Los bebés amamantados presentan mejor salud pulmonar e intestinal


Los bebés amamantados obtienen numerosos beneficios para su salud. La leche materna proporciona todos los nutrientes esenciales, fortalece el sistema inmunológico y ayuda a prevenir enfermedades. Y, según un nuevo estudio, la lactancia también ayuda a desarrollar un intestino sano y reduce el riesgo de asma en bebés menores de un año.

Científicos estadounidenses y canadienses descubrieron que la lactancia materna más allá de los tres meses beneficia el intestino, el sistema inmunológico y el riesgo de asma de los bebés al crear un microbioma intestinal saludable, es decir, una comunidad de microorganismos.

“Así como un marcapasos regula el ritmo del corazón, la lactancia materna y la leche humana marcan el ritmo y la secuencia de la colonización microbiana en el intestino y la cavidad nasal del bebé, garantizando que este proceso ocurra de manera ordenada y oportuna”, comentó el biólogo computacional Liat Shenhav, uno de los autores principales del estudio, en una declaración.

Y añadió: “Nuestra investigación destaca el profundo impacto de la lactancia materna en el microbioma infantil y el papel esencial de la lactancia materna en el apoyo a la salud respiratoria”.

Los niños y las madres participaron en el estudio de cohorte CHILD, un proyecto de investigación a largo plazo que estudió a 3,500 niños canadienses desde el útero hasta la adolescencia.

En los últimos años, la ciencia ha revelado las innumerables formas en que un microbioma intestinal saludable beneficia la salud general y es especialmente crucial para una buena digestión, metabolismo, inmunidad y salud mental.

LOS BEBÉS AMAMANTADOS Y LOS NIÑOS QUE TOMAN FÓRMULA

Los científicos en este estudio descubrieron que, incluso cuando habían tenido en cuenta otros factores ambientales (como la exposición al humo, los antibióticos y los antecedentes de asma de la madre), el tiempo durante el cual un bebé fue amamantado siguió siendo un indicador poderoso de la composición microbiana de ese niño a lo largo del tiempo.

Los investigadores descubrieron que existían varias razones por las que esto podría ser así. Por ejemplo, la leche materna contiene azúcares complejos llamados oligosacáridos de la leche humana que solo pueden descomponerse mediante microorganismos específicos.

La fórmula se compone de diferentes elementos, por lo que se necesitan diferentes microbios para la digestión. Y esto le da a ciertos microbios una ventaja competitiva en el intestino, dependiendo de la dieta del bebé.

Muchos de los microbios que se desarrollaron en los bebés alimentados con fórmula también terminarían en los bebés amamantados, pero más adelante, y los científicos descubrieron que su llegada temprana estaba relacionada con el asma.

“Entonces, el desarrollo de un microbioma saludable no solo implica tener los microbios adecuados. También es necesario que lleguen en el orden correcto en el momento correcto”, afirmó Shenhav.

“LOS MICROBIOS EN LOS INTESTINOS Y LAS NARICES DE LOS BEBÉS”

En concreto, una especie bacteriana llamada Ruminococcus gnavus apareció mucho antes en los intestinos de los niños que fueron destetados prematuramente, en comparación con los niños amamantados.

Se sabe que estas bacterias están relacionadas con la regulación y alteración del sistema inmunológico y con un mayor riesgo de padecer asma. Shenhav comentó que descubrir estos mecanismos podría servir de base para las directrices nacionales sobre la lactancia materna y el destete, y esperaba que las investigaciones futuras ayudaran a desarrollar estrategias para prevenir el asma en niños que no pudieran ser amamantados durante los primeros tres meses.

El estudio midió los microbios en los intestinos y las narices de los bebés durante su primer año de vida, además de rastrear detalles sobre la lactancia materna y la leche materna de las madres.

Los investigadores utilizaron inteligencia artificial, en forma de un modelo de aprendizaje automático, para predecir con precisión el asma con años de antelación basándose en los hábitos de lactancia materna. Un modelo estadístico ayudó a los científicos a identificar relaciones causales. N

(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)

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