Biden recurre a familia de líder de trabajadores agrícolas en su intento de reelección. ¿Quién es Julie Chávez Rodríguez?

Más de 30 años después de su muerte, César E. Chávez sigue haciendo sentir su presencia más allá del cambio de nombre de calles en Fresno o de tener un busto de bronce del líder campesino en una consola en la Casa Blanca del presidente Joe Biden.

En abril, Biden seleccionó a la nieta de Chávez, Julie Chávez Rodríguez, para dirigir su campaña de reelección. A ella y al subdirector de campaña Quentin Fulks los calificó de “líderes eficaces y de confianza que conocen lo que está en juego en estas elecciones y aportarán sus conocimientos y energía a la gestión de una campaña que llegue a todos los estadounidenses”.

Hoy en día, la afiliación sindical de César Chávez puede ser una fracción de lo que era en la década de 1970, pero su movimiento sigue dando dividendos. El nombramiento de su nieta es el ejemplo más reciente.

¿Quién es Chávez Rodríguez? Y, ¿podrá hacer manejar lo que se espera que sea una campaña reñida?

Fuera del círculo político y del valle de San Joaquín, rico en agricultura, Chávez Rodríguez, de 45 años, sigue siendo una gran desconocida.

Es la mediana de los tres hijos de Arturo S. Rodríguez, presidente de la UFW tras la muerte de su suegro en 1993. Chávez Rodríguez se graduó en Tehachapi High School, cerca de la sede de la UFW en Keene, y obtuvo una licenciatura en Estudios Latinoamericanos en la UC Berkeley.

Se unió a la campaña de Biden en 2020 como asesora principal a cargo de la vinculación latina, y en 2021 se convirtió en directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca. Chávez Rodríguez trabajó en las campañas presidenciales de Barack Obama y Kamala Harris, y fue subdirectora de participación pública para Obama.

El pasado mes de junio, Biden la ascendió a asesora principal.

También fue vicesecretaria de prensa del entonces secretario de Interior Ken Salazar, y directora para el estado de California de la senadora Kamala Harris.

Hablé con cuatro personas que la conocen mejor –el exjefe de comunicaciones de la United Farm Workers y ahora portavoz de la César Chávez Foundation, Marc Grossman; su tío Paul Chávez; la veterana operadora política Amanda Rentería, y su padre, el expresidente de la UFW Arturo S. Rodríguez– para que me dieran una idea de ella.

‘Una sensación de una nueva generación’

Rentería dijo que Chávez Rodríguez –que ayudó a crear un plan de estudios sobre su abuelo que se usa en las escuelas públicas de California– es la selección perfecta para lo que ella representa: “Una sensación de una nueva generación, un tipo de estilo multicultural que ella siempre ha tenido en su esfera política”.

“Simplemente tiene un talento increíble, No. 1. Y la visibilidad no es necesariamente la clave para ganar una campaña”, dijo Rentería, nativa del Valle Central y ex directora política de la candidatura presidencial de Hillary Clinton en 2016.

“La clave para ganar una campaña es que llegues con experiencia, habilidades y una forma de gestionar una gran organización. Que tengas instinto político”, dijo Rentería, directora ejecutiva de Code for America, una organización apartidista y apolítica cuyo objetivo es conectar los sectores público y privado.

Rentería, excandidata al Congreso por el Valle Central, dijo que el anterior puesto de Chávez Rodríguez en la Casa Blanca la posiciona perfectamente para el nuevo cargo.

“Su papel como líder de asuntos intergubernamentales en la Casa Blanca es un papel en el que estás trabajando con alcaldes y gobernadores de todo el país, particularmente durante un tiempo en el que esa relación era más importante que nunca dados todos los diferentes cambios que la pandemia creó”, dijo Rentería.

‘Espero que se muera esta vez’

Grossman, habitante de Sacramento, recuerda que en 1988, una Chávez Rodríguez de 10 años estaba en un supermercado del sureste de Fresno repartiendo folletos que advertían sobre el envenenamiento por pesticidas de los trabajadores agrícolas y sus hijos cuando una mujer se detuvo.

En aquel momento, su abuelo estaba llevando a cabo un ayuno de 36 días, más largo que el de 25 días de dos décadas antes, para protestar por el uso de pesticidas peligrosos en los campos.

La mujer cogió un folleto y comentó: “Espero que se muera esta vez”.

Aquello enfureció y disgustó a Chávez Rodríguez, que al volver a su casa de Delano corrió rápidamente a ver a su abuelo y le contó lo sucedido.

“La próxima vez que ocurra, dile que rezaremos por ella y déjalo así”, respondió su abuelo.

Grossman reflexionó sobre aquel incidente para conocer mejor a esta oriunda de Delano de 45 años.

“Aprendió la lección”, dijo Grossman, que conoce a Chávez Rodríguez desde que nació. “A pesar de sus logros, sigue siendo muy humilde. No hay autopromoción ni autoengrandecimiento en ella”.

‘Es muy dura consigo misma’

Un año antes de aquel episodio en el supermercado, Chávez Rodríguez y su hermana mayor, Olivia, fueron arrestadas por distribuir panfletos en el exterior de una tienda de comestibles de Nueva Jersey.

Su padre pidió permiso a la policía para ir en el vehículo policial con sus hijas.

Si pedir a la gente que no comprara uvas resultaría en un arresto, dijo Arturo S. Rodríguez, “ella iba a hacerlo”.

“Pasaron por el proceso de que les tomaran las huellas dactilares y les hicieran una foto de ficha policial”, dijo Rodríguez. “Era la sensación de que ‘si esto es lo que hace falta, vamos a hacerlo de forma no violenta’”.

Su padre está orgulloso del papel que desempeña Chávez Rodríguez en la campaña de Biden, y cree que es dura y está preparada para los golpes que vengan.

“Es dura. Es dura consigo misma. Es muy disciplinada”, dijo. “Es muy agresiva con el trabajo y con lo que hay que hacer. Si lo hace es porque lo cree”.

‘Talento a una edad temprana’

Su tío, Paul Chávez, recuerda que una exvoluntaria de la UFW se fijó en una preadolescente Chávez Rodríguez muy trabajadora.

“La mujer se inclina hacia mí y me dice: ‘Deberíamos ser amables con esa niña porque creo que todos vamos a trabajar para ella uno de estos días’”, recordó Chávez.

“Reconoció el talento de Julie a una edad temprana”.

‘Viví una infancia tremendamente privilegiada’

Las propias palabras de Chávez Rodríguez ofrecen la mejor perspectiva.

“Al crecer en el movimiento de trabajadores agrícolas, estuve rodeada de algunos de los mejores organizadores del país”, escribió en un ensayo de 2014 para el Centro de Estudios Latinoamericanos de la UC Berkeley. “Pasé mi infancia en reuniones, en mítines, recorriendo líneas de protestas y repartiendo folletos frente a supermercados”.

A los 12 años, dijo, ya podía recitar algunas de las citas más conocidas de su abuelo y pronunciar los nombres de los cinco pesticidas más dañinos.

“Viví una infancia tremendamente privilegiada, no en términos de riqueza material, ya que mis padres eran voluntarios a tiempo completo de la United Farm Workers, sino en términos de experiencia”, escribió. “La oportunidad de viajar con mi abuelo, de aprender de él y de verle organizar es una de las aulas más valiosas en las que he estado”.

Juan Esparza Loera es editor de Vida en el Valle.

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