El barco de basura ‘Litter Skimmer’ de Tampa se enfrenta a un problema cada vez mayor

El “Litter Skimmer” de la ciudad de Tampa, operado por el Departamento de Gestión de Residuos Sólidos. (vía la ciudad de Tampa vía The New York Times) .
El “Litter Skimmer” de la ciudad de Tampa, operado por el Departamento de Gestión de Residuos Sólidos. (vía la ciudad de Tampa vía The New York Times) .

Mientras los plásticos se acumulan en ríos y bahías, las localidades de todo el país buscan soluciones creativas y asequibles para mantener limpias sus vías navegables. Muchos han recurrido a los “desnatadores de basura”, que son embarcaciones diseñadas para retirar los residuos.

Tampa, Florida, es una de las últimas ciudades que ha invertido en una embarcación de este tipo, un bote de 565.000 dólares al que ha nombrado “Litter Skimmer”. Cuela del agua plásticos de un solo uso y otra basura —así como materiales orgánicos como ramas y hojas— y los deposita en una cinta transportadora que a su vez los lleva a una zona de almacenamiento, según un vocero de la ciudad.

El barco hizo su debut hace más o menos un año y desde entonces ha recogido unas 13 toneladas de residuos, comentó Alexis Black, especialista en medioambiente del Departamento de Gestión de Residuos Sólidos y Programas Ambientales de Tampa.

En la década de 1950, los científicos ya habían advertido que la vida marina se quedaba atrapada en equipo de pesca desechado y otros tipos de residuos plásticos. Desde entonces, el consumo de plásticos de un solo uso ha aumentado al punto de que decenas de millones de toneladas de plástico llegan a los océanos de la Tierra cada año. A lo largo de los años, los plásticos han dañado los ecosistemas locales y han afectado la gestión de las aguas pluviales, por eso ha habido inundaciones.

El desnatador es tan solo uno de los métodos que utiliza Tampa para eliminar los residuos de sus aguas locales. La ciudad también organiza eventos comunitarios de limpieza a lo largo de sus vías navegables y en sus parques, además utiliza herramientas como cajas deflectoras y redes para evitar que los residuos salgan de los desagües pluviales y terminen en el río.

“La introducción del Litter Skimmer no ha sido más que añadir una capa más a la estrategia de combate contra la basura que llega a los cuerpos de agua”, declaró Black. “Es un gran paso para capturar muchos de los residuos que antes simplemente se dejaban flotar río abajo hasta la bahía y más allá”.

Desde hace mucho, los desnatadores de basura han sido parte de las iniciativas municipales para limpiar las vías navegables. Washington D. C. comenzó a utilizar barcos desnatadores en 1992 y añadió dos más a su flota en 2017, por 484.000 dólares cada uno. La Comisión de Alcantarillado del Valle de Passaic en Nueva Jersey develó su primera embarcación recolectora de basura en 1998 y adquirió una segunda en 2018 por unos 653.000 dólares.

D.C. Water, el servicio público de aguas de Washington, señaló que sus barcos recolectan entre 300 y 500 toneladas de residuos al año. La Comisión de Alcantarillado del Valle de Passaic declaró que sus barcos recogen 160 toneladas de residuos al año.

Carroll Muffett, presidente del Centro para el Derecho Internacional Ambiental, una organización sin fines de lucro que se dedica a temas ambientales, afirmó que los programas de barcos desnatadores tienen buenas intenciones, pero que estas iniciativas hacen poco por resolver el problema general de la contaminación de plásticos.

Mientras que los desnatadores están diseñados para recoger piezas más grandes de basura flotante, muchos plásticos son demasiado pequeños para que los capturen las embarcaciones, comentó Muffett. Un estudio de 2019 de la Universidad del Sur de Florida, campus San Petersburgo, y Eckerd College estimó que en la bahía de Tampa había 4000 millones de partículas de microplásticos, las cuales miden menos de un 3 centímetros de largo.

Según Muffett, la mayoría de los desnatadores municipales tienen un horario de operación limitado. Por ejemplo, el de Tampa, funciona diez horas al día, cuatro días a la semana y lo suelen operar dos personas.

“Empiezas a entender que esto es solo una pequeña curita sobre un problema inmenso”, mencionó. “También representa la enorme inversión que están haciendo las ciudades, los condados y los estados para limpiar este problema”.

No es solo una responsabilidad política, sino también una personal, afirmó John Atkinson, profesor titular de Ingeniería Civil, Estructural y Medioambiental de la Universidad de Buffalo.

“Somos una cultura que depende del plástico”, afirmó Atkinson, quien agregó que “elegir el uso de una botella de agua reutilizable, aunque sea poco, puede ser significativo si todo el mundo toma esa decisión”.

En su opinión, serían más eficaces las políticas que reducen el uso total de plásticos, como las prohibiciones de los plásticos desechables de un solo uso.

“Para salir de la crisis de los plásticos, no podemos usar palas pequeñas ni grandes ni redes ni reciclar”, opinó Muffett. “La única forma de abordar la crisis de los plásticos es produciendo, utilizando y deshaciéndonos de menos plásticos”.

c.2023 The New York Times Company