Un bebé ‘milagro’ nace con 25 semanas y supera todos los pronósticos

El primer embarazo de Kristy Cecil transcurrió sin problemas, y su hija Francesca nació sin complicaciones. Justo un año más tarde, Cecil salió embarazada de nuevo y esperaba tener una gestación similar, pero le diagnosticaron una enfermedad muy seria que podía ser mortal para ella y su bebé. Así, cuando nació su hijo Hugo, con tan solo 25 semanas, cuatro meses antes de la fecha prevista, los médicos y las enfermeras lo llamaron el bebé “milagro” ya que rompió todas las previsiones.

Foto: Yahoo Parenting

Cuando Hugo nació, pesó 1 libra y 4 onzas y tenía la piel tan transparente que parecía un pequeño pajarito. Sin embargo, Cecil nunca dudó que su hijo se salvaría. “Siempre supe que lo lograría y ¡lo hizo!”, comentó emocionada en una entrevista para Yahoo Parenting que forma parte de la serie de videos “What It’s Like”.

No obstante, sabe que ella y su esposo, Ben Cecil, que es entrenador de caballos de carreras, tuvieron suerte. En Estados Unidos uno de cada nueve niños nace antes de las 37 semanas de gestación. Por tanto, las probabilidades de supervivencia han aumentado para los bebés que, como Hugo, nacen antes de tiempo, aunque los partos prematuros, por desgracia, continúan representando un tercio de todas las muertes infantiles, según informó el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.

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Técnicamente, un bebé es capaz de sobrevivir si nace después de las 24 semanas. Fue justo en ese momento cuando Cecil, que trabaja como productora de televisión y tiene 41 años, comenzó a tener contracciones a las 3 de la mañana. Su esposo, de 47 años, permaneció en casa con su hija mientras Cecil fue sola a un hospital situado cerca de su casa en Pasadena, California. Cuando llegó la ingresaron con reposo absoluto en cama. Horas más tarde, le diagnosticaron un desprendimiento prematuro y completo de la placenta, una complicación grave en la que la placenta, que es la que le proporciona el oxígeno y los nutrientes al bebé, se desprende del útero de la madre. “Un médico me dijo: ‘No podrás ir a casa’. Entonces empecé a asustarme”, recordó Kristy.

Aunque sabía que el desprendimiento de la placenta podía ser mortal para ella, confesó: “En ese momento me di cuenta de que no se trataba de mí. Se trataba del bebé, y yo iba a hacer todo lo que estuviera en mis manos por ayudarlo”. Los médicos le dijeron a Cecil que cada día que su bebé permaneciera en su vientre, equivalía a tres días menos que tendría que estar en el hospital, así que la misión era “llegar a la semana 25”.

Durante toda una semana Cecil se mantuvo lo más tranquila posible en cama. Sin embargo, la frecuencia cardiaca de su bebé comenzó a descender lentamente. Luego llegó la noticia que más temía: “Necesitamos que salga”, le dijo un médico mientras le mostraba un escáner en el que se apreciaba un coágulo de sangre que podía hacer que ella se desangrara. “Fue aterrador”, confirmó Cecil.

Cecil recorrió llorando el camino hasta la sala de operaciones donde le practicarían una cesárea de emergencia. Comentó que tuvo problemas con la administración de la anestesia antes de la operación. “Todo sucedió muy rápido. Pude sentir todo. Ellos lo sacaron y no lo escuché llorar. Me dolía mucho. Ben lo vio. Luego me administraron más anestesia y no supe más de mí”, recordó Cecil.

Foto: Yahoo Parenting

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A Hugo lo alejaron de su madre y lo pusieron en un respirador porque sus pulmones no estaban completamente formados. Por lo general, los pulmones de un bebé no se desarrollan completamente hasta la semana 27 del embarazo, alrededor de los siete meses de gestación. Él era solo un pequeño bebé de 1 libra y 4 onzas que medía 30 centímetros, dijo Cecil, cuando lo “normal” es que un bebé pese 7 libras y mida 53 centímetros.

A pesar de que Cecil no pudo sostener en brazos a su bebé durante el primer mes, estaba convencida de que iba sobrevivir. “Sentía que él podía lograrlo”, dijo ella. “Creía que lo lograría. Sentía que si estaba a su lado todos los días, él podría conseguirlo”.

Hugo pasó cuatro meses y cuatro días en el hospital y fue sometido a cinco cirugías. “Probablemente fue la peor montaña rusa a la que me he subido”, explicó Cecil. “Daba dos pasos hacia adelante y tres hacia atrás. Nunca tuvo una evolución constante. Siempre había nuevos retos que enfrentar”.

Pero ella se apoyó en su familia, en el personal del hospital y en los voluntarios que intentaban animarla con noches de pizza, tazas de café y actividades de scrapbooking. También hizo buenas migas con otros padres que pasaban por su misma situación.

Kristy Cecil (Foto: Yahoo Parenting)

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“Fue un sentimiento muy especial, nos queríamos y nos cuidábamos mutuamente”, comentó Cecil. “Me sentía así porque contábamos con el apoyo y la energía de los demás. Las personas también rezaban por él y lo amaban. Siento que eso lo ayudó. Sé que nos ayudó”.

Finalmente Hugo llegó a casa, aunque todavía no estaba fuera de peligro. Durante un año necesitó oxígeno, se monitoreaba su frecuencia cardiaca y tuvo problemas para alimentarse. Pero Cecil cuidó de él todas las noches: “Me despertaba, le daba una vuelta, lo tocaba, sentía que estaba respirando y volvía a dormir”.

Foto: Yahoo Parenting

Ahora admite que fue difícil ver cómo Hugo crecía de forma diferente a otros bebés, pero intentaba no preocuparse por eso. Cuando comenzó a ver los avances, aunque llegaron tarde, se relajó. “Todo fue más fácil cuando empezó a gatear y a hacer todas las cosas que los bebés hacen normalmente”, comentó.

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En la actualidad Hugo ya tiene 5 años y no sufre grandes problemas de salud o de otra índole. “Desde que aprendió a sonreír, no para de hacerlo”, dijo. “Él es un niño amistoso y feliz”.

Hugo Cecil, de 5 años. (Foto: Yahoo Parenting)

Quien conozca a Hugo ahora “no podría siquiera imaginar cuál ha sido su historia”, dijo. Por supuesto, ella la conoce muy bien. “Siento que he cambiado mucho como persona”, admite refiriéndose a su hábito de morderse las uñas, que no sabe si su hijo desarrollará en el futuro. “Tener que quedarte de brazos cruzados sin poder hacer nada y aceptarlo, fue algo que tuve que aprender porque antes solo pensaba ‘voy a hacer esto o aquello’”. Ahora dice que ha aprendido que “no tener el control no es necesariamente algo negativo”.

Para celebrar el difícil viaje de Hugo y su recuperación victoriosa, cada año la familia regresa al hospital por su cumpleaños. “Los médicos y las enfermeras dicen que es un milagro debido a su nacimiento prematuro a las 25 semanas y por las diferentes cirugías a las que fue sometido”, comentó. “Ellos nunca me dijeron cuán grave era la situación, pero sabían que era mucho peor de lo que me contaban; se puede notar por la forma en que reaccionaron y se sorprendieron cuando vieron qué bien le iba. Somos muy afortunados”.

Foto: Yahoo Parenting

Jennifer O'Neill