‘Nada era basura’. Exposición de arte de Miami Beach quiere sus desechos y sus historias

La más reciente instalación artística de Kerry Phillips es un montón de basura.

La artista de Miami ha estado trabajando en su primera exposición individual en el museo The Bass en Miami Beach, y quiere que usted le eche una mano. Su exposición, titulada “Between the mundane and the miraculous”, se inaugurará oficialmente el 17 de agosto. Pero, mientras tanto, cualquiera puede entrar en la galería donde se está instalando su arte e incluso ayudarla a crearlo.

Sin embargo, el arte de Phillips no es lo que los visitantes esperarían ver en un museo. Parece más una caótica tienda de segunda mano que el espacio de una galería.

“Suele ser la parte oculta de mi proceso”, dijo Phillips.

En el centro de la sala hay una creciente pila rectangular de cosas. Muebles viejos, maletas, televisores, lámparas, patines, batidoras. Todo está apilado y equilibrado de forma un tanto precaria. (Phillips atornilla unos objetos a otros para evitar una avalancha).

Y las paredes que rodean la pila están forradas con aún más cosas. Un grupo ordenado de lámparas, cristalería, espejos, una caja entera de hilo, un surtido de electrodomésticos antiguos que aún funcionan. Cojines retirados de las sillas. Cajones retirados de los escritorios. Una papelera llena de trozos de madera.

En una de las paredes de la galería cuelga una alfombra roja con un dibujo raro. Es de la habitación de la infancia de Phillips.

Entonces, ¿qué está pasando aquí? ¿Y de dónde sacó Phillips todo esto?

Hasta el 13 de agosto los visitantes pueden tomar los objetos que quieran y colocarlos en la pila como deseen. Antes de que se inaugure la exposición, Phillips colocará una alfombra sobre la pila con las capas de objetos visibles en los bordes. Parecerá un corte transversal de la Tierra, dijo Phillips. La exposición estará abierta hasta el 22 de octubre.

Y ha estado invitando a los visitantes del museo a colaborar con ella en otros elementos de su exposición.

El sábado pasado, Phillips organizó un taller en el museo en el que invitó a la gente a traer “un pequeño objeto encontrado, olvidado o roto que ya no necesiten” y unas cuantas tazas de tierra de su casa. Los participantes usaron los objetos y la tierra para hacer obras de arte inspiradas en las “dirt daubers”, una especie de avispas que a veces anidan en objetos olvidados, como viejas brochas de pintar. Phillips también pide a la gente que done tarros de cristal y tapas limpios, preferiblemente sin etiquetas, para otra parte de la exposición.

El camión lleno de cosas que hay en la galería del museo, muchas de las cuales se han usado y reutilizado en obras de arte anteriores de Phillips, suele estar en su estudio. Es una colección que lleva años formándose, dijo. Hay cosas que sus padres tiraron, cosas que compró en tiendas de segunda mano, cosas de las que amigos y vecinos querían deshacerse. Y cada vez que dice que ha terminado de reunir más cosas para su arte, encuentra algo interesante.

“Si tuviera una calcomanía en el parachoques, diría sin duda: ‘Yo freno por la basura’”, dijo Phillips.

‘Todo tiene potencial de ser usado para algo’

Gran parte de sus obras tratan del significado que la gente encuentra en los objetos cotidianos. Phillips no se limita a coleccionar cosas. Colecciona historias.

Los objetos aleatorios en la colección y las obras de arte de Phillips recuerdan a los espectadores personas o momentos especiales de sus vidas. Quizás una vieja lata de galletas le recuerde a su abuela, que guardaba en ella material de costura. O una máquina de videojuegos rota le recuerda su infancia. En la gran pila había una pequeña mecedora de madera. Phillips la compró a una vecina que solía reclinarse en ella mientras amamantaba a su bebé.

“Nada de lo que hay aquí vale nada”, dijo. “No es precioso, ni un diamante, ni una antigüedad que heredarías de alguien, pero seguimos asignando significado a muchas cosas”.

Originaria de Denton, Texas, Phillips se inspira en su familia y en los objetos que han conservado a lo largo de los años. Sus padres crecieron en granjas, donde no se desperdicia absolutamente nada. Como muchas otras familias, Phillips explica que sus padres eran expertos en reutilizar objetos, sobre todo envases.

Es el clásico enigma. Cuando por fin uno se atreve a tirar algo, al día siguiente acaba encontrándole una utilidad.

Los hijos y nietos de inmigrantes en el sur de la Florida pueden entenderlo. Los recipientes de mantequilla se convierten en recipientes reutilizables para sopa de pollo. Las bolsas de plástico de Publix se reutilizan para tirar la arena del gato y forrar los pequeños cubos de basura del baño. ¿Hemos mencionado los materiales de costura en latas de galletas?

“Nada era basura. Todo podía servir para algo”, dijo Phillips. “Uno debía arreglárselas con lo que tenía”.

Por encima de todo está el tema de la sostenibilidad. En un mundo en el que la mayoría de los productos del mercado ya no están hechos para durar, las obras de arte de Phillips suscitan conversaciones sobre cómo se pueden reutilizar las cosas en lugar de tirarlas.

“Las cosas más extrañas me encantan. Incluso con todas estas cosas que he tenido que añadir a mi colección, no puedo tirarlas después. Eso no tiene ningún sentido para mí. Es un despilfarro”, dijo Phillips. “Así que voy a tener que intentar realojar estos objetos porque no los necesito. Es como un equilibrio entre intentar deshacerme de cosas pero también no tirarlas porque tienen potencial y hay que usarlas para algo”.

Ver el proceso creativo

La obra de Phillips “nos muestra la belleza del mundo material” al tiempo que anima a la gente a participar en el arte, dijo James Voorhies, curador del museo.

Normalmente, los visitantes de los museos solo llegan a ver las obras terminadas y las exposiciones perfectamente preparadas. La instalación de Phillips es una rara oportunidad para que la gente vea el proceso creativo y establezca conexiones entre sí, dijo.

“Ella crea estos contextos expositivos en los que se invita a la gente a detenerse y pensar en su relación con los materiales y los recuerdos que esos objetos y materiales guardan individualmente”, dijo Voorhies. “Se forma una especie de comunidad momentánea, incluso en torno a la conversación sobre esas relaciones y materiales”.

La respuesta del público así lo refleja, según Voorhies.

Cuando la gente entra en la galería, Phillips está allí para recibirlos. Los visitantes y Phillips entablan conversaciones sobre las obras de arte, los materiales y las historias que tienen relacionadas con ellos.

Recuerda a una pareja que entró. El hombre le dijo que la desordenada galería le resultaba familiar. Él ayuda a las personas con problemas de organización a ordenar sus casas.

Dos hermanas de Nueva York entraron, pasaron 10 minutos mirando los objetos y le dijeron a Phillips que les preocupaba que su idea para la pila fuera tonta. Phillips las animó a seguir su primer instinto. También vino una familia de Texas con un niño pequeño. El niño preguntó con entusiasmo a Phillips sobre su proceso artístico y eligió un lugar para colocar un maletín en el rincón de un escritorio.

Una mujer reunió algunos objetos que le recordaban a su padre y los colocó sobre la pila. Phillips señaló que esos objetos acabarían tapándose y se ofreció a moverlo a un lugar más visible. “No pasa nada”, dijo la mujer. “Sé que está ahí”.

El programa de Phillips no trata realmente de las cosas. Trata de momentos como este.

“Por encima de todas las cosas que intentan dividirnos, tenemos esta conexión a través de estos objetos que carecen totalmente de sentido”, dijo Phillips. “Excepto que tenemos el poder de imbuirlos de significado”.

Kerry Phillips: Between the mundane and the miraculous

Dónde: The Bass Museum of Art, 2100 Collins Ave., Miami Beach

Cuándo: Hasta el 13 de agosto, los visitantes pueden contribuir a la obra visitando la Harrison Gallery durante el horario habitual del museo. La exposición estará oficialmente abierta del 17 de agosto al 22 de octubre.

Horario: De miércoles a domingo, de mediodía a 5 p.m.; lunes y martes, cerrado.

Información: $15 para la entrada general; https://thebass.org/art/between-the-mundane-and-the-miraculous/

Este reportaje se realizó, en colaboración con Journalism Funding Partners, como parte de un programa de becas de periodismo independiente. El Miami Herald mantiene el control editorial de este trabajo.