La ayuda que cruza la frontera egipcia hará poco por levantar el ánimo en una golpeada Gaza

Por Nidal al-Mughrabi

GAZA, 19 oct (Reuters) - Los veinte camiones cargados de ayuda que cruzarán la frontera desde Egipto harán poco por levantar los ánimos en la asediada Franja de Gaza, donde los palestinos están pendientes sobrevivir a los ataques aéreos israelíes y a la aguda escasez de alimentos y medicinas.

Tras intensas gestiones diplomáticas, Egipto accedió a reabrir su paso fronterizo con Gaza para permitir que la ayuda llegue a los palestinos, según Estados Unidos, cuando la crisis humanitaria para 2,3 millones de personas atrapadas se agravaba y las protestas antiisraelíes estallaban en todo Oriente Medio.

"En cuanto a la ayuda, es algo frívolo, no queremos nada de los países árabes y extranjeros, salvo que detengan los violentos bombardeos sobre nuestras casas", dijo El-Awad El-Dali, de 65 años, cerca de los escombros de viviendas en ruinas.

Como muchos palestinos de Gaza y otros lugares, considera que los Estados árabes no han hecho lo suficiente para apoyar la causa palestina, especialmente los que han normalizado sus lazos con Israel.

"Queremos que pongan fin a los bombardeos sobre personas que están muriendo dentro de sus casas", afirmó.

Estados Unidos y Egipto han estado presionando para que se llegue a un acuerdo con Israel que permita llevar ayuda a Gaza. La Casa Blanca dijo el miércoles que se había acordado el paso de hasta 20 camiones a través del cruce fronterizo de Rafah desde Egipto en los próximos días, con la esperanza de que otros los sigan después.

Israel reiteró que no permitiría el paso de ayuda por su paso fronterizo con Gaza hasta que Hamás libere a unos 200 rehenes secuestrados durante su ataque transfronterizo a Israel el 7 de octubre. Los militantes de Hamás además mataron a unas 1.400 personas en el asalto.

La mayoría de los habitantes de Gaza dependían de la asistencia incluso antes de que comenzara el actual conflicto, unos 100 camiones diarios proporcionaban ayuda humanitaria al enclave, según Naciones Unidas.

Según el Ministerio de Salud de Gaza, 3.478 palestinos han muerto y 12.065 han resultado heridos en ataques aéreos israelíes desde el 7 de octubre.

EXPLOSIÓN EN UN HOSPITAL

La región seguía inflamada tras la explosión en el hospital Al-Ahli al-Arabi de Gaza a última hora del martes, en la que, según las autoridades palestinas, murieron 471 personas. Los palestinos culparon de la explosión a un ataque aéreo israelí, mientras que Tel Aviv afirma que se debió al lanzamiento fallido de un cohete de combatientes palestinos.

Los habitantes de Gaza están aislados del mundo exterior y apenas conocen la diplomacia internacional destinada a aliviar un conflicto que estalló cuando Hamás, que dirige Gaza, penetró en Israel y perpetró una matanza.

Israel y Egipto han mantenido el bloqueo de Gaza desde que Hamás se hizo con el control del territorio en 2007, controlando estrictamente la circulación de bienes y personas.

A lo largo de los años, los gazatíes han sobrevivido a las guerras entre Hamás e Israel, a los bloqueos y al desempleo en una de las zonas más densamente pobladas del mundo.

Pero el ataque de Hamás, el mayor contra Israel desde la guerra del Yom Kippur de 1973, seguido de los ataques más feroces jamás lanzados por Israel contra Gaza, han causado una crisis monumental.

Las familias extensas se reúnen en un solo lugar para tener una sensación de seguridad, pero es difícil encontrarla.

"Mi casa se me cayó encima. Mi hija, que era la flor de la casa, murió. Mira a estos niños, han resultado heridos como yo, nos sacaron de entre los escombros. ¿Qué culpa tenemos nosotros?", dijo Hoda Arafat, que fue desplazada y ahora vive en una tienda de campaña.

"Había una mujer gritando desde debajo de los escombros: 'sálvennos, salven a mi nuera, está sangrando'". Hay pocos lugares a los que acudir en busca de ayuda.

"Queremos seguridad, somos civiles, no soldados, los niños están en la calle, este es uno, dos, tres, cuatro niños pequeños todos acabaron en la calle, sin comida ni agua, ni siquiera protección internacional ni derechos humanos", dijo Salwa Abu Taya, sosteniendo a un niño en sus manos.

"Es una vergüenza que se queden en la calle, ¿qué culpa tenemos nosotros? Nos atacaron y nos desplazaron de un lugar a otro".

UN LUGAR DE DOLOR

El Hospital Shuhada Al-Aqsa, en el centro de la Franja de Gaza, ha declarado que se ha quedado sin medicinas.

El Ministerio de Salud de Gaza, el Ministerio del Interior y la oficina de prensa de Hamás informaron de intensos bombardeos israelíes sobre viviendas y carreteras durante la noche en toda la zona.

El jueves por la mañana, los aviones bombardearon y destruyeron tres torres residenciales de gran altura que albergaban a cientos de familias, obligándolas a huir, según medios de comunicación de Hamás.

En el campo de refugiados de Yabalia, la gente se despertó con el ruido de las explosiones y la destrucción de casas. Los equipos de rescate intentaban sacar a la gente de debajo de los escombros, informaron funcionarios sanitarios y testigos.

En uno de los incidentes, un niño y una niña estaban cubiertos por los escombros, pero seguían vivos. Uno de los niños parecía conmocionado mientras algunas personas intentaban iluminar la zona con linternas de teléfono y las luces de las cámaras de los fotógrafos.

Los residentes de Gaza afirman que los lugares de alegría se han convertido en zonas llenas de miseria y ansiedad.

"Esto es un salón de bodas, donde solíamos celebrar nuestros felices acontecimientos para nuestros hijos e hijas, ahora estamos durmiendo en él, estamos desplazados en su interior", dijo Amena Al-Kitnani.

"En lugar de celebrar acontecimientos felices en el salón de bodas, se ha convertido en un lugar de tristeza".

(Escrito por Michael Georgy. Editado en español por Javier López de Lérida)