“Ellas bailan solas” y “El pesador de palabras”, regalo para comenzar el año
Es el último día de un año generalmente tranquilo en EEUU, después de unas elecciones en las cuales el ganador para la presidencia arrasó como no se veía en años, por la opinión del pueblo a su favor esperando un cambio drástico. En el resto del mundo hay más de cincuenta conflictos bélicos, la guerra en Ucrania, la guerra entre Israel y Hamás, las guerra civiles yemení, la somalí y la de Siria; las que son en contra del terrorismo islámico y Al Qaeda como en el Sahel, el Magreb y de Boko Haram, así como la que se contiende por la reserva de minerales en el Congo; entre muchos otros, tanto son los conflictos que suman muchos más de los que sucedieron cuando la Segunda Guerra Mundial.
Pero no vine a hablar de guerras aunque es importante que el lector tenga un minuto de conciencia para que no se mantenga en el aire, y piense en lo importante que es ser mejor en el próximo año y ponga su granito de paz en el universo.
Vine a hablar de libros, a recomendar la lectura de dos libros muy diferentes en todos los aspectos pero que convergen en su calidad, que mantendrá a los lectores interesados hasta la última palabra.
Ellas bailan solas (CAAW Ediciones, 2024) de Yovana Martínez Milán es un libro suigéneris, pensado inteligentemente para el lector hasta el mínimo detalle, no sólo con la intención de sorprender y cautivar, sino también y sobre todo, para dejar su mensaje marcado en la mente de ese lector. Está publicado en el “Catálogo Yulunkela” de la editorial, que desde su creación ha estado dedicado únicamente a publicar mujeres. Este es un libro rebelde con historias y personajes reales, ficcionados para poder entregarlo al público, pero sin alejarse de la propia verdad. Un conjunto de historias inadmisibles que marcarán la memoria del lector para siempre. Es un libro de dolor, desesperación y muerte, donde se pone de manifiesto la violencia de género, aquella que se ejerce sobre las mujeres en estos relatos, pero que sucede también y mucho a los varones. La violencia de cualquier tipo que se encuentra en todos los países y lugares, detrás de cualquier puerta. Ellas bailan solas es un libro de historias sorprendentes, un reto para el lector.
El pesador de palabras (Editorial Casa vacía, 2024), es un libro hermoso, de una sensibilidad franca, que por supuesto no cae en la sensiblería, porque no hay nadie más lejano de lo vulgar que su autor, José M Fernández Pequeño. Este libro regala verdades dentro de una ficción poética, escrita porque él no tendrá más remedio que hacerlo, ya que es su vicio y su pasión, por eso es bueno para pensar en las palabras, en su significado y su vuelo, pero también es bueno para la meditación sobre la condición humana y de cuánto peso tienen nuestros pensamientos a la hora en que los dejamos escapar transformados en palabras. Los seres humanos como sus personajes suelen ser de carácter fuerte, muy reales y orgánicos, capaces de en nombre del albedrío hacer lo que se les antoje y con ello alterar el entorno y el curso de las circunstancias con el deseo de transformar “siempre para bien”. Ese es uno de los temas que este autor utiliza, y sobre el que ha escrito bastante. A Pepe le interesa descifrar enigmas e ir al punto en sí, para entender y que también lo hagamos los lectores, sobre la fina línea que divide el bien del mal, lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto, ya que el ser humano siempre cruza esa línea, porque le encantan los extremos y también la vida a ambos lados.
Los libros nos muestran dos mundos diferentes, uno el del dolor, invitándonos a terminar con los lastres y tabúes que oscurecen la vida, el otro se ocupa en mostrar el camino, enseñándonos que lo más importante no es lo que se dice, sino cómo decirlo, para poder aprovechar el peso de las palabras.
Que tengan un buen año y tratemos de hacer nuestro mundo mejor.
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