“Awake Surgery”. Cómo es la operación para remover un tumor cerebral mientras el paciente está despierto

Especialistas del Hospital Petrona V. de Cordero, de San Fernando le practican una operación neurológica a un paciente despierto
Especialistas del Hospital Petrona V. de Cordero, de San Fernando le practican una operación neurológica a un paciente despierto - Créditos: @Gentileza: Hospital Petrona V. de Cordero

El cerebro es, tal vez, el mayor misterio del cuerpo humano, y los canales neuronales a través de los que circulan los estímulos vinculados con el habla o a las funciones motoras son difíciles de identificar. Para lograr la resección de un tumor cerebral sin dañar las capacidades del paciente, es necesario encontrar “vías seguras” a través de las cuales los médicos puedan ingresar y operar. Para ello, deben estimular diversas zonas del cerebro y evaluar la reacción. Una de las técnicas posibles para hacer esas pruebas en tiempo real, aunque parezca a un relato de ciencia ficción, es despertar al paciente en medio de la cirugía y hacerlo hablar y mover extremidades.

“Operar a un paciente despierto nos permite realizar una resección del tumor cerebral mientras el paciente habla, reconoce objetos que se le muestran a través de una pantalla o moviliza una parte de su cuerpo”, señala Matías Baldoncini, neurocirujano del Hospital Petrona V. de Cordero, una institución pública ubicada en San Fernando, en la zona norte de Buenos Aires. Si bien este tipo de cirugías suelen practicarse en otros hospitales públicos y privados del país y del mundo, el 12 de julio pasado Baldoncini realizó, junto a un equipo interdisciplinario de Buenos Aires y Rosario, la primera intervención con un paciente despierto en dicha institución. Se trató de una paciente de 22 años con una lesión cerebral localizada entre el área del lenguaje y el área que moviliza el brazo y mano del lado derecho.

El nombre de la cirugía es “Awake Surgery” o cirugía con paciente despierto, y se trata de una técnica de alta complejidad. Para el paciente, está claro, esta cirugía es una experiencia distinta al resto de las intervenciones en donde luego de la anestesia la persona se levanta con la operación ya concluida.

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“La paciente aceptó cuando le propusimos realizarle el procedimiento con despertar intraoperatorio. Pero, por supuesto, en caso de no contar con la voluntad o colaboración del paciente es imposible llevar a cabo esta técnica”, subraya el especialista.

No todas las intervenciones por tumores cerebrales requieren de un paciente despierto durante el procedimiento quirúrgico. Sino que esta técnica puede ser aplicada para ciertos tumores malignos primarios y metastásicos, cavernomas y malformaciones arteriovenosas cerca de áreas elocuentes. Es un recurso que, en muchos casos, permite identificar y preservar las áreas funcionales primarias importantes (lenguaje, movimiento, visión) y fibras cerebrales”, indica Baldoncini.

La intervención quirúrgica con el paciente despierto permite identificar las zonas del lenguaje y la movilidad para proceder a la operación
La intervención quirúrgica con el paciente despierto permite identificar las zonas del lenguaje y la movilidad para proceder a la operación

Para la “Awake Surgery”, se trabaja con un grupo multidisciplinario para el estudio, diagnóstico y tratamiento que tiene por objetivo minimizar el daño neurológico y psicológico de estas cirugías. Los estudios que se realizan a los pacientes son pruebas neuropsicológicas y, en los días previos a la intervención, se hace una simulación con el paciente en quirófano para que se habitúe a los sonidos, luces y demás elementos que se encontrará en la sala al despertar durante la cirugía.

Etapas de la cirugía

Este tipo de operaciones, sostiene Baldoncini ,se desarrollan en fases muy diferenciadas. En primer lugar, se realiza una sedación y se anestesia el cuero cabelludo del paciente. En esta etapa, se accede al cerebro a través de la extracción de una ventana en el cráneo (craniotomía). Una vez allí, se mapea toda la zona expuesta con un estimulador cortical para buscar las áreas importantes que deben ser conservadas. En este momento, se procede a despertar al paciente, quien permanece en vigilia mientras se realizan ciertas pruebas.

El estimulador cortical transmite ondas de microvoltaje que generan una especie de “cortocircuito” en un área en particular del cerebro. Si por ese estímulo el paciente deja de hablar o de moverse, quiere decir que esa zona está involucrada en el habla o en la movilidad.

“A la paciente se le van mostrando imágenes en la pantalla. Mientras reconozca los objetos que se ven en imágenes, estamos seguros que la zona estimulada por el electrodo sobre la corteza cerebral no es un área vinculada con el lenguaje. Así como cuando le pedimos al paciente que movilice la mano o el brazo, eso nos permite definir el área motora correspondiente. Una vez que localizamos las áreas importantes, se coloca sobre la superficie cerebral unas marcas para guiar la cirugía. Una vez hallada la vía de entrada “segura”, se reseca el tumor con el paciente nuevamente sedado”, detalla es especialista.

Luego de la cirugía, igual que cualquier intervención quirúrgica cerebral, los pacientes, resalta Bladoncini, permanecen en terapia intensiva bajo estricto cuidado por al menos 24 horas y se realizan una resonancia magnética o una tomografía computada dentro de las primeras 48 horas.

“Esta cirugía es un trabajo complejo por la cantidad de profesionales y recursos empleados, por lo que es un gran logro su realización en el hospital público”, concluye Baldoncini.

El equipo médico

Para llevar a cabo esta cirugía de alta complejidad se requirió del trabajo de un equipo integrado por profesionales del Hospital de San Fernando y del Hospital Privado de Rosario. El equipo de neurocirugía estuvo conformado por Matías Baldoncini, Ignacio Barrenechea, Héctor Rojas, Leandro Carballo (jefe del servicio de Neurocirugía del Hospital de San Fernando), Mickaela Echavarria Demichelis, Alexia Bolko y Florencia Canzio. El equipo de anestesiología fue liderado por Jorgelina García, Guido Brunori y Micaela Regginato. También participaron en diversas áreas de la intervención o la evualuación previa de la paciente Darío Savini, Silvina Peralta, Mónica Caravaglia, Carolina Otero, Cecilia Abregu, quienes contaron con el apoyo del director ejecutivo del hospital, Juan Delle Donne.