Autoridades y voluntarios en la ciudad ucraniana de Járkov ayudan en la difícil situación humanitaria

Leópolis (Ucrania), 14 sep (EFE).- Autoridades locales y voluntarios en la región ucraniana de Járkov se apresuran a ayudar a la población local y a restaurar las infraestructuras destruidas, en medio de una complicada situación humanitaria y un gran número de bajas civiles.

Maksym Strelnikov, miembro del ayuntamiento de la ciudad de Izium, dice a Efe que teme que la magnitud del desastre aquí pueda ser incluso mayor que en Bucha o Irpin.

"Los rusos tardaron un mes en hacer lo que hicieron allí en Bucha, más pequeña, mientras que en Izium, con sus 45.000 habitantes, estuvieron más de cinco meses", explica.

Strelnikov afirma que unos mil residentes pueden haber muerto únicamente durante la batalla en primavera, en la que más del 80 % de los edificios de la ciudad sufrieron graves daños.

Sin embargo, advierte de que será necesaria una investigación exhaustiva para conocer el número exacto de víctimas, ya que es probable que los rusos hayan ocultado las huellas del desastre.

"La gente murió en las calles y fue enterrada apresuradamente en el parque central y en los patios", afirma Strelnikov, y añade que es probable que un gran número de personas muriera bajo los escombros de los bloques de viviendas que se derrumbaron bajo el fuego de los tanques rusos.

Aún más personas sufrieron por la falta de hospitales y farmacias que, o bien fueron destruidos por los rusos, o cerraron a medida que la vida en la ciudad colapsaba, según Strelnikov.

"No hay gas, ni agua, ni electricidad, ni calefacción central en la ciudad", dice, mientras insiste en que la evacuación de los residentes es el último recurso.

Espera que la infraestructura eléctrica de la ciudad, que según él fue destruida deliberadamente por las tropas rusas durante su repliegue, pueda restablecerse con relativa rapidez.

Sin embargo, restablecer la calefacción y el suministro de agua es más complicado, ya que muchas tuberías reventaron ya a principios de la primavera, cuando las temperaturas cayeron bajo cero.

Espera que se puedan instalar estaciones de calefacción provisionales y que los residentes que quedan sean trasladados a los edificios que han sufrido menos.

Mientras el ejército ucraniano seguía afianzando su dominio sobre Izium el martes, en busca de tropas rusas que aún pudieran estar escondidas en la zona, la ciudad permanecía cerrada para la mayoría.

Esto no impidió que los voluntarios de Járkov se apresuraran a llegar a los asentamientos recién liberados con sus coches cargados de alimentos y productos de higiene para los residentes.

"La situación allí es difícil", dice uno de ellos, Andriy, por teléfono a Efe, y explica que "no hay suficiente comida y no hay medicinas en absoluto".

Dice que las carreteras siguen sembradas de cadáveres de soldados rusos y de su equipo militar destruido.

Sólo algunas se consideran seguras para pasar, mientras que otras aún necesitan ser revisadas para detectar la presencia de minas.

"Llevamos a alguien que quería volver a su casa en Izium, donde los rusos se quedaron durante la ocupación. Estaba ansioso por entrar, pero lo detuvimos justo a tiempo: había una trampa con granadas", cuenta Andriy.

Efe también habló con un residente de Izium que estuvo allí durante los tres primeros meses de ocupación, quien describe la situación con dos palabras: "oscuridad y pesadilla".

"La vida parecía no tener valor. Todo dependía del estado de ánimo de la gente con ametralladoras, pero la impunidad, la anarquía y los robos eran generalizados", explica.

Agrega que "entraban en casas, en garajes, buscando coches, comida, alcohol y cualquier objeto de valor que pudieran encontrar".

Su casa fue robada mientras él no estaba, algunos de los residentes fueron golpeados si se negaban a dejar entrar a los soldados.

Dice que había soldados rusos en Izium, así como combatientes de los territorios separatistas del Donbás, que intentaron convencer a los locales de que Ucrania pronto dejaría de existir.

"A algunas personas les cubrieron la cabeza con sacos y las llevaron a los sótanos", dice el hombre, y añade que muchos fueron acusados de ser "saboteadores" y golpeados.

La mayoría fueron liberados al día siguiente.

El jefe de la unidad de investigación de la policía regional de Járkov, Serhiy Bolvinov, informó el martes de que unas cuarenta personas habían sido retenidas en el sótano del cuartel general local del ejército ruso en Balakliya, otra ciudad liberada.

Dice que sufrieron palizas y electrocución. Según él, varios ciudadanos también fueron asesinados en el puesto de control ruso el último día de la ocupación.

Andriy dice a Efe que otra ciudad liberada, Kúpyansk, fue bombardeada mientras estaba allí el martes.

Sin embargo, se sentía relativamente seguro en Izium y Balakliya, la primera, visitada por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, este miércoles.

Mientras la electricidad estaba siendo restablecida todavía, la cobertura de uno de los principales operadores de telefonía móvil de Ucrania volvía al centro de la ciudad de Kúpyansk.

Andriy recuerda que parecía que toda la ciudad se había reunido allí para intentar llamar a alguien y decir: "Hemos sobrevivido".

Rostyslav Averchuk

(c) Agencia EFE