Joe Biden convoca a Estados Unidos a mantener su apoyo irrestricto a Ucrania e Israel
WASHINGTON.- En un solemne discurso desde el Salón Oval, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, convocó este jueves a los norteamericanos a sostener el respaldo a Israel y a Ucrania al advertir que ambas naciones enfrentan una amenaza común en los ataques de Vladimir Putin y Hamas, y el éxito en los conflictos que enfrentan es “vital para la seguridad nacional” del país.
“Estamos ante un punto de inflexión en la historia, uno de esos momentos en los que las decisiones que tomemos hoy determinarán el futuro en las próximas décadas”, dijo al inicio de su mensaje, el segundo que brinda desde el Salón Oval.
Biden dijo que, si bien Hamas y Putin representan “distintas amenazas”, tienen algo en común: ambos quieren “aniquilar por completo” a dos democracias vecinas. Hablándole directamente al pueblo norteamericano, Biden dijo que si bien ambos conflictos pueden parecer “lejanos” y es natural que se pregunten por qué Estados Unidos debe involucrarse, el éxito de Israel y Ucrania es “vital para la seguridad nacional”.
“La historia nos ha enseñado que cuando los terroristas no pagan un precio por su terror, cuando los dictadores no pagan un precio por su agresión, causan más caos, muerte y más destrucción”, alertó.
Con su mensaje, Biden además reiteró uno de los pilares de su política exterior: la noción de que Estados Unidos sigue siendo el actor global más relevante, una nación “esencial”, “indispensable” a la hora de velar por los valores de las democracias liberales.
“El liderazgo de Estados Unidos es lo que mantiene unido al mundo. Nuestras alianzas son las que nos mantienen seguros. Y nuestros valores son los que nos convierten en un socio con el que otras naciones quieren trabajar”, afirmó Biden. “¿Qué pasa si nos retiramos?”, se preguntó al hablar de Ucrania. “Somos la única nación esencial”, respondió.
En Estados Unidos, los presidentes utilizan el Salón Oval para los discursos más significativos de su gobierno, que suelen ser transmitidos por las principales cadenas de televisión. Antes de este mensaje, Biden sólo había pronunciado un discurso desde el Salón Oval, en junio de este año, después de que el Congreso aprobó un paquete que permitió elevar el techo de la deuda y evitar un default que hubiera desatado una crisis económica. Esta vez, Biden decidió volver a ese lugar para para presentarle a los norteamericanos sus argumentos para sostener el papel decisivo que Estados Unidos juega en las dos grandes crisis que han acaparado su política exterior, la guerra en Ucrania y el nuevo conflicto en Medio Oriente.
Para Biden, el encuentro de ambas crisis encarna un momento singular que ningún otro presidente norteamericano debió afrontar en las últimas décadas, y un enorme desafío al que parece particularmente ansioso por enfrentar. A sus 80 años y en el epílogo de una carrera política de medio siglo, Biden pueden encontrar en este momento una oportunidad para seguir apuntalando el papel global de Estados Unidos –uno de los pilares de su presidencia–, pero también para transformar su principal déficit ante el electorado, su vejez, en un activo.
Opinión pública
Biden necesita el respaldo de la opinión pública para lograr que el Congreso apruebe un nuevo paquete adicional de gastos para financiar “las necesidades de seguridad nacional”, dijo, que la Casa Blanca presentará este viernes. Ese plan incluirá asistencia militar a Israel por alrededor de 10.000 millones de dólares, y a Ucrania, por 60.000 millones de dólares, según anticiparon medios locales. Biden no confirmó la cifra.
Antes de su discurso, Biden habló por teléfono con Volodimir Zelensky y “le subrayó el firme y continuo apoyo bipartidista en Estados Unidos a la defensa de Ucrania y su soberanía, su integridad territorial y futuro democrático”, dijo la Casa Blanca en un comunicado. Y el miércoles, en su visita a Israel, donde estuvo apenas ocho horas, Biden le prometió un firme y perdurable respaldo a los israelíes tras el brutal ataque de Hamas, y en medio de un creciente malestar global por la contraofensiva lanzada por el primer Ministro, Benjamin Netanyahu, sobre la Franja de Gaza, signada por los bombardeos, un “asedio total” con cortes al suministro de agua, electricidad y medicamentos, y una invasión latente.
Biden reiteró que Israel tiene que respetar las reglas de la guerra, insistió en diferenciar al pueblo palestino de Hamas, y reiteró su intención de mover ayuda humanitaria a la Franja de Gaza lo antes posible, y dijo que rechazan “cualquier forma de odio”.
Biden enfrenta varios desafíos en su cruzada para sostener el respaldo a Israel y Ucrania, crucial para apuntalar a sus fuerzas armadas. En Washington, los republicanos siguen enfrascados en su interna para definir un líder y la Cámara de Representantes está paralizada. Además, una facción ultratrumpista de la coalición se opone a entregar más dinero a Ucrania para armas. El último pedido de financiamiento para Kiev que la Casa Blanca pidió al Congreso, por 24.000 millones de dólares, fue eliminado del último paquete de gastos aprobado, aun después de la visita del propio Zelensky al Capitolio, en su último viaje a Washington. Además, Netanyahu dista de ser una figura popular en Washington, y el ala radical de los demócratas ha criticado fuertemente la contraofensiva israelí sobre Gaza, sumándose a las acusaciones contra Israel por cometer crímenes de guerra.
Algunas de las críticas a Israel se ven ya en las calles y los campus universitarios de Estados Unidos, y también en el ala más radical del Partido Demócrata. Congresistas progresistas como Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar o Rashida Tlaib, quien es descendiente de palestinos, hacen escuchar su voz cada vez más en contra de la ofensiva israelí. Tlaib, de hecho, participó en una protesta en el Capitolio convocada por organizaciones judías, una de las manifestaciones que se vieron en Washington en rechazo a la contraofensiva lanzada por Netanyahu, quien ve una batalla no sólo de Israel, sino “del mundo civilizado”.