Biden prometió mantenerse al margen, pero los demócratas quieren un luchador

El presidente Joe Biden da un discurso en el instituto Max S. Hayes de Cleveland el miércoles 6 de julio de 2022, donde dio a conocer los últimos detalles de un plan de rescate estadounidense para los planes de pensiones de varios empleadores. (Haiyun Jiang/The New York Times)
El presidente Joe Biden da un discurso en el instituto Max S. Hayes de Cleveland el miércoles 6 de julio de 2022, donde dio a conocer los últimos detalles de un plan de rescate estadounidense para los planes de pensiones de varios empleadores. (Haiyun Jiang/The New York Times)

WASHINGTON — El miércoles, cuarenta y ocho horas después de un terrible tiroteo masivo el 4 de julio, el presidente Joe Biden voló a Ohio para pronunciar un discurso sobre los planes de pensiones.

Con la inflación disparada y los demócratas todavía echando humo por la decisión de la Corte Suprema de anular el caso Roe contra Wade, la agenda pública de Biden no incluía actos ni anuncios sobre ninguno de los dos temas.

Y en respuesta al demoledor testimonio de la semana pasada sobre el atentado del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos, Biden no ha dicho casi nada y prometió respetar a la comisión del Congreso que investiga el violento ataque a la democracia estadounidense.

En un momento de gran agitación política y angustia económica, Biden se ha visto mucho menos comprometido de lo que esperaban muchos de sus partidarios. Mientras muchos demócratas abogan por un luchador que dé voz a su ira, Biden ha elegido un camino más pasivo: culpar al Congreso, instar a la gente a votar y evitar acaloradas batallas retóricas.

“La economía parece estar fuera de control. Se están quitando derechos fundamentales. Y la Casa Blanca no aporta nada”, dijo Bill Neidhardt, quien fue vocero del senador independiente de Vermont Bernie Sanders.

Dentro de la Casa Blanca, los funcionarios del gobierno dicen que Biden ha respondido con celeridad a las crisis del país, aunque no reciba el crédito que creen que merece.

El presidente llegó al cargo con la promesa de ser competente y actuar con decisión, después de cuatro años en los que su predecesor gobernó a base de mensajes airados en Twitter y frecuentes diatribas. En cambio, Biden pregonó su sobria experiencia como legislador, la cual, dijo, le ayudaría a zanjar las divisiones ideológicas. Además, hizo campaña con el argumento de que sabía cómo ejercer la autoridad de la presidencia después de haber servido ocho años como vicepresidente.

El presidente Joe Biden sale del Air Force One en la Base Conjunta Andrews en Maryland el miércoles 6 de julio de 2022, tras un viaje a Cleveland. (Oliver Contreras/The New York Times)
El presidente Joe Biden sale del Air Force One en la Base Conjunta Andrews en Maryland el miércoles 6 de julio de 2022, tras un viaje a Cleveland. (Oliver Contreras/The New York Times)

Al principio de su mandato, Biden hizo una campaña intensa a favor de un estímulo económico de un billón de dólares, con la promesa de enviar cheques de 2000 dólares para cada estadounidense, un sólido esfuerzo político que contribuyó a dinamizar a sus partidarios y ayudó a las victorias demócratas en Georgia con las que su partido logró controlar el Senado. Neidhardt afirmó que pocos demócratas ven ahora el mismo tipo de energía o pasión del presidente.

“No digo que siempre vayas a tener que andar agitando un cheque de 2000 dólares, pero tienes que hacer algo. Algún tipo de acción. Eso, creo, es el quid de la cuestión, comentó Neidhardt.

En los grandes temas del día, el presidente ha mencionado varias veces en estos meses los límites de su poder.

Señala que la Reserva Federal tiene la “principal responsabilidad” en el combate de la inflación. En cuanto a las armas de fuego, insiste en que el Congreso debe hacer más. Tratándose de las colegiaturas universitarias, el derecho al voto, la frontera, la competencia con China y otros asuntos, Biden suele responder que está en manos de los legisladores.

Dice que la actuación de la Corte Suprema en lo que respecta al aborto fue un “error trágico”, pero que él no puede arreglarlo.

“La única manera en la que podemos garantizar el derecho de una mujer a decidir y el equilibrio que existía es que el Congreso restablezca las protecciones de Roe contra Wade como ley federal”, declaró el presidente. “Ninguna acción ejecutiva del presidente puede hacer eso”.

Los expertos jurídicos dicen que la evaluación de Biden de las limitaciones es acertada. Pero los críticos sostienen que su actitud mesurada no es lo que exige el momento y que lo deja en problemas para inspirar a sus seguidores y aliados a la acción.

Los activistas, los líderes electos y los electores demócratas comunes dicen que ansían que Biden expanda los límites legales, con actos como: establecer clínicas para abortar en territorio federal; exigir la expansión de la Corte Suprema; pedir que se procese al expresidente Trump; presionar más para que las normas y la legislación para combatir el cambio climático sean más estrictas.

“No siempre queremos líderes que estén locos de atar”, dijo Amanda Litman, una activista progresista en Twitter el miércoles. “¡Pero mantenerse en calma y apenas responder ante crisis de grandes magnitudes — sobre el aborto, las armas, el clima, la democracia, etc. — nos hace sentir que nosotros somos los locos por pensar que las cosas están mal!”.

Los asesores y aliados cercanos de la Casa Blanca rechazan las críticas demócratas por ser no más que quejas desinformadas o mal dirigidas.

“Está bien que los líderes demócratas aporten ideas”, dijo Cedric Richmond, quien fue asesor de alto nivel de la Casa Blanca y ahora trabaja para Biden en el Comité Nacional Demócrata. “Pero si las ideas son ilegales o si no funcionan o si ponen a la gente en mayor peligro, Biden no lo hará”.

La semana pasada en Europa, Biden presionó a los líderes mundiales para que aceptaran una propuesta con la intención de disminuir los precios de la gasolina. Tras analizarlo durante meses, Biden propuso una exención del impuesto federal sobre la gasolina para reducir el precio en las gasolineras, una idea que los demócratas vieron con buenos ojos. Cuando el tribunal anuló el caso Roe contra Wade, emitió una serie de órdenes ejecutivas destinadas a garantizar cierto acceso a los servicios médicos. Y el mes pasado, ayudó a impulsar la primera legislación bipartidista sobre seguridad de las armas en décadas.

Los funcionarios de la Casa Blanca señalaron que Biden pronunció un discurso contundente pocas horas después del fallo de la Corte sobre Roe, la cual calificó de “decisión terrible y extrema”. En cuanto a las armas, dijeron que el presidente ha sido tajante y vehemente, ya que después del tiroteo en una escuela primaria de Texas declaró: “Estoy harto de ello. Tenemos que actuar. Y no me digan que no podemos actuar contra este derramamiento de sangre”.

El congresista demócrata de California, Ro Khanna, pidió más urgencia a la Casa Blanca, en especial en cuestiones económicas. Pero dijo el miércoles que las críticas a Biden por parte de miembros de su propio partido son contraproducentes y solo ayudarán a los republicanos a ganar las elecciones parlamentarias de este otoño y la contienda presidencial de 2024.

“El Partido Demócrata tiene que unirse en torno al presidente Biden con vistas a las elecciones intermedias y a su reelección”, dijo. “Si la gente tiene ideas constructivas, debe compartirlas. Pero deben ser para fortalecer a este presidente”.

Ahora que Biden se enfrenta a un aumento de las críticas, sus índices de aprobación se están viendo afectados.

Una encuesta de la Universidad de Monmouth publicada el martes colocó el índice de aprobación de Biden en un 36 por ciento y descubrió que la mayoría de los estadounidenses creen que las acciones del gobierno federal los perjudican. En una encuesta de Harvard CAPS-Harris, el 71 por ciento de los encuestados dijo que no cree que el presidente deba aspirar a la reelección.

Mientras tanto, otros políticos demócratas están tratando de llenar lo que consideran un vacío de liderazgo.

El lunes, en las horas posteriores al tiroteo de Highland Park, Illinois, el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, captó la atención de muchos demócratas con una declaración contundente: “Enójense”, dijo, y sus palabras fueron captadas por la televisión y difundidas después en las redes sociales. “Yo estoy furioso. Me enoja que la violencia de las armas haya cobrado más vidas inocentes”.

El lunes, el gobernador de California, Gavin Newsom, un demócrata que aspira a reelegirse, emitió un anuncio de televisión en Florida que daba voz al mensaje que muchos miembros del partido de Biden desearían escuchar de él.

“La libertad está siendo atacada en tu estado”, dijo Newsom. “Los líderes republicanos están prohibiendo libros, dificultando el voto, restringiendo la expresión en las aulas, incluso criminalizando a las mujeres y a los médicos”, añadió, en un ataque político apenas velado a Ron DeSantis, gobernador republicano del estado y posible candidato a la presidencia en 2024.

Las entrevistas con demócratas de todo el país a principios de este verano mostraron una profunda frustración con Biden.

“El presidente tiene que ser más agresivo”, dijo David Walters, exgobernador de Oklahoma. Matt Hughes, miembro del Comité Nacional Demócrata de Carolina del Norte, dijo que Biden tenía que proponer una “campaña a fondo contra el extremismo republicano”. Radhika Nath, quien fue copresidenta del estado de Colorado para la campaña de Sanders en 2020, citó la “falta de energía y entusiasmo” del gobierno de Biden.

El momento exige un liderazgo inspirador, no excusas y razones para seguir las estrategias caducas de siempre, dijo.

© 2022 The New York Times Company