Los “bichitos” que invadieron el AMBA: qué son los trips y cómo cuidarse ante el contacto con la piel

Caliothrips phaseoli
Caliothrips phaseoli

A la ola de calor, la más extensa en la historia de la ciudad de Buenos Aires desde que se tiene registro, se sumó la “invasión” de unos diminutos “bichitos” negros, que en contacto con la piel generan picazón y pequeños sarpullidos.

¿Qué son esos pequeños puntitos negros? Los expertos explicaron que se tratan de un insecto cuyo nombre científico es Caliothrips phaseoli, y que se los conoce comúnmente como “trips”. Estos insectos tienen una forma alargada, plana y, cuando son adultos, cuentan con alas peludas.

Si bien para la mayor parte de la población eran desconocidos,es una plaga con la que deben lidiar los productores agrícolas desde hace mucho tiempo.

Según explica en su web el Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo de plagas (Sinavimo): “El adulto es de color gris oscuro casi negro y de poco más de 1 milímetro de longitud. Presenta el dorso de la cabeza y el tórax reticulados, las alas anteriores con dos áreas claras que las atraviesan a manera de bandas y las patas son oscuras con el extremo de las tibias claras. Las formas larvales son de coloración amarillo claro”.

“El ciclo de vida del Caliothrips phaseoli, comprende 6 estados: huevo, dos estadios ninfales activos, otros 2 estados: prepupa y pupa que transcurren en el suelo, y el adulto; las ninfas de trips también se denominan larvas”, suma la explicación del organismo nacional y agrega: “Las hembras insertan huevos aislados en hojas u otras partes de la planta, donde se nutren las ninfas. El ciclo huevo-adulto se completa en dos semanas aproximadamente, y presenta numerosas generaciones por año. Por su tamaño y ubicación en partes protegidas de las plantas es difícil detectarlos, la aparición de puntos negros (excrementos) en las hojas es indicio de la presencia de trips”.

A qué se debe la aparición

Para los expertos, una de las causales puede ser la combinación de sequía y calor extremo. Esto se explica porque con la sequía histórica que se vive desde febrero, tanto cultivos como praderas naturales no se desarrollan y esto obliga a los insectos a que amplíen su zona de colonización para sobrevivir.

Por otro lado, el contacto con estos insectos puede generar comezón e irritación, similar al de las pulgas, pero con menor intensidad . Para protegerse, el uso de repelentes tradicionales funciona.

En tanto, si se quiere combatir la presencia en los hogares y jardines, se puede recurrir al jabón potásico. Una vez que se aplica, tras pasar una hora, sería conveniente utilizar un insecticida natural, ya sea de piretrinas o con extracto de ortiga.

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