Barcelona no quiere morir por exceso de turismo
La subida de los alquileres, la desaparición de los comercios tradicionales, el desplazamiento de los residentes y la pérdida de tradiciones preocupan cada vez a más barceloneses, lo que obliga a la ciudad a replantearse su modelo turístico para una urbe que atrae a una media de 170.000 personas al día.