Benjamin Netanyahu quiere que se deporte a los migrantes de Eritrea tras unas violentas protestas

Activistas antigubernamentales de Eritrea se enfrentan a simpatizantes del gobierno de Eritrea el sábado 2 de septiembre de 2023, en Tel Aviv, Israel.
Activistas antigubernamentales de Eritrea se enfrentan a simpatizantes del gobierno de Eritrea el sábado 2 de septiembre de 2023, en Tel Aviv, Israel. - Créditos: @Ohad Zwigenberg

TEL AVIV.- El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo el domingo que quiere que los migrantes de Eritrea que participaron en un violento enfrentamiento en Tel Aviv sean deportados de inmediato, y ordenó un plan para expulsar a todos los migrantes del país africano.

Sus declaraciones se producen un día después de que violentas protestas entre grupos rivales de eritreos en el sur de Tel Aviv dejaron a más de 100 personas heridas. Eritreos, simpatizantes y opositores del gobierno de la nación africana que celebraban un acto del Día de Eritrea, se enfrentaron con palos de madera, pedazos de metal y piedras, dañando negocios y vehículos de la policía. Imágenes difundidas mostraron a agentes de la policía antimotines de Israel lanzando gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y municiones mientras que policías a caballo trataban de controlar a los manifestantes.

Manifestantes eritreos se enfrentan con la policía antidisturbios de Israel, en Tel Aviv, el sábado 2 de septiembre de 2023
Manifestantes eritreos se enfrentan con la policía antidisturbios de Israel, en Tel Aviv, el sábado 2 de septiembre de 2023 - Créditos: @Ohad Zwigenberg

Funcionarios médicos israelíes dijeron que más de 114 personas fueron tratadas por lesiones, entre ellas unos 30 agentes de policía.

Los actos de violencia del sábado pusieron nuevamente bajo los reflectores el tema de los inmigrantes, el cual divide a Israel desde hace tiempo. Su resurgimiento se produce mientras el país se encuentra sumido en una división en torno a un plan de reformas judiciales de Netanyahu, y los simpatizantes citan el asunto migratorio como un motivo por el cual las cortes deben ser controladas, asegurando que han obstaculizado la expulsión de los migrantes.

Los críticos consideran que el plan de reforma judicial de Netanyahu es una toma de poder destinada a debilitar los tribunales y limitar la supervisión judicial de las decisiones y la legislación del gobierno. Sus partidarios afirman que pretende devolver el poder a los legisladores elegidos y frenar lo que consideran un sistema judicial intervencionista y de tendencia liberal.

Tras los incidentes violentos, Netanyahu convocó a una reunión ministerial especial para “examinar las medidas que deben adoptarse contra los infiltrados ilegales que participaron en los disturbios, incluidas medidas de deportación”, anunció la oficina del premier.

“Queremos medidas duras en contra de los saqueadores, incluida la deportación inmediata de quienes participaron”, señaló Netanyahu durante la reunión ministerial especial. “La infiltración ilegal masiva en Israel desde África constituía una amenaza tangible para el futuro de Israel como Estado judío y democrático”, agregó.

Solicitó a los ministros que le presenten planes “para el retiro de todos los demás infractores ilegales”, y apuntó en sus declaraciones que la Corte Suprema rechazó algunas medidas que estaban dirigidas a obligar a los migrantes a salir del país.

Las leyes internacionales establecen que Israel no puede enviar por la fuerza a los migrantes de regreso a un país en donde su vida o su libertad estén en riesgo. No obstante, Netanyahu opinó el domingo que no cree que sea un problema deportar a los simpatizantes del gobierno de Eritrea.

Cerca de 25.000 migrantes africanos viven en Israel, en su mayoría procedentes de Sudán y Eritrea, quienes aseguran que huyeron de conflictos o de la represión. Israel reconoce a muy pocos de ellos como solicitantes de asilo, considerándolos en su inmensa mayoría como migrantes económicos, y asegura que no tiene una obligación legal de mantenerlos.

El país ha intentado varias tácticas para obligarlos a dejar el país, incluido el envío de algunos de ellos a una prisión remota, retener parte de sus salarios hasta que accedan a dejar el país, u ofreciéndoles pagos en efectivo a quienes acepten a mudarse a otro país de África.

Los eritreos que huyeron a Israel por su frontera con Egipto dicen que sufrirán persecución si son repatriados. Eritrea exige permisos de salida a sus ciudadanos y tiene un servicio militar obligatorio.

Los enfrentamientos se produjeron cuando los partidarios del gobierno eritreo conmemoraban el 30 aniversario de la llegada al poder del actual gobernante, Isaias Afwerki, en un acto celebrado cerca de la embajada eritrea en el sur de Tel Aviv. Eritrea tiene uno de los peores historiales del mundo en materia de derechos humanos y quienes han viajado a Israel y a otros países dicen temer la muerte si regresan.

“¿Por qué huimos de nuestro país?”, dijo un manifestante en Tel Aviv, Hagos Gavriot. “¿Por qué la policía israelí les dio permiso para celebrar (...) a este dictador? Estamos en contra de esto. ¿Por qué estoy aquí buscando refugio?”.

Agencias AP y Reuters