En la batalla por el control de Texas, hay una pérdida insólita: los descansos para beber agua

Cuando el índice de calor llegó a los 46 grados Celsius el lunes, Karla Perez se tomó un descanso de cinco minutos para beber agua en un sitio de construcción en Dallas. Tanto en esta ciudad como en Austin, se exige que haya estas pausas.

Pero un cambio en la ley del estado de Texas, que entrará en vigor en septiembre, eliminará esos requisitos locales, lo que hará que los trabajadores como Perez dependan de que sus empleadores les den tiempo para descansar e hidratarse. En este momento, les dan tres descansos al día; pero ella teme lo que este cambio pueda significar.

“Los trabajadores se van a morir”, comentó. “Es inevitable”.

El cambio legal fue parte de un amplio esfuerzo de la legislatura estatal controlada por los republicanos de ejercer control sobre las grandes ciudades dirigidas por demócratas, las cuales se han mostrado cada vez más decididas a impulsar las políticas progresistas a nivel local.

La nueva ley llamada “la Estrella de la Muerte” por sus opositores demócratas anticiparía una extensa serie de reglamentaciones, entre ellas algunas que afectan la mano de obra, la agricultura y los recursos naturales. Se espera que esta invalide normativas como las relacionadas con los préstamos del día de pago, las granjas de cachorros, algunos requisitos sanitarios y otras prácticas.

“Creo que esta reglamentación relacionada con las pausas para descansar es solo la punta del iceberg de lo que vamos a estar viendo”, señaló Rick Levy, presidente de la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales. “Probablemente se trata de la transferencia de poder más radical que hemos visto en este estado, misma que transfiere el poder de las comunidades locales a los políticos de Austin”.

De acuerdo con sus partidarios, el objetivo de esa ley, conocida como Ley de Consistencia Regulatoria de Texas, era frenar un entramado de normas que difieren de una localidad a otra y que podrían entrar en conflicto con la reglamentación estatal.

“Durante demasiado tiempo, las autoridades y las agencias municipales progresistas han hecho que las pequeñas empresas de Texas cumplan trámites contradictorios y confusos”, afirmó el representante republicano del área de Lubbock, Dustin Burrows, en un comunicado cuando presentó el proyecto de ley este año.

Esta ley surgió de quejas sobre un creciente número de reglas locales por parte de propietarios de negocios, sobre todo aquellos que cruzan las fronteras de la ciudad y el condado, comentó Annie Spilman, directora de la Federación Nacional de Empresas Independientes del estado de Texas, la cual cabildeó a favor de la legislación.

Spilman señaló que la ley no impedía que los empleadores instituyeran su propia política de pausas para descansar y beber agua. Añadió que no sabía si la reglamentación de Dallas se estaba haciendo cumplir.

Esta ley no contempla las pausas para tomar agua ni ningunas otras reglamentaciones específicas, sino que limita las acciones de las ciudades para regular las condiciones de trabajo que van más allá de la ley estatal. De acuerdo con la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, ni la ley de Texas ni la ley federal consideran los descansos de los trabajadores.

En este momento, la mayor parte de las ciudades texanas tampoco exigen descansos, aunque Austin ha tenido una reglamentación en vigor desde hace más de una década que requiere una pausa de descanso de al menos diez minutos por cada cuatro horas trabajadas para que descansen los trabajadores de la construcción. Dallas adoptó una medida similar en 2015. Este año, también en San Antonio ha sido planteada la posibilidad de una reglamentación.

Las autoridades de las ciudades de Dallas, Austin y San Antonio dijeron que seguían evaluando los posibles impactos de la ley estatal, la cual está formulada de manera muy general.

“Este proyecto de ley debilita la capacidad que tienen Austin y otras ciudades de todo Texas de hacer lo mejor para proteger a su población”, señaló Kirk Watson, el alcalde de Austin, y añadió que esperaba que los contratistas “sigan defendiendo los valores de Austin y sigan protegiendo a los trabajadores, sobre todo en los tiempos que estamos viviendo”.

Daniela Hernandez, la coordinadora legislativa estatal del Proyecto de Defensa de los Trabajadores, el cual trabaja para apoyar a los trabajadores inmigrantes de la industria de la construcción en Texas y respalda la reglamentación local respecto a los descansos, dijo que la nueva ley “perjudica la facultad que tienen los gobiernos locales de proteger a sus propias comunidades”.

Hernandez hizo referencia a la abrumadora ola de calor en el estado como una señal de por qué es necesario el descanso para beber agua. “Y se va a poner peor”, advirtió acerca de las temperaturas tan altas en Austin y todo el estado. “El calor no termina ni siquiera en septiembre. Hay veces que incluso en diciembre usamos pantalones cortos”.

La reglamentación en Dallas fue aprobada después de la muerte de un trabajador de 25 años, Roendy Granillo, quien estaba instalando suelos de madera en una casa sin aire acondicionado cuando comenzó a sentirse mal y pidió un descanso. La solicitud le fue negada y siguió trabajando hasta que se desplomó.

La oficina del forense declaró que la causa de muerte fue un golpe de calor. “Les dijeron a mis padres que sus órganos se cocieron desde adentro”, comentó su hermana, Jasmine Granillo.

Pero incluso después de varios años de que la reglamentación está vigente, algunos empleadores en el negocio de la construcción en Dallas no conocían las disposiciones sobre los descansos.

John Foster y Donny Zanger, propietarios de Dallas General Contractor, dijeron que no sabían que tenían que dar un descanso de diez minutos por cada cuatro horas de trabajo, pero añadieron que el gobierno no tenía que decirles que sus empleados necesitaban tomar agua.

“Es algo obvio”, comentó Foster. “Yo no sé qué tipo de constructor de casas necesitaría o usaría esa reglamentación. No conozco a ningún constructor que haga trabajar a sus hombres tanto, que diga: ‘Bueno, diez minutos para tomar agua’. Ellos disponen de agua todo el día. En realidad, eso no representa ningún problema”.

El representante demócrata de Texas, Greg Casar, quien ayudó a promover la reglamentación de las pausas para tomar agua cuando era un dirigente sindicalista de obreros en Austin a los 21 años, dijo que pensaba comenzar una iniciativa federal que exigiera que los descansos para tomar agua fueran establecidos a nivel nacional, lo cual ejerce presión para la legislación nacional o las nuevas normas administrativas del gobierno de Biden.

“Vamos a estar presionando todos los días que podamos”, aseveró Casar.

c.2023 The New York Times Company