Bernard Arnault promueve a un hijo de 29 años para ocupar un puesto clave en su imperio del lujo

PARÍS.- Su padre es el segundo hombre más rico del mundo y dueño del imperio francés de productos de 76 marcas de lujo, desde Louis Vuitton, hasta Dom Perignon. Pero a los 29 años, Frédéric Arnault, que venía desarrollando una exitosa trayectoria expandiendo las marcas de relojes de lujo al público joven, fue ascendido a CEO de LVMH relojes.

En diciembre pasado, su padre, Bernard Arnault, fue desplazado del puesto de hombre más rico del mundo por Elon Musk, luego de que el sudafricano sumara 95.400 millones de dólares a su fortuna durante 2023, llegando a un patrimonio neto de 232.000 millones de dólares.

Como resultado, Musk superó al presidente y director ejecutivo de LVMH, por más de 50.000 millones de dólares, y el magnate francés pasó a ocupar el segundo puesto de la lista, con un patrimonio neto de 179.000 millones de dólares tras sumar este año 16.900 millones.

En los últimos años Arnault se ha ocupado de ir favoreciendo el ascenso de sus cinco hijos en el control del grupo. Delphine, de 48 años, se convirtió hace un año en presidenta y directora ejecutiva de la marca de moda Christian Dior Couture. Antoine, de 46 años, es jefe de comunicación, imagen y medio ambiente de LVMH, así como presidente y director ejecutivo del holding Christian Dior. Alexandre, de 31 años, es vicepresidente ejecutivo, a cargo de productos y comunicaciones en Tiffany. Y Jean, de 25 años, es director de marketing y desarrollo de la división de relojes de Louis Vuitton desde agosto de 2021.

Pero sin dudas, el ascenso más impactante fue el de Frédéric, que es un joven y carismático ejecutivo, conferencista, y codiciado por muchas empresas. Él será ahora el CEO de todas las marcas de relojes del grupo: TAG Heuer, Hublot y Zenith.

Aunque LVMH suele ser reacia a dar detalles de los negocios de las áreas más pequeñas del grupo, el conglomerado que factura 79.200 millones de euros anuales, según Arnault el conjunto de esas tres marcas de relojes de lujo factura casi 1800 millones de euros.

LVMH entró en el área de productos de relojería en 1999, cuando Frédéric tenía apenas cinco años, y compró TAG Heuer y Zenith. Pero toda su vida fue formado para desempeñarse en ese sector. Asistió primero al famoso Lycée Louis-le-Grand, y luego, como su padre a L’École Polytechnique, hasta que en 2017 se convirtió en el primer Arnault que asumía de lleno el trabajo en el área de relojería, como responsable de Tecnologías Conectadas en TAG, que es un acrónimo de Techniques d’Avant Garde (tecnologías de avanzada). Luego fue director general de Tag Heuer de 2020 a 2023.

Además de tocar el piano, Frédéric es un apasionado de los deportes, lo que lo puso en contacto por primera vez con un reloj TAG cuando tenía 12 años.

“Mi primer reloj fue un TAG Heuer Aquaracer, que me regaló mi padre. Como a mi me encantan los deportes, creo que es la marca más deportiva en relojería”. Luego agregó: “lo validamos con encuestas y estudios de marca: lo deportivo es una de las características que más destacan los consumidores de TAG”.

Frédéric es un convencido de elevar cada vez más los precios y categoría de sus relojes. “En 2017, el precio promedio de los relojes rondaba los 1800 francos suizos. En 2023 estamos en un promedio de 3000 francos suizos.

Su estrategia dio resultado. Desde que se convirtió en director ejecutivo de TAG las ventas aumentaron un 50% y 2023 fue otro año récord. Al mismo tiempo la producción de relojes cayó de 500.000 al año en 2017 a 400.000 año pasado. Menos producción, pero más lujo y más ganancia.

Agencia Reuters