Bertín Osborne, el entrevistador que ha superado a los periodistas de la competencia

Con inteligencia, mediación y mucho carisma, Bertín Osborne ha sabido congeniar los ingredientes necesarios para hacer de su nombre una marca en sí misma a sus 61 años. Lo mismo que hizo hace tres décadas, cuando sacó su primer disco y pasó a ser el blanco de las carpetas de todas las adolescentes de los ochenta.

Ahora, su faceta de cantante ha pasado a la historia para convertirse en una de las armas más fuertes de Mediaset gracias al éxito de Mi casa es la Tuya, líder de audiencias en la noche del lunes. La estrategia: su personalidad. No sabe de canto, pero arrasa en el mundo de la música; no ha estudiado Economía, pero es empresario; no es periodista, pero se come a todos los demás entrevistadores.

Él mismo reconoció en su programa, a las Azúcar Moreno, que su forma de ser le hacía trabajar muchísimo para lograr sus metas, y que le costaba aceptar un “no” por respuesta. Y, quizá, este orgullo sea la positividad necesaria para emprender cualquier proyecto y convertirlo en una realidad. Al menos, a Bertín le funciona.

A menudo relacionado con la ideología de derechas, Osborne no deja títere con cabeza cuando de política se trata. Argumentar, hablar y opinar es otra de sus características. Así nos lo ha demostrado en todas las entrevistas en las que no ha dudado en referirse con dureza a las políticas de Pablo Iglesias y su partido, a la situación de Venezuela, y en general, a todo lo que considera que hay que cambiar. Es preciso no olvidar esta lengua viperina que caracteriza al presentador, dado que es otro de los factores que engancha a su audiencia. Todo el mundo está esperando a que Bertín determine sus sentencias. Su posicionamiento es claro, y aún así, los de derechas y los de izquierdas, por lo general, le tienen un impresionante respeto y admiración.

Sus invitados dicen de él que es “imponente” pero “divertido, carismático y agradable”. Y es verdad que su sonrisa le acompaña en cada programa y con cada entrevistado, a los que a menudo trata como amigos, y esa afinidad acaba traspasando la pantalla del televisor.

Mi casa es la tuya sigue recaudando más de 3 millones de espectadores todos los lunes, que ya conocen el vestíbulo, los jardines, el comedor e incluso la particular forma de su contemporáneo chalet (aunque actualmente parece que busca casa nueva para la próxima temporada). Otra inteligente forma de hacer que una casa que vale millones, genere más beneficios que gastos. Al estilo Bertín Osborne.

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Imágenes: ©Mediaset España