta de apoyo bipartidista ha obstaculizado los esfuerzos anteriores para reformar el sistema de inmigración.

Aprobar un proyecto de ley ambicioso con apoyo republicano podría ser difícil, dijo Jessica Vaughan del Centro de Estudios de Inmigración con sede en Washington, que respaldó muchas de las políticas más restrictivas de Trump. "Creo que se trata más de simbolismo", opinó, refiriéndose a los objetivos del proyecto de ley de inmigración.

Con información de las agencias Reuters y EFE.